Día 4
Desperté muy alterado, porque no recordaba que Connie pasaría por mi temprano o eso quiero imaginar; no quise despertar a Edward, solo me salí lentamente de su casa. Me sentí tan mal porque él tenía una familia, una familia que también lo abandono, pero fue por culpa de él lo reconozco, me agradaría que él pudiera volver a ver a su familia; tenía esposa y 2 niñas a lo que me conto. Por lo menos que el pudiera pedirles perdón para que no volviera a tomar y que su alma y conciencia se sienta en libertad.
Cuando llegue, Connie sonó el claxon de su auto, salte del susto; ella se bajó, y se comenzó a reír.
-Perdóname enserio, no quería que te asustaras. - me sonroje-
-Pues como no asustarme si me agarraste desprevenido, mira hasta Happy se asustó.
-Saltaste como gato Eidan, que gracioso, te hubiera grabado en serio.
-Bueno acompáñame a cambiarme, no sabes por lo que pase ayer regresando del Bunge.
- ¿Está todo bien? -note algo extraño en su rostro, parecía diferente, no era el mismo.
-Sí, pasa, pasa
Cuando ella entro pudo presenciar cómo era mi casa.
-Que bella casa tienes Eidan.
-Gracias, no la puedo ver, pero si imaginar, mira como tu si puedes ver, tengo mi estudio y prácticamente mi casa está completamente llena de instrumentos, pero este es mi preferido.
Me dirigí hacia el piano.
-Esta precioso, me encantaría un día escucharte tocar. – Toque las teclas del piano.
- ¡Qué pena! algún día cuando me anime, sabes nadie me ha escuchado, más que Happy.
-Happy, con la pena, pero no serás la única que escuchara a Eidan tocar.
-De verdad hoy no es el momento, espero que me puedas disculpar, pero es algo que es más privado para mí.
-Bueno sabré esperar el momento, espero que no te tardes mucho porque muero de ganas por escucharte tocar. -sonreí -
-Me haces sentir alagado. – es como si tuviera por primera una fan, una fan que nunca me ha escuchado, pero está sintiendo que me conoce de todas, todas y la hago sentir orgullosa.
-Bueno seré tu fan número 1
Happy ladro
-Bueno está bien la número dos Happy.
Comencé a reírme.
- ¿Qué te causa gracia?
-Bueno, es que Happy nunca se había puesto celosa.
-Bueno, siempre hay una primera vez, pero cuéntame que paso porque no estabas aquí en tu casa, ¿Acaso tienes novia? qué pena Eidan.
-No nada de eso Señorita Connie lo que pasa es que estaba con mi amigo Edward y tuve que pasar la noche en su casa porque cuando llegue él estaba bebiendo, así que me tuve que quedar a cuidar que no volviera a caer en el alcohol, así como él lo hizo una vez conmigo.
-Pero él ¿Está bien? – Sí, yo también he caído en eso, nada de otro mundo, solo es una triste coincidencia donde las personas con depresión tienden a pasar.
-Sí, no te preocupes Señorita Connie, él está muy bien.
-Bueno por lo menos ya le devolviste el favor, me alegro de que te preocupes por los demás, personas como tú no existen mucho en este mundo de verdad.
ESTÁS LEYENDO
La vida con otros ojos.
Teen FictionEidan Collins es un chico diferente que mira el mundo diferente, prácticamente su vida es basada en su imaginación. Reside en Guadalajara y vive con su perrita Happy. Es el tipo de chico que brinda su mundo a otras personas para poder sobrevivir, y...