Capítulo 19

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Día 13

9:30 am

Desperté con un poco de dolor en el brazo, lamentablemente no puedo ver mi tatuaje, pero sé algo, sé que es algo muy original y valioso, sé que a Connie le encantó, que esto es un sacrificio, para ambos, porque ella está comprometida, sin duda ella tendrá que decir mentiras acerca del tatuaje. Lamentablemente no está preparada para decir la verdad, que me conoció al momento en que ella trataba de suicidarse ¡Vaya que esto es una locura! no muy grande, porque muchas personas se tatúan, algunas se tatúan sin tener conciencia de lo que están haciendo, se tatúan por moda o diversión en este caso no es por ninguna de las dos razones anteriores, me tatué por gusto, me tatué porque significa algo valioso para mí, porque las locuras a lado de la persona correcta se disfrutan más.

Al poco rato de hacer conciencia hablando solo en mi cama recostado, sonó mi puerta, no esperaba visitas, aunque Edward a veces me visitaba a esta hora, si, ese tonto desgraciado no respeta la vida personal de las personas, ni siquiera cuando están descansando.

Abrí mi puerta y una voz dulce me dijo.

–Buenos días señor Collins

No, no era Connie, era una vieja amiga mía, tiene 42 años, está casada se llama Lorena García, era mi enfermera un tiempo, cuando mi tía murió, ella y Happy me ayudaron un poco. Aparte de ser enfermera, ahora trabaja en la policía ¡Que ironía! ella me ayudo a localizar a la familia de Edward, sin duda ella le soltó toda la sopa cuando la encontraron, pero eso no importa la pregunta era.

– ¿A qué se debe esta visita Lorena? – ¿Extraño? –

–Solo venía a decirte, que encontré a un familiar tuyo.

– ¿Quién?

–Al parecer es tu hermano.

– ¿Quién es?

–Se llama...

En ese momento, estaba tan confundido, no sabía si de verdad me gustaría saber dónde vive mi hermano. Sí, ellos me abandonaron y sin duda me toque el corazón para encontrarlos, pero no podía dejarme llevar por el rencor y el orgullo, sin embargo, ellos terminaron abandonándome ¿Por qué querrían saber más de mí? ¿Por qué? Así que solo le pedí a Lorena que me reservara la información para otro momento, otro momento en el que de verdad esté preparado y me sienta con los pantalones para enfrentarlos, para poder decirles, que soy un hombre, un hombre noble que simplemente ha pasado toda su vida luchando solo, solo con una mascota que prácticamente es más familiar de mí que ellos.

Le pedí con mucha amabilidad a Lorena que me dejara a solas, necesitaba un momento para asimilar la situación, estaba 15% feliz pero el otro 85% de mis sentimientos estaban desmoronados, se mezclaban con orgullo, rencor y tristeza, preferiría terminar con esto de una vez, ya sabía el nombre de mi hermano así que decidí encontrarme con él hasta que termine mi promesa y de alguna manera mi "Compromiso" con la señorita Connie.

Además, no estaba preparado para ver a mi hermano, no ahora, me sentía mal, necesitaba contarle a alguna persona lo que me sucedía, tomé a Happy la abrasé, le puse una correa. Salí de mi casa y camine, camine sin saber a dónde me dirigía, solo caminaba y al mismo tiempo lloraba y me lamentaba, supongo que las personas me miraban como un loco, sin embargo, yo me sentía aún peor que los días en que ellos me dejaron solo, pero de pronto pensé, solo me dejaron y solo me quedare.

***

Tenía mi mente hecha un caos, eran las 12:00pm, el día estaba muy bonito, así que solo pensé en una cosa, salir a caminar como Eidan lo hace, supongo que algo aprenderé de esta hermosa experiencia, digo, yo nunca camino por la ciudad nunca lo he hecho porque me lo tenían prohibido cuando era una niña, así que hoy disfrutare del día, solo admirando la ciudad y la gente que me rodea, de pronto vi a lo lejos a Eidan, si era Eidan, lo reconocí fácilmente porque tenía a Happy, le comencé a gritar.

–EIDAAAAAAAAAAAAN, EIDAAAAAAAAAAAAAAAN.

***

Me pareció escuchar a lo lejos la voz de Connie, pero sé que era imposible ella nunca saldría a caminar, así que solo seguí mi paso.

Escuchaba aún más cerca la voz. Pare.

–Eidan que te pasa te estoy gritando.

– ¿Connie?

– ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? – insistió–

–Connie, abrázame, solo abrázame por favor. – sé que me miraba de una forma en que lo que estaba diciendo era extraño–

Lo abrasé, lo abrasé como si me estuviera despidiendo de él, era un abrazo tan largo, no sabía la razón, sin embargo, no me negué a ese abrazo, lo seguía abrazando. Sé que un abrazo es de mucha importancia, sé que un abrazo calmo un poco la tristeza y es de mucha ayuda porque con solo un abrazo demuestras un sinfín de emociones, demuestras cariño y seguridad.

Cuando terminamos ese abrazo tan agraciado. Le pregunte de nuevo.

– ¿Qué es lo que te pasa? – digo sorprendida–

–Me pasan muchas cosas, cuéntame ahora mismo un error.

–Emm, Emm – pienso a la velocidad de un rayo–

Pensaba en un error más.

–Cuando tenía 16 años, me escape de mi casa, tome un dinero que tenían mis padres escondido, salí, después de 1 hora regrese, deje el dinero donde estaba y me fui a dormir.

– ¿Y cuál es tu error?

–Regresar, regresar a la misma historia de siempre, tal vez si hubiera sido optimista me hubiera alejado, y hacer una nueva vida, así valoraría más lo que tengo ahora.

–Vaya –Suspiro–

–Estamos a mano.

Le pedí a Connie que nos fugáramos a un lugar tranquilo, un lugar en donde existamos solo nosotros, nuestra amistad, un lugar donde nadie nos pudiera molestar, para poder hablar, hablar sobre mi pasado.

–Bueno, necesito un poco de aire fresco, y descansar, que te parece si vamos a un bosque, conozco uno, mis padres me llevaban ahí, antes de...

–No tienes que decirlo, vamos.

–Gracias.

– ¿Por qué?

–Por ser tan compresiva, por apoyarme a pesar de todo. – tomo su mano y ella me rechaza disimuladamente–

–No recuerdas lo que tú hiciste ¿por mí? Me ayudaste en aquel puente sin saber quién era, sin saber nada de mí, me apoyaste como nadie, me apoyaste como amigo, ¿por qué yo no lo haría ahora?, dime ¿Por qué?, te agradezco tenerme con vida, y ahora te devuelvo el apoyo que me has dado. Hoy te escuchare como tu amiga, como tu compañera, porque eso es lo que eres para mí un compañero de la vida que llego en el momento apropiado a salvarme, a salvarme de la muerte, de tener que morir de una manera cobarde, Eidan jamás me digas gracias, es lo que te debo ¿no?

Al escuchar las dulces palabras que ella me decía, me di cuenta de todo, de mi vida, de la gran vida que tengo ahora, de que no tengo que lamentar nada, porque nunca me ha faltado nada, ni siquiera el amor, porque mi tía y mi hermosa mascota me daban ese amor que mis padres no me daban.

La vida con otros ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora