Mirame, voy tras de ti

Carta

Mouque se había alistado, iríamos a la empresa. Quería mostrarle también de lo que estoy a cargo, quería que entrara en confianza y lo voy a lograr.

-¡Wao!

-Meg...

-Lo empresarial es lo tuyo.

Terminaba de retocar mi maquillaje. Realmente cualquier estilo va conmigo.

-Donna, ya Mouque viene para acá-Gedisa había entrado a la habitación.

-Está bien, preparen mi vehículo.

-¿Cuál?

-El que sea, me avisan por llamada.

Meg y Gedisa salieron.

La puerta sonó.

-Adelante. Ya estoy harta de escuchar la puta puerta sonar, voy a tener que poner un timbre porque de pana que fastidio-Decía mientras Mouque entraba y cerraba la puerta tras de él.

-Disculpa púes.

-Voy a configurar el sensor para que pidan permiso, y yo aquí adentro se los acepte.

Él se rió.

-¿Te ríes de mi?

-No Donna, fue... Del comentario... Disculpe... No volverá a pasar.

Ahora era yo quién. Reía. Mouque me vio algo extraño y luego sonrió.

-Oye, te queda muy bien ese traje.

-Gracias, lo compraste tú.

-Lo sé, tengo muy buenos gustos.

-Y tu no te ves nada mal.

-Vamonos Mouque.

Por un momento sentí vergüenza ante su comentario, pero después me sentí bien era obvio qué soy espectacular.

*****

El camino a la empresa se hizo más largo de lo normal, el tráfico estuvo pajuo y muy lento a mi parecer. Mouque solo veía el interior de mi Mercedes-Benz.

-Es un GLS.

-No sé de automóviles.

-¿Qué coño es lo que no sabes tú?

-Disculpa nunca he podido aprender o interesarme en algo concretamente...

-No importa, luego aprenderás.

Estacioné el vehículo en mi puesto y bajamos, puse seguro y me aseguré de que las de seguridad estuvieran por aquí.

*****

-¡Esta oficina es grandiosa!-Mouque daba vueltas en la silla presidencial.

-Cuidado con mi silla.

-A ver, tienes como dos identidades.

-Sí.

-Donna.

-Dime.

-¿Por qué vives en la sede de la camorra? Con tanto dinero yo tendría una mansión.

-La tengo, y no una.

-¿En serio?

-Pareces niño chiquito con tantas preguntas.