Chisme...

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Al día siguiente Donna se despide de Dorie, durmió abrazada a Mouque como si de una colegiala se tratara.

Al estar en las instalaciones Donna y Mouque estaban tan unidos, los murmuros se hicieron presente a cada paso que daban, al llegar a la oficina de ella, Meg y Gedisa entraron sin tocar.

—Hola señorita Mouque. ¿Qué tal su casa?

—Que chistosa Meg. La próxima persona que diga algo así le vuelo el cerebro de un solo tiro.

Las chicas temblaron al escucharla tan seria.

—Donna, el día entero de ayer estuvo todo normal—Cambió el tema Gedisa.

—Y te dejé unos expedientes en tu escritorio.

Mouque estaba sentado al fondo de la habitación, Donna revisó los papeles.

—Mouque.

—Diga.

Éste se levanto tan rápido que en un abrir y cerrar de ojos estaba en frente de ella.

—Chicas necesito información de la empresa, ¿Dónde están Garcia y Lopez?

—Justo en la empresa.

—Diganle que necesito estatus.

—Todos los días lo pides.

—Lo sé, nos vemos más tarde, debo dejarle a Mouque su deber.

Meg y Gedisa salieron de la oficina sin decir nada.

—¿Por qué te molestas señorita Mouque? Oh disculpa, no quiero que me vueles el cerebro con una de tus pistolas—Abrazó a Donna por la espada dándole un beso en la mejilla y riendo nerviosamente por lo que había dicho.

—En ti es pasable, solo tú sabes lo que somos.

—Mi novia, hermosa y preciosa.

—Es adorable ver que un hombre sea cursi, pero ahora debo tomar en serio el trabajo, te quiero muñeco pero tienes algo que hacer, y confio en que lo harás bien.

Donna se giró y tomo sus mejillas dándole un beso en los labios a Mouque. Lo apartó un poco y caminó hasta su silla detrás del escritorio.

—A ver, ¿Qué haré Donna?

Ella tomó un papel entre sus manos y se lo extendió.

—Richard Ríos, es un mugriento colombiano que ha venido para acá con su mente de "narco" creyendo que por hacer unos cuantos miles tendría el mundo a sus píes, al principio me compró a mi, pero al parecer de unas semanas para acá le compra a alguien más y necesito que lo desaparezca del mapa porque no tengo interés de que otros se enteren quién soy. Así que tú irás, en su punto clave le "Compraras" y luego cuando se vaya lo vas a seguir y lo vas a matar como a una asquerosa cucaracha. ¿Entendido?

—Sí amorcito, lo qué tú ordenes.

Ella le miró incrédula e ignoró su respuesta y lo vio irse con el papel en mano. Mientras, sabía que debía darle recompensa por eso, es un mandado y ella tenia mucho dinero que contar.

*****

Mouque optó por vestir como un joven adulto, un jeans rasgado y un suéter holgado, con gorro y chaqueta, se decidió en que lo que haría sería rápido, no quería tardar tanto tiempo, y escogió una XYK VP70, sería de gran ayuda por su ventaja de ser ráfaga corta. Él sentía que debía tomar un poco más de adrenalina en el asunto, y recordó aquella habitación que Donna le mostró dónde podía siempre y cuando él quisiera. Guardó el arma en su estuche y lo colocó a un lado de su cadera, salió de su habitación y al llegar observó que no había nadie, no quiso alarmarse y se acercó a la gran caja de la primera mesa, destapó y observó su contenido dando con lo que buscaba, sacó un billete y lo enrolló en forma de tubo, vio que a un lado estaba un peso, bolsas pequeñas, una cuchara, tomo un poco y la extendió sobre la mesa, como pudo lo alineó y se acercó con el billete enrollado colocando un extremo en su nariz, y de un rápido movimiento inhaló la linea blanca de la mesa, sacudió su nariz y volvió a dejar las cosas en su lugar.

Mirame, voy tras de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora