Recuerdos

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Regresamos a Birmingham, todo parecía estar muy bien, me encontraba en mi habitación desempacando, y acomodando todo para luego ir a ver que hacia Donna.

Cuando salgo de mi habitación me dirijo hasta la oficina de Donna y toco la puerta. Pasando después de que me diera el permiso.

—Ten Mouque, has lo que quieras con ese dinero.

Donna me entregó una bolsa que parecía estar lleno de muchos billetes, jamás tuve dinero.

—¿Cuánto hay aquí? ¿Y por qué tanto dinero?

Ojeaba la bolsa y había demasiado.

Meg se rió ante mi comentario y opinó.

—¿Tanto?

—Tranquilo nene, es una parte de lo que te toca, son solo 200 mil dolares.

—¿¡Qué!? ¿¡2000 billetes de 100 dolares en ésta bolsa!?

Jamás tuve esta cantidad de dinero, en mis manos, en efectivo.

—Sí, ve y comprate algo, ¿Dime si con el dinero restante quieres una casa o prefieres seguir viviendo aquí?

Salí sin más con la bolsa en mano, es una locura. Es una completa locura.

Regrese a mi habitación.

Cerré con seguro y desvestí un poco la cama, saqué la navaja de bolsillo que Donna me obsequió y rompí la tela, saqué un poco de la espuma del colchón y como pude guarde el dinero ahí, quedándome por supuesto con unos 5000 dolares, volví a acomodar la cama y sí que era un buen escondite.

Saldría un rato a ver que podía comprarme.

*****

Había una cafetería a unas cuadras, me senté al final del local y pedí un latte con una tartaleta de ciruelas, las instalaciones estaban muy escondidas, era como una pequeña casa donde vivían "universitarias" o eso era lo que Donna intentó explicarme y no le presté atención por quedarmele viendo, la cosa es que es un camuflaje para no atraer la atención. Y las instalaciones en sí estaban por debajo del suelo casi 4 pisos de subterráneo. Que estructura tan increíble.

Pagué la cuenta y regresé, estoy pensando demasiadas cosas, creo que me volvería loco en este lugar, para ser subterráneo todo estaba muy bonito, claro son muchas mujeres. Y el bar estaba detrás de la casa de chicas "universitarias" toda una sorpresa.

Si mal no entendí ésta zona no era tan vigilada, y era una zona que podía ser habitada por gente de dinero, creo que Donna tiene tanta seguridad por acá que los policías por eso ni vienen.

—¡Mouque!

Dirigí mi vista en todos lados, era Donna que me llamaba del tercer piso.

—¡Voy!

Empecé a subir las escaleras y ella corrió rápido bajándolas, nos encontramos a mitad de camino.

—Hola—Le sonreí.

—Hola.

¿Y ahora qué?

—¿Aceptarias cenar conmig—Expulsé.

—¿¡Qué!?—Si que se sorprendió.

Buena idea Bryan, eres todo un genio, me regañaba mi subconsciente.

—¿Te gustaría cenar conmigo?

Si me dice que no, por lo menos lo intenté.

—Sí, que no sea un restaurante no quiero estar lejos de aquí.

Mirame, voy tras de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora