La vida es así

83 6 2
                                    

Donna tomó el arma con fuerza entre sus manos, respiró hondo y rebuscó una Glock 20, le apuntó al chico.

-Los hombres... so-solo son unos maldi-tos perros, y ninguna mujer debe confiar en ellos-tragó grueso y caminó de lado, sin dejar de apuntarle-Merecen morir... Yo puedo acabar con todos; me conocen como Donna Cattiva y disparo sin contemplación. Esta es mi vida y no la cambio... Estoy feliz... De matarlos-La última frase y no dudó en disparar a la garganta de aquel joven. Provocando de impacto su muerte, algo en ella volvió y fue su malícia, esa que tenía guardada últimamente, ella sentía que podía dispararle a alguien pero no para matarlo, cerró sus ojos, y llevó su mano a su boca callando su sollozo, soltó el arma, abrió sus ojos y golpeó la pared que tenía a un lado.

-¿¡Qué mierda te pasa!? ¿¡Qué incoherencia fue esa que dijiste!?- Se gritó a ella misma mientras no dejaba de llorar.

Por la puerta entró Mouque alarmado y preocupado, a su espalda la tomó rodeandola con sus brazos mientras hacía un sonido de silencio, intentando calmarla, si ella estaba mal, él estaría peor.

-Sé que estás confundida, pero escuchame, yo estoy contigo y sea cual sea tu elección yo te apoyo, siempre voy a estar para ti, para todo problema amor.

Lo suave de su tono al hablar le tranquilizó, ella corrió con sus manos las lágrimas que corrían por su rostro y como pudo se giró teniéndolo de frente, le abrazó con mucha fuerza, y en un susurro le agradeció.

-Ahora ve y demuestra que tu eres la única matona-se rió por lo bajo y ella le dio un leve golpe en el brazo riendo después de escuchar su quejido falso-O sólo quédate conmigo y acabamos juntos lo que ya empezamos, o lo que yo empecé a acompañarte-Juntó su frente con la de ella y seguido de eso le dio un beso, el contacto de sus labios con los de ella encendió la chispa de emociones alocadas que Donna tenía, eso necesitaba, sus besos, sus abrazos y caricias, él, tenerlo, la seguridad que él podía proporcionarle; se separaron y ella se vio en el reflejo de sus ojos, sus ideas se aclararon y se alejó un poco dedicándole una sonrisa.

-Hay que ir por Hesdovoj-De una sonrisa perfecta paso a una carismática sonrisa de lado.

-Hay que planearlo-Mouque se acercó rápido dándole un beso de piquito, agarró su mano y la jaló hacia la puerta encaminandose a su oficina, al llegar Donna se dirigió a la parte trasera de su escritorio, su biblioteca, sacó de alguna gaveta un mapa plegable de Rusia, lo extendió por toda la mesa y llevó su dedo índice y pulgar a su barbilla mientras sus labios los apretaba, parecía pensar que buscaba, Mouque le veía atentamente, no quería interrumpir la, sabía cuán explosiva era Donna cuando le intervenían sus pensamientos.

-Vale, no sé dónde buscar-Se tiró en su silla y soltó un suspiro.

-Kazán-Respondió Mouque.

-¿Cómo cariño?- Se hizo la que no escuchó, pero estaba sorprendida.

-Cuando estaba en Rusia, el siempre hablaba de que tenía que salir de Kazán, así que es ahí donde hay que ir, tiene gente en ciertos callejones de las peores zonas de la ciudad, podríamos dar con él.

-Gracias amor, aunque... Sabes que la mafia allá está permitida, es como legal matar y vender droga en la calle, él sería casi como el dueño de la ciudad.

-Oh, no lo sabía.

-No será fácil dar con él.

-¿Por qué lo dices?-Mouque se sentó enfrente de ella.

-Solo es un presentimiento-Llama a las chicas.


*****

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 02, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mirame, voy tras de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora