El beso de los dos duró más de un minuto, costándole cada vez mas respirar, separándose y tomando nuevamente aire para regular su respiración.
—¿Qué fue eso?
—Un beso, ¿No?
Mouque la suelta para regresarse a su silla, Donna le mira aún sin entender pero este ignora a la mujer dejándola con la palabra en la boca y tomando ambos platos de la mesa y saliendo de la habitación.
Donna indignada toma la copa larga y destapa el vino tinto sirviéndose hasta el tope y tragando todo el líquido como si vertiera agua a un pozo.
El dulce amargo de la bebida le ha puesto erguida, preparada para hacerle una seria pregunta Mouque.
La puerta con dificultad parecía abrirse, ella no se iba a mover de su lugar cuando lo vio atravesando la puerta con ambos platos, calientes. Los colocó sobre la mesa y le miro.
—¿Aún quieres comer?
—¿Qué sientes por mi y por qué?
Mouque quedo atónito ante su pregunta, ya él le había dicho un par de veces el porqué, pero no se quedaría callado, era capaz de decírselo hasta mil veces, o por lo menos hasta que Donna no lo pregunte más.
—Por ti siento terremotos en mi interior. Por ti siento mariposas en mi estómago. Por ti siento que hay alegría cuando te veo. Por ti siento que cada día contigo es único y especial. Por ti siento que puedo ser cursi y eso que jamás lo he sido. Por ti siento que daría la vida. Por ti siento cada sentimiento positivo a tu lado. Por ti siento que gustoso bajaría las estrellas, el sol, la luna, los planetas, galaxias y universos a tus pies, y hablamos de algo infinito, algo gigantesco que no tiene fin, algo como lo que siento por ti, algo llamado amor, querer, adorar, encantar, gustar, atraer, todo, te juro que todo eso lo siento por ti. ¿Por qué? Es seguridad que siento a tu lado, es preocupación lo que percibo cuando no te tengo cerca, es tristeza al saber que hago malas cosas y te hago molestar, es felicidad cuando pasamos largos ratos juntos y nos divertimos, y así con cada cosa, te repito cada cosa porque de verdad eres una mujer grandiosa y sí, ¿Qué importa si no conozco nada de ti? Quizá la mejor versión o la peor es la que conozco de ti, pero creeme que me gusta, me gusta todo lo que eres.
Cada palabra salía de sí como si escucharas algún instrumento musical con la más perfecta melodía.
—Entonces hay mucho tiempo para que me conozcas.
—Siempre y cuando me lo permitas.
Ella le sonrió.
—No deberíamos seguir besándonos. Quiero aclarar muy bien en mí, lo que yo siento por ti... Quiero conocerte más y saber si eres bueno o no para mi.
Donna hablaba como toda chica risueña a quien alguna vez le rompieron el corazón.
—No impidas que te bese, creeme que al hacerlo es como una dosis de energía que recibo. Quiero conocerte de verdad y saber quien eras antes de todo esto.
—Bueno... Comencemos con mi verdadero nombre, detrás de todo este camuflaje, de ser "mala" y no ser conocida por nadie, de tener tanto poder con tan poca edad.
Donna hizo una pausa, dudaba entre decirle o no.
Gedisa y Meg entraron de golpe a la oficina.
—Donna ha ocurrido algo en la empresa, alguien ha entrado.
—¿¡Qué mierda!?
—No se sabe quien sea, pero llamaron a Meg, las chicas de seguridad están revisando el lugar.
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Mirame, voy tras de ti
Teen Fiction¿Dinero? ¿Armas? ¿Drogas? ¿Hombres? ¿Estafas? ¿Poder? Lo tengo todo, pero ahora lo quiero a él. La camorra mas conocida entre los mafiosos más grandes del mundo está compuesta por mujeres, y nadie lo sabe. La mejor instalación en seguridad, narc...