Capítulo 13

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Nuestra primera parada tras regresar a la ciudad, fue la casa de Jake.
Sabíamos que estaban reunidos y pude convencer a Andy de ir ahí antes que a la casa de mis padres.

—¡Hola! —Ashley nos recibió en la puerta—. ¿Cómo se la pasaron?

—¡Maravilloso! —comenzó Andy extasiado—. Fue la mejor noch... –le di un codazo en las costillas.

—¡Andy!

—¡No lo puedo creer! Lina... ¿cómo pudiste?
Ashley empleó el mejor tono de voz dolida que pudo haber usado.

—¡¿Qué?! —sonreí nerviosa.

—¡Tú! —graznó.

—¡¿Qué?!

—Cómo me pudiste engañar con este —miró a Andy de pies a cabeza—. Este... ¡flacucho!

—¿Flacucho? —Andy frunció el ceño.

Guardamos silencio unos segundos. Yo; tratando de comprender la escena de drama; Andy, probablemente estaba pensando que Ashley necesitaba un buen escarmiento.
Y Ashley, comenzó a formar una sonrisa de oreja a oreja hasta que empezó a reír.

—Eres hombre muerto —replicó Andy con una sonrisa sarcástica.

—¡Vamos hermano! —le dio unas palmadas en el hombro—. Solo estoy jugando con ustedes.

—¡Estás muerto! –Ashley entró corriendo a la casa—.¡Ahora si va a saber quién es Andrew Biersack!

—Déjalo amor, —reí acompasada—. Ya sabes que Ash siempre anda buscando a quien molestar —estiré el brazo para acomodar su cabello.

—Si...

—Al propósito... también fue mi mejor noche —susurré coqueta a solo unos milímetros de su oreja.

—Y habrá muchas más –respondió de la misma manera.
Me abrazó y nos perdimos en nuestros ojos unos segundos, en total silencio antes de besarnos.
Lo de anoche había causado una ardua tensión sexual entre los dos.

—Oigan —Jake nos hizo separarnos de nuestro beso pasional en un segundo—. Entren a la casa y luego se siguen besando, tengo vecinos ¿saben? —movió la cabeza de un lado a otro en un vaivén y con una gran sonrisa.
Accedimos de inmediato a su propuesta, ambos con una sonrisa indulgente dirigida al otro.
Quizás los chicos tenían razón, solíamos ser muy empalagosos.

—¡Mi amor! –CC corrió a abrazarme.

—¡He, he! Aléjate, es mía —cruzó el largo brazo entre los dos, impidiéndole abrazarme.

—¡Claro que no! Yo la vi primero –sonrió de oreja a oreja luego de aventar el brazo de Andy y darme mi abrazo.

—¡No es cierto! —protestó.

—Ashley es testigo. ¿Verdad Ashley? –gritó en mi oreja, me estremecí.

—Cierto, ¿dónde está Ashley? Me debe una el muy hijo de...

—¡Andy! —le interrumpí.

—Creo que se metió a la cocina —anunció Sammi.

—A si... —continuó Andy recuperando el hilo—. CC... ¿cómo te explico que Lina es mía?

—¡Y mía también!

—De acuerdo, de acuerdo. CC, ya suéltame –reí.

—Si ya suéltala.

—Andy hermano —alargó cada sílaba—. ¡No te enojes! Sabes que me gusta jugar contigo –rió.

—Lo sé... pero cuando se trata de Lina —hizo una pausa—. Sabes que soy un poco...

Un amor inesperado [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora