Capítulo 31

47 4 0
                                    

El siguiente par de días había sido muy extraño.
Andy y Juliet permanecían encerrados la mayor parte del tiempo,  y cuando salían, Andy se convertía en la persona más ruin y déspota que había conocido. Incluso más ruin que Juliet.
Tanto era así, que me había olvidado de las teorías conspirativas.

—...¿Lina?... ¡Lina!
Di un respingo.

—¿Eh? —miré a Salma—. ¿Qué pasa? —sonreí.

—Decía que si ya quieres volver a tu casa —me miró sonriente.

Habíamos salido a desayunar desde muy temprano.

—Si quieres puedes venir con nosotros —anunció Kellin desde el otro lado de la mesa.
Ben y Ashley lo fulminaron.

¿Nosostros?

Iremos al mall y después por víveres —anunció Sammi.

¿Víveres?
Los amo, pero no gracias.

—Mejor los veo en un rato en mi casa —Ben ocultó una sonrisa detrás de su servilleta de tela y Ashley perfiló una sonrisa descaradamente.
Estaban satisfechos con mi respuesta.
Kellin los miró, frunció el entrecejo por cinco segundos y luego me sonrió tiernamente.
Alguien me golpeó la pierna; era Salma, me estaba sonriendo discretamente.
Volví a casa con CC, Ben y Ashley.
Los demás se habían ido juntos al mall.

Entramos riendo a carcajadas; Ben había empujado a CC en los matorrales sin saber que había fango debajo... o quizás si sabía.

—Con un carajo, ¡¿quieren callarse?!
Vociferó Andy en una de sus rabietas constantes.

—¡Hermano! —dijo CC animadamente—. ¿No te dan bien de comer? —le guiñó un ojo.

Me quedé boquiabierta. Nunca había pasado eso por mi cabeza hasta ahora. Y no fue nada agradable.
Los celos invadieron mi sentir.
Andy me miró determinadamente, y por un instante, podría haber jurado que formuló una fina sonrisa.

—No seas tan imbécil —lo miró desdeñoso de pies a cabeza—. ¿Y por qué vienes tan asqueroso?

—Aaah, vamos... no le digas así a tu hermano Christian —fingió un sollozo y se recargó en el hombro de Andy.

Andy se miró sorprendido, y después de unos segundos, lo empujó bruscamente.

—¡Idiota! ¡Me ensuciaste de tus mierdas!

—¡Oye! —repliqué. Ben me instó a retroceder unos centímetros—. ¡No le hables así!

Andy me miró ceñudo.

—No te preocupes mí amor —CC me dio un beso tronador en la mejilla.

—¡CC! —reí.
Pude sentir el fango en mi cara.

Andy se mofó.

—¿Y los demás? —arqueó una ceja—. ¿Vas a unir a CC al club de tus amantes?

—Cierra la boca Andy —espetó Ashley.

—Imbécil... —dijo Ben por lo bajo.

Por fin..., por fin me sentí tranquila aún con sus comentarios idiotas.
Sonreí.

—¡Adivino! —los chicos me miraron sorprendidos..., y Andy más—. Si nos disculpas, iremos arriba a ducharnos, juntos o por separado, como quieran ellos.

Ben se rio.
Debía entender lo que estaba haciendo.

—Y después... —miré el techo, fingiendo estar pensando—. Veré con quien me acostaré primero hoy.
Ashley y Ben carcajearon sonoramente.
CC al igual que Andy, estaba boquiabierto.
Y cuando Andy por fin salió de su transe sorpresivo, se acercó unos pasos a nosotros.

Un amor inesperado [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora