Capítulo 19

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Habían pasado ya varias semanas desde nuestro primer encuentro con Alex.
Descubrimos que vivía en la misma manzana que Jake, así que en algunas ocasiones hacía apariciones por su casa.
No sabía si era mi mala o buena suerte, pero, nos volvimos a encontrar con él el día que acompañé a Jake a comprarle un regalo de cumpleaños a Salma. CC nos acompañaba y había quedado muy impresionado con nuestra actuación (que ya había mejorado).
No fue muy necesario que le diéramos explicaciones, él solo sacó las coyunturas de la situación.
Y tenía razón, debíamos de contarle a Andy y Salma sobre lo que estaba pasando. Al final, eran los únicos que no sabían.
Sammi nos escuchó hablar al respecto en una de nuestras reuniones: «Lina, tienes que decirle a Andy», fue lo que dijo. Ella le contó a Jinxx, quien, nos aconsejó lo mismo. Y Ashley se había enterado por Jake. A él le parecía divertido, y había mencionado: «¿Por qué tuviste que estar tu con ella y no yo?». En ese caso, habría preferido decir la verdad. Que Ashley era mi amigo, aunque se hubieran agarrado a golpes.

Era sábado por la mañana; tomé una ducha; arreglé mi cabello en ondas; me maquillé como de costumbre y me puse una falda negra con pequeñas piedrecitas doradas y plateadas en el borde. Una camisa negra con flecos que era tan larga que llegaba a la misma altura de la falda (a la mitad de mis muslos), me coloqué un arnés negro, joyería a parte del collar que me había regalado Andy hacía mucho tiempo atrás (pero que nunca abandonaba mi cuello) y de zapatos me puse unas botas igualmente negras. Tomaría rápidamente el desayuno. Quería ir cuanto antes con Andy.
Encontré una nota dentro del refrigerador con la letra perfectamente limpia y cursiva de Anna.
Debió dejarla ahí porque era el único lugar en la enorme casa donde se aseguraba que la encontráramos.

Querida Lina, Juliet y Cynthia
Tuvimos que salir urgentemente a Vancouver. Regresaremos en tres semanas. Esperen nuestra llamada más tarde.
Anna

—¡Grandioso! Me iré con mí Andy.

—¿Por qué tan feliz? —quiso saber Cynthia.

—Porque... ¿para qué quieres saber? —dije aún mirando la nota.

—Lina, ya te dije que puedes confiar en mi —sonrió.

—Mis padres se fueron viaje.

—Y te irás con Andy —dijo divertida.

—Exacto —la miré.

—Juliet y yo iremos de compras, ¿quieres venir? —sonrió amablemente.

—No, gracias.

—Bueno... ¡Ju! —gritó. Un minuto después, apareció Juliet.

—Ya, ya. No grites, adiós Lina.
Tomó a Cynthia con sus largos y huesudos dedos y la sacó de la cocina.

—Adiós —dije indiferente, sin siquiera mirarla.
Puede que Cynthia no me cayera tan mal, pero a Juliet no me la tragaba.

El mall
Juliet

—Bravo hermanita, Lina ya te empieza a tener confianza.

—Si... lo sé...

—Oye... —le propició un codazo para llamar su atención—. El tipo que está parado por allá, con cara de estúpido ¿es Alex?

—No lo sé pero se parece mucho.

—Ven  —la haló del brazo hasta llegar a un metro de distancia de aquél hombre—. ¿Alex?

—¡Ju, Cyn! —les extendió los brazos, extasiado.

—¿Dónde te habías metido todo este tiempo? —sonreía de oreja a oreja.

Un amor inesperado [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora