Capítulo 16

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—Señor Benson, —nos recibió con una gran sonrisa el hostess— permítame acompañarlos a su mesa.
Por supuesto que Carlo eligió uno de los restaurantes mas lujosos.

Nos colocaron a un lado de la ventana, la puesta del sol se estaba poniendo por lo que quedaba perfecto y hasta un tanto romántico..., si no fuera por ese par.

—¿Cómo han estado los negocios, señor Benson? —quiso saber Andy.
Carlo lo miró un tanto sorprendido, bajó su copa de vino.

—Llámame Carlo, por favor —hizo un movimiento ascendente con la cabeza que duró un segundo—. Todo marcha bien. Pronto viajaremos a Vancouver. Cuéntame tu, Andy, ¿que tal la música?
Oh por Dios ¿realmente estaba pasando?
Si hace seis meses alguien me hubiera dicho que Andy y Carlo estarían charlando acerca de sus ocupaciones, le habría dicho que estaba loco de remate, que eso sería imposible.

—Terminamos una gira hace un par de semanas, Lina nos hizo el honor de acompañarnos a unos cuántos shows —no solo el me sonrió, también noté la sonrisa de Anna.
Mis primas por el contrario, tenían un semblante tal como si las acabaran de pinchar.

—Disculpen —vimos a Carlo ponerse de pie al recibir una llamada telefónica.

—Nosotras iremos al sanitario, ahora venimos tía —las vi marcharse moviendo las caderas en exceso. Fruncí el ceño.
Escuché un barbullo muy familiar que me distrajo, Andy y yo giramos la cabeza al mismo tiempo, a la misma dirección. Él también los había escuchado.

—Mira quienes están aquí —sentí como si una chispa hubiera prendido mi emoción.
CC, Ashley, Jinxx, Jake, Sammi y Salma había elegido oportunamente el mismo restaurante.

—Ahora venimos —anuncié a Anna—. Iremos a saludar.

—¿Por que no se los presentas a tus primas?

—No creo que ellos quieran... —la mirada adusta de Anna me hizo callar—. Bien, cuando vuelvan se los presentaré.

Caminamos en dirección a la terraza, vimos a Juliet y Cynthia a punto de cruzarse en nuestro camino. Eché un vistazo a Anna, quizás podía ignorarlas y seguir caminando..., pero no, estaba muy atenta a lo que hacíamos, no tenía elección.

—Oigan —las intercepté una vez que quedaron lo suficientemente cerca.

—¿Qué? —hablaron al unísono, en un tono descortés.

—Mi madre quiere que les presente a mis amigos, desafortunadamente —fruncieron el ceño—. Así que, ¿nos acompañan?
Observaron a Andy un segundo y asintieron.

—Bien, esperen aquí, los traeré.
Caminamos unas cuantas mesas más hasta llegar a la del barbullo, estaban en plena fiesta.

—Hey.

—¡Hola!

—¡Hola! —hablaron al unísono.

—¡Miren quienes se dignaron a venir! —escuchamos la escandalosa voz de CC.

—Pensamos que no vendrían —apuntó Sammi.

—¿Cómo?

—Les marcamos mil veces para que vinieran —informó Jinxx.

—Oooh... —habló Andy—. Creo que los dejamos en mi casa.

—Es verdad..., creo que se quedó en la cama cuando me metí a la ducha.

Un amor inesperado [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora