Capítulo 41

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Andy: ¿Qué pasó?

Tu: Kellin está aquí. —me mira serio— Está en mi casa... tengo que ir con él.

Andy: ¡Te acompaño!

Tu: Andy eso sería sospechoso.

Andy: Pero mi amor. Quiero ir contigo.

Tu: Andy por favor. Se va a dar cuenta, no lo quiero lastimar. —Andy se quedó en completo silencio por unos segundos, tan sólo mirándome. Y entonces me di cuenta; no sólo estaba lastimando a Kellin, también a Andy.

Andy: Está bien amor. Pero por lo menos déjame dejarte por ahí cerca.

Tu: Esta bien Andy. —asentí, sabía que seguiría insistiendo.

Caminamos con lentitud a mi casa, tomados de la mano. Era arriesgado pero vaya que aún teníamos la costumbre.
Los nervios me carcomían y la culpa peor.

Le había sido infiel a Kellin, el chico que no le importó que estuviera esperando un bebé de alguien que no era él. El chico que me había tenido paciencia y había cuidado de mí en un país extraño para mí. El que me estiró la mano cuando pasaba por la añoranza de alguien que no era él.

Pensar todo eso me ponía a temblar y entonces lo vi desde la entrada de mi calle. Afuera de mi casa junto con Amanda.

Tomé un gran suspiro.

Tu: Bien.

Andy: Cuídate amor, no dejes que Quinn te bese, tu eres mía, me hablas, te amo. —dijo con gran velocidad lo cual me hizo soltar una pequeña risa.

Tu: Haré lo poco que entendí. También te amo.

Me di media vuelta dispuesta a caminar hacia mi casa. Pero Andy no tardó un segundo para girarme en su dirección y darme un beso realmente salvaje.

Debo aceptar que la adrenalina lo hacía realmente excitante.

Andy: Ve. —me miró con ternura.

Sonreí de lado tratando de ocultar mi inquietud y nerviosismo.

Mientras más me acercaba era peor la culpa y los nervios que sentía.

Amanada: —dio media vuelta— ¡¡____________!! —corrió hacia mí.

Tu: ¡Amanda, cuanto tiempo! —recibí su abrazo.

Amanda: ¡¡Sí!! Menos de una semana. —reímos ante la realidad.

Kellin: Amor. —se acercó.

Tu: Kellin.

Me lancé a sus brazos dándole un abrazo. No pude evitar llorar.

Kellin: ¿Qué pasa linda?

Tu: Nada. Es sólo que te extrañaba. —mentí, lloraba gracias a la culpa que sentía.

Kellin: Yo también te extrañé linda.

Pegó sus labios con los míos dándome un beso dulce y delicado.

Amanda: Ya ya...

Tu: ¿Y los demás? —evitaba a toda costa mirar sus ojos, en ese momento me quebraría.

Kellin: Están en mi casa —sonrió— se cansaron mucho.

Amanda: Si y todos los demás se tuvieron que quedar en Londres.

Kellin: Convencí al manager de regresar. —interrumpió.

Tu: Kellin ¿Y tus conciertos?

Kellin: Los fans entienden.

Un amor inesperado [EN EDICIÓN] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora