Un amor inesperado [EN EDICIÓN]

Capítulo 47

Andy: ¿Cómo te sientes mi amor?

Tu: Bien. —respondí sin mayor preámbulo.

Andy: ¿A dónde iba Quinn?

Tu: No lo sé, con el médico.

Andy: __________, ¿todo está bien? —me giré a mirarlo con obviedad— Ok. Fue una estúpida pregunta.

Tu: Andy, ¿podrías dejarme sola un momento? —Andy me miró extrañado, su mirada me hacía sentir unas infinitas ganas de soltarme a llorar. Opté por clavar mi mirada en el muro.

Andy: Si me necesitas, estaré en la sala. Puedes pedirle a la enfermera que me llame. —asentí con la cabeza y lo miré salir de la habitación.

...

Después de cuatro días en el hospital y muchas visitas de los chicos, el doctor me había dicho que saldría del hospital. Nada me había hecho feliz en estos días más que escuchar aquellas palabras del médico.

Ashley: ¡Hola mi amor! —saludó al entrar a la habitación junto a Andy.

Tu: Hola Ash. —sonreí.

Andy: Mi amor. —besó mis labios con delicadeza.

Tu: Los esperaba. —sonreí—. ¿Y mi ropa?

Ashley: ¿Cuál ropa? —me miró con confusión.

Tu: El doctor.

Kellin: Hola. —entró a la habitación interrumpiéndome—. Te traje esto linda. —dejó una bolsa sobre la cama; unos jeans cómodos, una sudadera gris y un par de tenis negros.

Andy: ¿Qué es esto?

Kellin: ¿No es obvio? —acomodaba la ropa sobre la cama, éste lo fulminó con la mirada.

Tu: Andy, el doctor me dio de alta. —lo miré.

Ashley: Creí que eso sería dentro de dos semanas.

Kellin: El médico creyó conveniente que sería mejor que __________ fuera a casa.

Andy: ¿Y tú cómo sabes?

Kellin: Estaba aquí genio.

Andy: Un momento. —salió de la habitación mientras tanto Kellin y Ashley me ayudaban a vestirme.

Ashley: Quizá Andy nos mate por esto. —mencionó mientras me sostenía de pie.

Tu: ¿Por qué? —reí bajo.

Ashley: Cuando tengas que ponerte esa sudadera tendrás que quitarte la bata y... no es que no te hayamos visto antes en bikini pero.

Tu: Ok ya entendí. —interrumpí.

Kellin: Quizá de quien deberías temer es de mí. —desataba mi bata.

Ashley: ¿De ti? —soltó una carcajada—. Soy el señor Purdy, Quinn. —le dio una palmada en la espalda.

Comenzamos a bromear entre nosotros. Por fin me sentía más tranquila después de lo ocurrido.

Kellin ayudó a colocarme los tenis y a atarlos. Andy y el médico entraron en ese momento.

—Señor Quinn. —saludó.

Kellin: Qué tal. —sonrió.

—Le haré un examen final a __________. Mientras tanto podría aguardar en mi consultorio para que firme los papeles restantes.

Andy: ¿Qué papeles? —los miró curioso.

—De la alta. —respondió.

Andy: No entiendo. —titubeó—. ¿Por qué él tiene que firmar?