Capítulo 2

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La semana estuvo bastante entretenida, disfrutamos bastante de nuestros últimos días de relajación y ya el domingo estábamos más que listas—noten el sarcasmo—para iniciar nuestro último curso, el cual, realmente espero que vaya mejor que el pasado, sobre todo porque necesito sacar buenas notas para obtener una beca para poder estudiar lo que tanto me gusta: Leyes, sí quiero ser abogada.

Era domingo, último día, estoy en casa de Verónica, dentro de poco su casa será la mía más de lo que ya es porque sencillamente es insoportable estar en mi casa, quisiera tanto que esta situación cambiara, pero a ellos, al parecer, les vale que nos estén perjudicando y hablo por mí, pero, aunque no lo demuestre, a mi hermano también le es difícil sobrellevar esta situación, pero definitivamente lo hace mejor que yo.

En estoy tan enfrascada en mis pensamientos que he dejado a Verónica hablando prácticamente sola y ella no se ha dado ni por enterada.

— Isabella, ¿Me estas oyendo? — Oh, oh me ha descubierto.

— Si te estoy escuchando, pero la última parte no, dime ¿Qué me decías?

— Eres muy buena mentirosa, pero si hay alguien a quien no puedes engañar esa soy yo, así que suéltalo, ¿Qué te tiene tan preocupada? — Me pregunta sin titubeos.

— Nada, Vero, lo mismo de siempre: mis padres, esta situación cada día me es menos soportable, de verdad, en esa casa no hay un minuto de paz.

— Nena, trata de olvidarte de eso, haz intentado tanto como has podido de mil formas y ellos ¿Qué hacen? Gritarte y agarrarla contigo. — Sé que tiene razón, pero ella no está en mi situación y es muy difícil para mí hacerme de la vista gorda, aunque quiera no puedo, es así de simple.

Al otro día, ya es lunes y mis ganas de comenzar el instituto son 0 la única cosa que me alegra es ver a mis amigos. Verónica y yo llegamos 10 minutos antes de que suene la campana porque a la niña se le ocurrió arreglarnos el pelo antes de venir porque amanecimos con unas pintas horribles y por más que le insistí en que eso no hacía falta es una maniática con el pelo, oh no, corrección, es una maniática con el pelo, la ropa y todo lo que se le venga a esa cabecita de ella.

En cuanto hacemos acto de presencia ubico de inmediato a Elizabeth la más callada pero aun así le encanta fiestar, y, y ojo a veces hay que mandarla a callar porque se va de olla, y no me estoy contradiciendo es que ella es media rara, como todos en el grupo, Leonardo, conocido como Leo, adivinen ¿Quién es? El chico que le encanta ir de fiesta, el loquero del grupo, el mujeriego, cambia de chica cada fin de semana, también esta Saúl, primo hermano de Leo son igualitos lo único que lo diferencian es su buen "sentido del humor"  que en algunas ocasiones más lejos de hacerme reír, me hace enfadar y por último tenemos a mi querida Sofía, es como una combinación mía y de Vero es muy estudiosa como yo pero muy loca como Vero pero lo que la caracteriza a ella solita es que sabe muy bien lidiar con los chicos, así que no te metas con ella o con cualquiera de nosotros porque te pone en tu lugar a la de ya.

Y este es mi grupo de verdaderos amigos los que siempre estuvieron conmigo, antes tenía más, pero eran más falsos que el cuerpo de muchas chicas de Instagram como las que ve Saúl todo el puto tiempo.

— Hola chicos— saluda Verónica al llegar a ellos.

— Hola caramelito— dice Saúl. Verónica rueda los ojos, no soporta que la llamen así y Saúl lo sabe, pero lo hace por el mero gusto de cabrearla. Se dirige a mí.

— Hola preciosa— me dice con esa vocecita sexy.

— Saúl no empieces, sabes que a Verónica no le gusta que la llames con ese apodo ridículo.

Isabella (COMPLETA. EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora