Marcos esperaba pacientemente a que yo hablara o dijera la más mínima palabra, me mira como si estuviera analizándome con mucha cautela, él a pesar del poco tiempo que nos conocemos ha aprendido a conocerme como pocas personas, y eso en ocasiones es bueno, pero en otras, no tanto, porque estoy segura que ahora mismo debe de saber mis dudas acerca de si decirle o no.Cierro mis ojos e inhalo y exhalo suavemente tomándome mi tiempo, en cada una de ellas, lo hago repetidas veces, por algún período de tiempo, y luego de que estoy más calmada abro mis ojos y lo veo.
Ahí está él, mirándome como pocos lo han hecho, su mirada cálida, me encanta.
—Los últimos meses del año pasado tuve la experiencia más mala de toda mi vida— sigo haciendo una pausa, he decidido decírselo, necesito que comprenda el porqué de mi actitud, y además quiero que lo sepa...—Sé que no es lo peor que puede pasar, que, en mi vida, si ha sido la peor—me he ido de los que tengo que decir—pues resulta que Nicolás era mi novio— abre sus ojos, está sorprendido.
—¿No lo imaginabas? —Le pregunto.
— Sí, pero no estaba seguro y eso no deja de sorprenderme—dice y levanto una ceja interrogante— no me malentiendas, es que son muy distintos, y no me los imagino, nunca. —Vaya, sinceramente, creí en aquel momento que lo que nos hacía diferente del resto era precisamente que somos personas opuestas, pero esa vez el dicho de polos opuestos se atraen, no me vino tan bien.
—Pues bueno, el caso es que todo lo nuestro fue una mentira, que yo de tonta y estúpida me creí.
—Estúpida no, enamorada, no es lo mismo—dice interrumpiéndome.
— Como sea, el caso es, que de un momento a otro me dejo de hablar hasta dejarme en claro frente a todo el instituto que solo estuvo conmigo por diversión, causando que fui la comidilla de todos por dos semanas, y me volví, más insegura sobre los chicos, me encerré en una burbuja gigante en la que no había espacio para nadie más hasta que Verónica me canto las cuarenta y me di cuenta de que no valía la pena— él me miraba fijamente, pero había algo en ella, que no entendía, dije que él me sabe leer, y al parecer se hacer exactamente lo mismo.
Y entonces habla, pero esto me dejo completamente muda.
— ¿Aun sientes algo por él? —Me pregunta.
— ¡Claro que no! —Le grito.
—Bella, nena no te pongas así, lo siento, pero, necesitaba saberlo, necesitaba oírlo de tus labios— dice y lo entiendo, es normal que dude, tiene razón.
—Desde que llegaste algo cambio en mi— digo y centra su mirada en mi— y el otro día— digo recordando dicho día— me dijo que me quería— dice y me ve asombrado.
— ¿Cómo te puede decir eso después de todo lo que te hizo?
—No lo sé, pero a donde quiero llegar es que no sentí nada— digo y lo veo soltar el aire— no siento nada por él.
— Me alegra oírlo. —Dice yo sonrió.
—Nena, no debes tener inseguridad respecto a mí, no sería capaz de engañarte, como dicen, no hagas lo que no te gustan que te hagan, y a mí no me gustaría que ni tú ni nadie me hiciera algo así, ¿Ok? —Me dice.
— Haré lo posible por superar todo eso, te lo prometo, pero nada es de un día para el otro, necesito tiempo y comprensión, — le digo.
—De mi tendrás todo el apoyo que necesites, Bella— dice y me da un casto beso.
Después de ese momento tuvimos que quedarnos metidos en el baño hasta el final de la primera clase, rogando porque nadie entrara porque estábamos solos en el baño de chicas y podrían malinterpretar la situación, aunque no hubiera pasado nada, aquí lo mínimo que vean significa una tormenta en un vaso de agua.
Ya había pasado la primera parte del día y estábamos los cuatro en el comedor, cerca de nosotros estaban Sofía y Beth y tres mesas más Saúl, quien no me quitaba la vista de encima, cosa de la que Marcos se dio cuenta, y no le agradaba la idea porque tenía apretada fuertemente la mandíbula, realmente estos dos, como que no se llevarían muy bien, hasta que limaran asperezas.
Esta situación de estar todos separados no me gustaba para nada, llevábamos siendo amigos desde el primero del instituto, y no estaba dispuesta a que un malentendido nos separase de esta forma.
Me levante de mi asiento junto Marcos, quien me miro pidiendo una explicación que no le daría en este momento, ahora seguiría mi instinto a ver a donde me llevaba, pero algo que si tenía muy claro es, que quiero a mis amigos de vuelta.
Mis pies se movían solos, yo sabía perfectamente bien cual era mi objetivo, cuando llegue junto a ellas Sofía hizo el intento de levantarse, pero Beth se lo impidió, diciéndole que se sentara de nuevo, ella un poco dubitativa le hizo caso y volvió a donde estaba.
Ella me miraba con cierto reproche y a pesar de que yo no tengo la culpa, puedo entenderla si me pongo un minuto en su posición, puedo entender lo que está sintiendo, pero por otro lado creo que ella debería de haber hablado conmigo, pero bueno, no pensemos en eso en este momento.
—Sofía me gustaría hablar contigo. —Digo captando su atención.
—No tenemos nada que hablar Isabella— dice arisca.
—Mira sé que en este momento no soy tu persona favorita, y aunque no esté viviendo lo que tú, te puedo entender.
—Te equivocas ni así podrás entenderme, por el simple hecho de que no sabes una mierda de por qué surgió todo esto. — Dice gritando haciendo que todos nos miren.
—Sofí necesitas calmarte, todos nos están mirando. — Murmura Beth.
—No puedo ni quiero calmarme, para ustedes es muy fácil, para mí no lo es, — dice y se va corriendo bajo la atenta mirada de todos y yo voy tras ella porque de que me escucha me escucha.
Doy con ella bajo las gradas del patio, luego de haber recorrido una buena parte del instituto. Ella me ve y no parece gustarle nada que la haya seguido, pero bueno.
— ¿Qué tengo que hacer para que entiendas que no quiero verte? — Dice.
— Déjame hablar y si después de lo que tengo que decirte no quieres saber más de mí, pues no te busco más. — Digo sabiendo que es mi única opción y si es lo que ella quiere yo lo respetaré, me dolerá el alma perderla, pero no puedo obligarla.
—Bien, te escucho. —Dice mirándome.
—Desde que empezó el curso supe que algo estaba mal contigo, al principio no me di cuenta de tu distanciamiento con Saúl, eso lo vi después. Nunca me di cuenta que Saúl "sentía algo por mí", —digo— él está equivocado, lo sé, lo que siente por mí es lástima. — Me ve con los ojos abiertos, — Saúl ha confundido sentimientos muy diferentes, cree que es amor, pero no, es lástima, dijo que empezó a sentir eso cuando me derrumbé por Nicolás, no es amor Sofía, de eso estoy segura, yo no sé qué fue lo qué pasó entre ustedes y porqué a él le da lo mismo lo que pase contigo, pero algo me dice que no es así— ella me ve como si le estuviera diciendo mentiras.
—No es cierto, él no me ve de esa manera. —Dice con melancolía.
— ¿Cuándo empezó? —Le pregunto.
—Antes que pasara lo tuyo con Nicolás, nos encontramos en una fiesta y nos besamos— yo abro mis ojos— nunca antes lo había mirado de esa forma, si es guapo y todo, pero éramos amigos, mejores amigos de hecho, le contaba de todo, bueno casi todo— dice riendo y yo lo hago también al entender a qué se refiere. — Desde ese beso muchas cosas cambiaron.
VAMOS A SABER LO QUE PASO ENTRE SAUL Y SOFIA.
BESITOS KYA😘❤
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Isabella (COMPLETA. EN EDICIÓN)
Novela JuvenilIsabella es una chica de 17 años que esta apunto de terminar el instituto y tras haber sufrido su primera decepción amorosa pensó que nunca lo olvidaría, pero siempre esta ese alguien que nos hace ver lo equivocados que estábamos. Esta no es la típ...