Capítulo 16

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¡Maldito! Y mil veces maldito Marcos, ha pasado una semana, estamos a viernes y no me ha dirigido una palabra, no sé qué le pasa, cuando me ve por los pasillos, pasa de mi como si fuera la peste, no entiendo de que mierdas va todo esto, ¿Tan malo fue el beso?, Dios pero yo me estoy escuchando, yo pensando en eso, pero es que de verdad que no sé qué más pensar, su modo de actuar me hace pensar demasiado, ninguna de las clases en las que estamos juntos me habló, ni tampoco se sentó a mi lado como si siempre y aunque me cueste reconocerlo, ya no son lo mismo si él no está a mi lado, fueron aburridas, ¿cuándo para mí una clase de literatura era aburrida? Nunca, en toda mi puñetera trayectoria como estudiante esa asignatura era aburrida, como lo va hacer si es mi favorita, no, de alguna manera este chico, se la rifo y ganó, si él no quiere hablarme más, pues se puede ir...mejor no lo digo. Ahora me dedicaré a lo mismo de él, le voy a dar una cucharadita de su propia medicina, solo hace falta que no me salga el tiro por la culata, dándome cuenta que, a él, que lo yo lo ignore le importa una soberana mierda.

Hoy era viernes y ya habíamos terminado con todas las clases, en la salida me cruzó con Luciana, pobrecita después de todo lo que paso con mi hermano, el martes la vi y hable con ella, lo primero que le pregunté fue como Axel se enteró de todo, me dijo que no sabía y por más que lo pienso no sé quién pudo ser, la única que sabía que ellos estaban juntos éramos Vero y yo y ella sé que no fue, le pedí a Axel que me dijera, pero se ha negado cada vez que lo hago diciendo que no tiene importancia ya ahora decirlo, me dijo que la dejó, eso ya lo sabía, pude ver como su rostro estaba colorado, prueba que no ha dejado de llorar además de sus notables ojeras que trato de cubrir sin mucha suerte con maquillaje por lo marcada que estaban, le dije que insistiera pero se negó diciendo que era pérdida de tiempo que lo había intentado, el domingo después de irme se presentó en mi casa para hablar con él y explicarle todo como a mí pero a diferencia de mí, él no quiso escucharla, la llamo puta y le dijo que en su casa no había lugar para ese tipo de mujeres, me asombre al oírla sin poder creer que mi hermano fuera capaz de decir eso a una chica, lo entiendo mas no lo justifico, el dolor puede hacer a una persona dice cosas de las que luego se arrepiente y él no sería la excepción, en un futuro no muy lejano le va a pesar haberle dicho eso a la chica de la que está enamorado, le dije pero ella ahora tampoco quería explicaciones, es evidente que sus palabras le dolieron inmensamente, y de verdad la entiendo yo tampoco querría saber más de él.

Me dio pena con la chica, verla de esa manera tan destrozada me llego al alma, y saber que mi hermano estaba igual o peor que ella, tampoco ayudaba, quería ayudarlos, pero ahora mismo, no sé cómo, ya pensaré en algo.

Como era viernes, los chicos convencidos por Verónica, obvio que sí, quedamos en salir de fiesta esta misma noche, Sofía en un principio se había negado, pero no se lo permití, necesitaba distraerse y tener un poco de fiesta a ver si se animaba un poco nada que un buen trago no resuelva, ya saben que el alcohol, puede ser amigo o enemigo también, ya saben, mal de amores te hace olvidar, y en una fiesta, te pone sabrosa y te da ganas de fiestar, jajajaja.

Me había salido de casa dejando solo una nota a mis padres, aquel lunes no me pude negar a hablar con ellos, aunque no les permití hablar mucho, empezaron diciendo que debía avisarles cuando saliera y dije que si luego empezaron a darme vuelta con lo de que ellos si se preocupaban por mí que si esto que si aquello y yo no me estaba enterado de nada, mi cabeza estaba con el chico que me gusta y que por una razón que desconozco dejo de hablarme, y me fui, y entonces escuche a mi padre cuando dijo que me diera tiempo, no entiendo desde cuando tanta amabilidad será que ¿Habrán llegado a un acuerdo para el divorcio? Bueno ahora no tengo ganas de discutir eso.

En fin, siempre me voy de lo que estaba diciendo, las cuatro estábamos en casa de Verónica, yo me quedaría a dormir, pero Leo llevaría a Sofía y a Beth hasta su casa, así que desde ya sabía que no podía tomar, porque imposible que maneje estando tomado.

El cuarto de Verónica era todo un caos, había ropa por doquier, está literalmente virado al revés, yo y Beth ya habíamos escogido que ponernos no somos tan maniáticas con la ropa como las otras dos amigas que tenemos atacando el armario.

Beth y yo las mirábamos como daban vueltas una y otra vez, mi mirada de pronto recae en Sofía, ahora está viendo a mi amiga, a la verdadera Sofía, no la que he visto este último mes.

Dos horas después, estábamos listas, las cuatro, nos veíamos hermosas.

Cuando bajamos los chicos nos esperaban impacientes, está de más decir, que les dejamos esperando al menos 40 minutos, ya saben, algo muy típico en la mayoría de mujeres, pero ojo, no soy responsable, fue Vero con Sofía que estaban tratando de hacer un bonito recogido pero no salió y al darnos cuenta de la demora se lo dejo suelto como el resto, solo se puso horquillas para que no le callera en la cara.

Además de Saúl y Leo, también estaba Liam, es obvio, es el novio de Vero y sin él dijo que no iría, no quedó más remedio, solo le pedí que no le dijera nada a Marcos, realmente quería disfrutar de la noche y con todo el rollo de que ni me mira, mejor que no esté para que el ambiente estuviera relajado cosa que no sería posible con su presencia.

Verónica quiso convencerme para que enfrentará a Marcos y le pudiera una explicación del porqué de su actitud, pero me negué, esa fue su decisión y yo no hice nada, si algún día a él se le da la gana que me dé una explicación, pues bien, si no quiere pues se jode.

Había dos autos, en uno iremos Liam, Vero y yo, el primero sería el encargado de traernos sanas y salva a casa de Verónica, y el resto del grupo irían en el auto de Leo.

Al llegar, la fila de la entrada llegaba a la esquina y creí que no lograríamos entrar cuando voy a ponerme al final de la fila Saúl me jala y me pega a su pecho se me queda viendo fijo y yo trago en seco.

— Tenemos invitaciones para poder entrar, Leo las ha conseguido para todos, así que no tenemos que hacer fila— me explico.

— Ah, se acuerdo— trate de sonar normal, pero creo que no lo logre porque Saúl me miró fijamente durante unos segundos y siendo sincera esa mirada me intimido.

Comencé a caminar en dirección a la entrada y sentía a Saúl pisándome los talones. Cuando entramos el club está bastante lleno y creo que más de la fila de afuera se quedara sin entrar.

Fuimos a por bebidas, yo pedí algo suave, no quería emborracharme como la última vez.

Tras algunas más ya Beth estaba ya activada lista para dar movimiento a ese cuerpecito que tiene y me arrastró con ella.

Mientras Beth y yo bailábamos, vi a Vero con Liam, a Leo con una chica pelirroja que me parecía conocida pero no le di importancia segura era una nueva en su lista de conquista, Sofía estaba sentada en la barra mirando a quien sabe quién,  no pude seguirla porque me vio mirándola, se encogió de hombro.

En eso siento como me toman de la cintura y mi compañero, que no sé quién diablos es, comienza a seguirme mientras bailo, el chico se mueve bien demasiado bien para mi gusto y eso se me hace un reto y comienzo a moverme más, mi pena se evapora, él hace lo mismo que yo, después de una canción más que hemos bailado, me doy cuenta que he perdido a Beth de vista, trato de localizarla y la veo bailando con un tipo, a ciencia cierta puedo decir que es mayor que nosotras, rondara los veinte tantos, pero lo olvido y me concentro en los últimos acordes que suena de la canción en cuanto esta acaba el chico me gira y quedo cara a cara frente a él, cuando levanto la vista para ver quién es el chico no puedo creerlo, de verdad que no, ¿Cómo no me di cuenta? Joder.

QUIEN CREEN QUE ES EL CHICO CON EL QUE HA BAILADO ISABELLA,LO SABRAN EN EL PRÓXIMO.

BESITOS KYA❤😘

Isabella (COMPLETA. EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora