Estos días lejos de Marcos me han demostrado cuando lo amo y cuanto lo necesito en mi vida, ¿Quién lo diría? Que después de Nicolás, llegaría él a demostrarme que mis pensamientos eran completamente errados. Había pasado los dos días más malos que he tenido en mucho tiempo, Nicolás no me deja ni a sol ni a sombra, me siento asfixiada de solo sentir su presencia cerca de mí.
—¿A dónde vamos? —pregunto—Te has desviado del camino a mi casa —digo al darme cuenta, estaba tan metida en mi mente que no me di cuenta cuando se desvió.
—Hasta que al fin logro tu atención mariposa. ¿En que estabas pensando? —pregunta con curiosidad.
—En que tengo que llegar a mi casa, debo ayudar a mi hermano con algo— Miento, me estoy empezando a poner nerviosa al no conocer el lugar a donde nos dirigimos.
Agarro mi falda nerviosa, ¿a dónde vamos?, veo que maneja por lo que parece ser 15 minutos más y se detiene frente a un gran edificio de lo que parece ser muy lujoso solo al ver la fachada.
—¿Qué es este lugar?
—Es mi departamento mariposa.
—¿Para qué me has traído aquí Nicolás? Llévame devuelta a mi casa.
—No— dice duramente y abro mis ojos.
—Nicolás no sé a qué estás jugando, pero no me gusta.
—Yo no estoy jugando mariposa, te traje porque te tengo una sorpresa preparada.
—No me interesa ninguna sorpresa, llévame a mi casa o me voy sola-digo tomando mi mochila al hombro y avanzando para caminar y alejarme de él.
—Eso no va a pasar—me toma de la cintura para evitar que siga mi camino.
—¡Suéltame! —Le grito. Entonces se agacha y me carga sobre su hombro como si fuera un saco de boxeo.
—Nicolás no me parece divertido esto, bájame ahora.
—No lo haré.
Me suelta cuando llegamos al ascensor, hago silencio durante todo el camino, espero que me enseñe lo que quiere y luego nos vayamos, no quería entrar, pero no me dejó más opciones. Durante estos días que he tenido que estar a su lado me he dado cuenta que él mismo cayo en su propia trampa, él jugó conmigo, pero en el proceso se enamoró de mí, no me cabe en la cabeza como una persona lastima a otra que de la que está enamorada, eso es sumamente retorcido, pero qué más puedo esperar de él si no tiene sentimientos. Las puertas se abren dándonos la bienvenida a un gran salón. Observo atenta el lugar, es muy bonito, pero completamente frío. No tiene nada de calidez, claro, con solo saber a quién pertenece se puede deducir el porqué.
—¿Te gusta? —pregunta.
—Es un lugar bonito. —Es todo lo que puedo decir.
—Será nuestro departamento.
— ¡¿Pero has perdido la cabeza?! ¿Qué te hace pensar que vendré a vivir contigo? Eso no sucederá —Le afirmo. Se ha vuelto completamente loco
—. Eres mía Isabella —dice tomando rudamente y pegándome a la pared más cercana.—, fuiste de él, pero yo seré el último— murmura contra mi frente y entonces me besa, o más bien hace el intento.—No, no, déjame Nicolás —digo entre lágrimas cuando siento que sus manos tocan mi cuerpo por encima de mi uniforme—, por favor detente— le ruego y el parece no escuchar nada de lo que le digo.
—Voy hacer que te olvides que alguna vez hubo alguien más que yo —No por dios. No lo permitas. Cierro mis ojos y le ruego. Sigo forcejeando con él, pero nada lo detiene, hasta que suena una cachetada tan fuerte que me tumba al suelo. Caigo sobre la fría madera aún llorando. No puedo creer que esto me esté pasando a mí—. ¡Mira lo que me haces hacerte! —Grita encolerizado. Ahora resulta que la culpa es mía. Me levanta del suelo y me arrastra hasta no sé qué lugar mientras yo intento inútilmente escapar de él, no lo logro. Cuando lo siento, me tira sobre una cama y cierra la puerta con llave.
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Isabella (COMPLETA. EN EDICIÓN)
Teen FictionIsabella es una chica de 17 años que esta apunto de terminar el instituto y tras haber sufrido su primera decepción amorosa pensó que nunca lo olvidaría, pero siempre esta ese alguien que nos hace ver lo equivocados que estábamos. Esta no es la típ...