Capítulo 6: Lo que en verdad busca

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– ¿Así como? – Poché preguntó, con más curiosidad que antes.

– Yo soy el más que la conoce y creeme, ella no era así – Sebastián comentó y los otros se quejaron.

– Nosotros también estuvimos para cuando ocurrió el cambio en su actitud, no te las eches – Comentó Camila, antes de mirar a Poché de nuevo – Ella era más amorosa, y creia en el amor verdadero, se nos pasaba horas hablando de cuando tuviera pareja cómo sería – terminó riendo y mirando hacia la cocina, a la vez mirando nada.

– Esa era su parte que más amaba – Mario confesó – hasta que pasaron varias cosas y ella tuvo que demostrar ser fuerte – Continuó.

– Nosotros no pudimos remediar lo que hacía, o hace, pues cada vez que intentamos ayudarla, ella nos pelea – añadió Juanpa.

– La falta de cariño es la que busca, pero entendemos que no es de nosotros – Comentó Mario – llenar ese vacío que unas situaciones dejaron en su vida –

Poché cada vez se frustraba más, ya que se le iba añadiendo más leña al fuego, pero no ponían los malvaviscos.

– Me van a hacer perder la cabeza si siguen describiendo lo así, ¿que fueron esas situaciones? Ya lleguéle al punto – Poché gruñó viendo como los demás dejaban escapar una risa.

– Poché, Calle sufre, aún viéndola cómo está ahora, debajo de esa sonrisa hay una chica rota – Confesó con delicadeza Camila.

– Hace dos años hubo una discusión en la casa donde vivía, la cual llevo a la ruptura del matrimonio y al cambio de idea de ella sobre el amor – Sebastián comenzó – No estamos seguros porque fue la discusión, ella solo comenta que fue su culpa –

– Luego de que discutieron, ambos salieron, sin decirle nada a Calle, lo cual ella no se imaginaba, que esa sería la última vez que los veria – Continuo Juanpa – Cuando paso la muerte de sus padres, ella tuvo alojamiento en la casa de la tía –

– No fue una de sus mejores experiencias, la cual solo duro un año, pero cuando se mudó en esta casa, que fue cuando no podía soportar más el maltrato, conoció a un chico llamado Drake – Continuo Mario – Al principio Calle seguía intentando ser la misma amorosa que todos aquí conocíamos pero luego de varios engaños y malos tratos de él, ese lado no sé a vuelto a ver – terminó su voz quebrantada.

– Si, tanto a pasado, ¿Donde ustedes han estado? – Poché preguntó, dejando la habitación en un incómodo silencio, para luego respirar profundo y seguir hablando – Uno no deja a alguien solo en esos momentos, mucho menos aunque se le sea obligado – los miró de arriba abajo, analizando a cada uno de ellos – Con razón me preguntó si en verdad me importaba – Finalizó golpeándose la cara con la palma de su mano.

– Siempre estuvimos ahí, y en verdad nos importa – Sebastián comentó con prisa.

– Pero se nos era imposible lograr algo que estaba fuera de nuestro alcance – Juanpa añadió.

Poché sintio como su estómago dió un giro de mal gusto, y se levantó de un brinco del suelo – Nada estuvo fuera de alcance, simplemente lo quisieron poner así porque era la forma más fácil – está comentó con cada una de sus palabras más llenas de odio que la anterior, dejando que la última les doliera a todos – Les hablaré después, cuando no tenga ganas de darle una paliza – Confesó antes de encaminarse a las escaleras.

– ¿Para donde vas? – Preguntó Sebas con curiosidad.

Ella lo miró – Con Calle – Fue lo único que comentó antes de seguir su camino.

Poché no había ni pensado lo que hacía hasta que se encontraba enfrente de la habitación de la nombrada, sus manos empezaron a temblar un poco pero aún así la levantó y tocó la puerta.

Cuyo acto no fue contestado, y luego de varios intentos más decidió abrir la puerta, notando que la dueña de tal habitación se encontraba en la cama con los auriculares puestos, recostada boca abajo, con los brazos cruzados y la cabeza recostada de estos.

Poché sonrió de lado, cerrando con sigilo la puerta detrás de ella, encaminandose hacia la cama, recostandose al lado de esta quien al sentir como se hundía un poco la cama, se movió del susto, quedandose con una mirada questionable.

– ¿Qué haces aquí? – Preguntó Calle en confusión, mientras se quitaba los auriculares.

Poché la miro a la cara, y la analizó un poco – La verdadera razón es por qué quiero saber qué te pasa, pero como sé que no hablaras de eso, mucho menos conmigo que apenas conoces, diré que es que me gustó tu habitación, y la cama es cómoda – Sonrió antes de mover su mano por debajo de la almohada y acomodarse cerrando los ojos.

– Eh, no te vallas a dormir, no te quiero aquí – Calle comentó tocando la mejilla de esta con un dedo.

– Bueno, qué pena, pues yo no te quiero dejar sola – Comentó en un tono burlón, antes de ponerse seria – Se sincera, sé que no quieres estar en verdad sola –

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora