Poché asintió, quedándose en silencio, entrandose a sus propios pensamientos.
«Eh perdido mi virginidad, con alguien que no quería e de una forma en la que ni me acuerdo, yo que lo estaba guardando para alguien especial» al pensar lo último, sus ojos incómodamente se movieron, deteniéndose en la castaña «¿Si no me acuerdo, no cuenta?» dejó salir un suspiro «Si solo la cosa funcionará así, que bello ambas tenemos perdida de memoria temporal» está río.
Está el trascurso de la conversación que Poché tenía consigo misma, Calle la miraba de reojo.
«¿Que estará pensando? ¿Por qué joder es tan adorable? ¿Me preguntó que éramos antes de que pasara el incidente?» Miro así su brazo «Aun que tengo curiosidad por qué están esas cortadas ahí, pues no tengo idea que o por qué aparecieron de la nada» Se dijo levantando la mirada así la carretera.
Sus pensamientos no dejaron a ninguna de las dos tranquilas, pues intentaban descubrir que era lo que les sucedía, por qué se ponía tan complicada la cosa. La música no era de escucharse, pues aunque la tuvieran en un volumen lo suficientemente alto para escucharlo, no sabían cuales fueron las canciones que tocaban, y si eran de sus favoritas, no había quien que las hiciera cantarlas.
Llegaron a la casa de Sebastián, quien ya las estaba esperando sentado en el escalón de la casa. Una vez escuchó el auto, levantó rápidamente la vista, posandola en las chicas, levantándose, al ver a Poché bajar del auto, sin pensarlo corrió hacia ella, jalandola en un fuerte abrazo.
Poché se tensó al instante, pues inconsientemente su cuerpo se memorizo el tacto de un hombre, causando efectos negativos, pues está lo empujó levemente despegandose de ella, escondiéndose detrás de Calle.
– Lo lamentó, pero no me voy a poder sentir cómoda alrededor de hombres por un tiempo – Poché comentó en un tono apenado, escondiendo la cara en el medio de la espalda de la castaña.
Calle la miró por encima de su hombro, un poco triste – Pensé que estabas bien – Está comentó bajando la cabeza.
– Igual pensé lo mismo – Poché comentó agarrando la parte baja de la camisa y aguantando está con un fuerte agarre.
Sebastián miraba la escena, con ternura, por lo adorable que las dos chicas se veía, triste, por lo que estaban sufriendo, y con rabia por lo que Mario le hizo a Poché.
– ¿Donde esta Mario? – Calle preguntó de la nada, haciendo que Poché se paralizara, y se tensara más, la castaña lo sintió, y sin pensarlo, tomo las manos de la chica y las paso por su cintura, entrelazando los dedos al frente de su abdomen – Tranquila, yo estoy aquí – Esta le aseguro, su voz llena de confianza y seguridad, a lo que la peli-azul, se pudo calmar un poco, pero Calle no se pudo concentrar por la preocupación.
– Él está adentro – Este sonrió – Aún que no creo que sea reconocible – Añadio.
Calle asintió arrojándole las llaves del carro, las cuales atrapó enseguida – Búscalo, que de esta vamos a la estación de policía, nadie se mete con Poché y sale vivo – Calle gruño, y este asintió.
Una vez el chico se dió la vuelta, Calle se volteó, sin soltar el agarre de la pequeña. Sus ojos encontrándose, la castaña se negó en caer en un trance por los bellos ojos que ahora la miraban con miedo.
– Escúchame bien – Calle empezó – Puede que no te conozca del todo, pero no volveré a dejar que algo te pase, van a tener que pasar por mi si quieren hacerte daño, y prometo que no les irá nada lindo – está continuó sería, sin dejar de mirar a la chica, levantó su mano con delicadeza, colocándola en la mejilla de la chica, acariciándola con su pulgar.
Sentía como Poché se calmaba cada vez más, a lo que la castaña sonrió, y se inclino depositando un beso en la frente de esta.
– No me lamento de nada – Se escuchó una voz masculina nuevamente, y Calle se voltio, viendo como Sebastián salía con Mario, quien estaba amarrado en las manos, su cara toda golpeada, y entre los agujeros de la camisa se podía divisar los moretones entre morados y rojos en todo el torso.
Aún así Poché empezó a temblar, una acción involuntaria para ella, apegándose más a la chica al frente de ella.
En el rostro de Mario se pudo divisar una sonrisa – Que pena, debiste sentir lo apretada que estaba, era tan excitante, que de solo recordarlo me pone caliente – Este comentó, obsevando a Calle a lo ojos, o al menos intentando – Pero es algo que no vas a poder experimentar ahora – Este término hundiendo los hombros.
Calle no lo tomo de buenas, metiéndole otro puño en la cara, dejando que este se quejara, tomándolo por el pelo, y restrayandolo con el auto, y luego miro a Sebastián, con una sonrisa de lado.
– Lamento lo de carro – Esta le dijo, viendo a Mario tirado en el suelo inconsiente.
Sebastián hundió los hombros – No te preocupes por eso, ahora vamos – Calle llevo la vista hacia Poché, quien se negaba rotundamente, o al menos eso era lo que demostraba su mirada.
– Llévalo tú ahora, y nos esperas ahí, yo acompañaré a Poché a la casa, necesita estar con su familia por ahora – Está comentó, caminando hacia la mencionada y volviéndo a envolverla en un abrazo.
Sebastián asintió entendiendo la situación – Pues entonces te veré allá – Este dijo, caminando hacia ella y abrazándola, observó hacia Poché y le sonrió, aguantandose las ganas de abrazarla también, se dispuso a sonreírle – Solo quiero que sepas Poché, que yo jamás haría algo para lastimarte – Este comentó dejando salir un suspiro, y dirigiéndose al carro.
Tomo a Mario, y lo arrojó en el asiento del pasajero, cerrando la puerta, sin importarle si le daban o no, total, a el chico no le importaba lo que le hicieran, pues ya había cumplido lo que quería.
– Poché, hay que ir caminando hasta tu casa – Calle le comentó – No queda lejos en realidad – Terminó, y sonrió de lado al ver la expresión de la chica, que aún seguía acomplejada – Venga, montate – está añadio, dándose la vuelta y inclinándose un poco.
Poché sonrió y sin pensarlo le brinco encima, pasando sus piernas por la cintura y las manos por el cuello. La castaña colocó sus manos por debajo del muslo de la peli-azul para sostenerla. Luego de unos par de minutos caminando, Poché recostó su barbilla en el hombro de la chica.
– Tengo que decírselo a papá – Está comentó, y Calle la observó de reojo.
Bueno hermosuras.
Les tengo que decir, que este será el último... Por AHORA, más tarde les vuelvo a subir los restantes y si me motivó, les subo uno o dos de bonos 😂 espero no haberle jugado mucho con los sentimientos 😘 y que les este gustando cómo va la cosa.
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El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]
Fanfiction«Uno enamora a primera vista, cuando sabes que fue tu amor en otra vida» Calle tan coqueta y juguetona, con más de un pretendiente a sus espaldas. Poché tan inocente y amorosa, quien caerá inconsientemente en esa lista con enemigos. ¿Cómo reaccionar...