Capítulo 42: Abriendo el corazón

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Maratón 2/?

Lado de Calle...

Calle apretó su agarre en la motora, sintiendo varios dolores. Está tenía varias patrullas a sus espaldas, pero era lo de menos.

«Si pudiera buscar a Sebastián, pero este aún sigue en la cárcel de hombres» pensó entre dientes, esquivando los carros que se le hacían presente.

Luego de lo que parecía una eternidad , al fin logro llegar a la casa de Poché, y solo se encontró con el Sr. Garzón y Valentina, hablando con una policías.

«Bello, apenas me escape de las que tenía persiguiendome» Maldijo, con una mueca, bajandose de esta, y caminando hacia las personas, bajando la parte superior del uniforme, dejando expuesta solos una camisilla blanca.

– ¿Que sucede? ¿Donde esta Poché? ¿Que ocurrió aquí? ¡Alguien hable! – Calle preguntó inquieta, apenas sus palabras saliendo coherentes de su boca.

– Calle, respira profundo, cálmate – Valentina comento, intentando de calmar a la chica.

– ¿Cómo has llegado aquí? – Uno de los guardias preguntó, con curiosidad obsevando el atuendo de la chica.

– Chica en peligro, medidas drásticas – La castaña comentó cortante y sería – ahora, necesito saber qué ha ocurrido con Poché, sé que está en problemas – Está comentó, reposando una de sus manos en su cintura, moviendo su pies impacientandose.

El Sr. Garzón levantó una ceja – Jamás comentamos que estuviera en problemas – Este comentó intrigado por la actitud de la castaña – Alguien se metió en la casa, una de las ventanas estaba rota, y la sala parecía que un huracán paso por ahí – Este finalizó.

– ¿Cómo estás tan segura que esté en problemas? – Vale preguntó con curiosidad, confusión y una poco de miedo, al saber que su hermana estuviera en peligro una vez más.

Calle golpeo su cara con la palma de su mano, en un acto de frustración – No lo sé, de acuerdo, solo sé que lo siento, siento cuando ella está en problemas, y ¡ahora misma lo está! ¿Por qué creen que me eh escapado de la cárcel? ¡¡Necesito saber cómo está ella!! – Está confesó desesperada, mirando hacia la casa.

– ¿Que tu te has que...? – El guardia comentó, entre cerrando los ojos, caminando lentamente hacia ella.

– Como se te ocurra intentar, o si quiera pensar esposarme, y meterme dentro de esa patrulla, juro que descárgare la pistola que tengo en ti – Calle gruño, mirando al guardia de reojo, quien reflejo pánico en sus ojos, retrocediendo los pasos que habían dado.

El Sr. Garzón llevaba una sonrisa orgullosa en su rostro, mientras Vale tenía una expresión pensativa en la de ella, viendo sorprendida a la castaña.

– Iré a ver a Mario, no puedo seguir perdiendo tiempo aquí – la castaña añadio, dándose la vuelta.

– Iré contigo – Valentina se ofreció, a lo que la castaña asintió, esta vez decidiendo tomar el auto de la peli-azul.

Luego de buscar las llaves dentro de la casa, se montó en el auto, con Valentina en el lado del pasajero.

– ¿En verdad la amas tanto? – Valentina preguntó, colocándose el cinturón, mientras veía como la chica extraía el carro del garage.

Está desvío la vista un minuto depositandola en la compañera, antes de continuar mirando lo que hacia  y cambiaba la palanca antes de arrancar.

Calle tenía una expresión pensativa – Diría que la amo tanto, que hasta moriría por ella, pero poniéndome a pensar, morir es algo demasiado fácil – Está comentó, con una sonrisa, sin despegar la mirada de la carretera – Así que te diré, que la amo tanto que viviría por ella, viviría con ella – Está se sonrojo un poco.

Valentina se quedó en silencio pensando en lo que había comentado, y en los que ah estado ocurriendo.

– Valentina, cuando digo que amo a tu hermana, lo digo enserio – Esta volvió a empezar – Yo crecí sin nadie que me enseñara lo que era el amor, y eh pasado por tantas personas pasajeras que hasta había olvidado que existía esa palabras – Miro a Vale y volvió a mirar hacia al frente deteniendo el auto – Poché me ah hecho sentir cosas que nadie a hecho – Está se bajó del auto mirando a hacia la casa al frente de ella.

Valentina la siguió, escuchando atentamente lo que la castaña comentaba.

– Me ha hecho volar, sin tener que despegarme del suelo – se acercó a la casa, tocando la puerta – Me ah hecho sentirme viva, no en la forma de la que detiene mi corazón con un beso, si no de la forma en la que le da vida a mí corazón con cada beso, de esas que te hace sentir viva – La puerta del lugar se abrió, y la madre de Mario fue quien salió.

– Hola Calle, hace tiempo no te veía, pero Dios mio que pintas las que llevas, ¿no quieres pasar? – Está comentó con un tono maternal, y con ternura, todo lo contrario a su esposo u hijo.

Está negó con la cabeza – Necesito hablar con Mario, ¿Se encuentra? – Está preguntó con respeto, a lo que la Señora negó.

– Dijo que se iba a encontrar con un tal Juan, y iban a ir a la casa del bosque – Está comentó.

Calle asintió, recordando aquella cabaña, en la cual piso una o dos veces varios años atrás. Está se despidió, dando las gracias antes de volver a dirigirse al auto.

– Eh visto el cielo en sus ojos, aún estos siendo marrones, ah vuelto mi mundo de cabezas, y a llenado de aventuras mi vida – Está continuó encendiendo el auto, y arrancando una vez más, apretando sus manos en el volante – Estoy segura de que ella es el amor de mi vida, y no me molestaría para toda una eternidad al lado de ella – Está finalizó con una sonrisa de lado – No dudes en lo que siento por tu hermana, mataría si a de ser necesario por ella – Está añadio último.

Luego de unos minutos guiando, llegaron a la entrada de un busque. Este se encontraba como boca de lobo, pues si no fuera por la luz que dejaba salir el auto, no se vería nada.

Está respiro hondo, antes de entrar al camino, sintiendo como el corto camino se volvía una eternidad. Una vez la casa estuvo en su vista, está saco la pistola, deteniendo el carro y cargándola.

– Tú puta madre, no irás a usar eso – Valentina, se hecho para atrás, asustandose por la armas de fuego, pues no se esperaba que la sacará en ese momento.

– A de ser necesario, no dudaré en usarla – Está comentó sería antes de bajar del auto, guardando el arma en el pantalón a sus espaldas, cubriéndola con la camisa.

Se dirigió con determinación y sigilo hacia la casa, tocando el timbre, de esta, escuchado como el sonido se dispersaba por el interior de esta. Unos segundos pasaron antes de que la puerta fuera abierta, y una sabor amargo se apoderaba de la chica.

Está historia las volverá locas 😂😂 amo sus comentarios 🖤

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora