Capítulo 19: Te la dedicó.

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Al Calle sentir como era jalada por la camisa, está no pudo evitar en centrar su mirada a la chica, quien la había dejado sin habla, al detenerse solo un centímetro alejada, sus labios se rozaron, y la castaña no pudo evitar temblar un poco, al sentir como una corriente recorría su cuerpo. Sus respiraciones se habían combinado en una, eran de cambio aviones dulces y alcohólicas, pero ellas estaban seguras de que el alcohol no era lo que estaba causando ese efecto, esas acciones, eran de algo más adictivo que la bebida.

– Puedes hacer mucho mejor – Poché comentó con un tono coqueta, moviendo su cara hacia el lado, dirigiéndose al oído de esta para dar pequeños mordiscos en este.

Cuyo acto hizo, que Calle cerrara los ojos, aguantando un gemido que quería escapar, llevando sus manos a la cintura de la pequeña para apretar el suéter de esta, intentando controlarse.

Sebastián interrumpió el momento, al haber aclarado su garganta colocando dos vasos más en las mesas.

Calle con rapidez, se tomó su trago, se inclinó hacia Poché – Observame – Le susurro con pesadez, su voz sonaba ronca, como si la chica se encontrar caliente. Sin más se marchó a la tarima, comentándole las próxima canción que iba a tocar.

Poché colocó su mano en el vaso, que se encontraba en la barra, y sintió como su móvil vibraba en su bolsillo.

Lo saco y se percató que era Juan, quien la llamaba, con una sonrisa de lado enganchó la llamada y volvió a mirar hacia al frente, viendo que Calle tenía la mirada posada en ella.

– Hoy le pido a mis sueños, que te quiten la ropa
Que conviertan en besos
Todos mis intentos de morderte la boca
Y aunque entiendo que tu
Tu siempre tienes la ultima palabra en esto del amor –

Calle había empezado a cantar, y Poché no pudo, ni quiso despegar la mirada de la chica

– Y hoy le pido a tu ángel de la guarda, que comparta
Que me de valor y arrojo en la batalla pa ganarla
Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas –

El celular volvió a soñar, y Poché se irritó, sabiendo que era él chico lo contestó

– Estoy en el maldito bar que te conocí, ya deja de joder – Contestó con rabia, y colgó, sin esperar respuestas ni nada, poniendo nuevamente su atención a la castaña.

– No se asuste señorita nadie le a hablado de boda
Yo tan solo quiero ser las cuatro patas de tu cama
Tu perro todas las noches, tu tregua cada mañana
Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos
Tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos –

Calle tenía una sonrisa genuina en la cara, la cual mostraba todos sus dientes mientras aún seguía viendo a la peli-azul, con una mirada delicada, llena de esperanzas e iluminación.

– Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza
Quiero ser tu incertidumbre y sobretodo tu certeza –

Poché a estas, se había levantado del taburete, lentamente caminando hacia la tarima, olvidándose de como era que se respiraba, como su estómago revoloteaba, y su corazón corría a millón.

– Hoy le pide a la luna, que me alargue esta noche
Y que alumbre con fuerza este sentimiento
Y bailen los corazones
Y aunque entiendo que tu
Seras siempre ese sueño que quizás nunca podre alcanzar –

Calle empezaba a temblar, pues por cada paso que la peli-azul daba, más ella se ponía nerviosa, sus mejillas tornándose rositas. Su intentó de romper esa cadena, que la ataba a los ojos de la otra, se le era imposible, pues se sentía incapaz de hacerlo en ese momento.

– Y hoy le pido a tu ángel de la guarda, que comparta
Que me de valor y arrojo en la batalla pa ganarla
Y es que yo no quiero pasar por tu vida como las modas
No se asuste señorita nadie le a hablado de boda
Yo tan solo quiero ser las 4 patas de tu cama
Tu perro todas las noches tu tregua cada mañana
Quiero ser tu medicina, tus silencios y tus gritos
Tu ladrón, tu policía, tu jardín con enanitos
Quiero ser la escoba que en tu vida barra la tristeza –

Poché finalmente llegó a la tarima, colocando sus manos en esta, escuchando mejor a la chica, aún que habían demasiadas personas en aquel lugar. Ella se sentía que estaba a solas con ella, mientras la observaba, podía notar el leve temblor de la chica, y la forma en la que se mordía el labio inferior antes de seguir con la letra de la canción.

– Quiero ser tu incertidumbre y sobretodo tu certeza

Y es que yo quiero ser el que nunca olvida tu cumpleaños
Quiero que seas mi rosa y mi espina aunque me hagas daño
Quiero ser tu carnaval, tus principios y tus finales
Quiero ser el mar donde puedas ahogar todos tus males
Quiero que seas mi tango de gardel, mis octavillas
Mi media luna de miel, mi blus, mi octava maravilla
El baile de mi salón, la cremallera y los botones
Quiero que lleves tu falda y también mis pantalones

Tu astronauta, el primer hombre que pise tu luna
Clavando una bandera de locura
Para pintar tu vida de color, de pasión,
De sabor, de emoción y ternura
Siempre que usted que yo ya no tengo cura
Sin tu amor –

Está finalizó de cantar, al fin logrando roper aquella cadena, que al hacerlo, tomo un grande respiro, calmandose un poco.

«Joder, ¿qué mierdas fue eso?» Pensó para si misma antes de mirar al público.

– Está canción de la dedicó a alguien, no diré nombre pero déjame decirles, que esa persona sabe quién es – Finalizó con una sonrisa.

Está escaneó el lugar, que se llenó de gritos y murmullos confundidos, algo que no le importaba, pero se vino abajo, al notar a Poché, mirando por encima de sus hombros, a un chico que la había abrazado por la cintura, haciendo que el sabor que tenía en la boca y se volviera amargó, antes de soltar el micrófono, el cual causó un fuerte ruido agudo, haciendo que las personas se taparan los oídos y se quejara.

A esta no le importó, solo quería salir a tomar aire fresco, dándole la vuelta al público, y saliendo por la parte trasera del sitio, escuchando su nombre siendo llamado, pero al no tener interés de quién era, no pudo identificar la voz, ignorando lo por completo.

Al salir dió un portazo, dejando que la puerta de metal sonará por el callejón aislado, pues no sé encontraba ni un alma por esos rincones. «No deberías estar celosa, ni siquiera es tuya» pensó, seguido dejó salir un grito de enojó, patinando uno de los zafacones, cuyo acto hizo que este se derribará y esparciera basura a su alrededor.

Se recostó de la pared, sacando una cajetilla de sus bolsillos, encendiendo un cigarro, y jalando de este.

La puerta se abrió, dejándose escuchar el horrible chillido que hacia, al abrirla lenta.

¡Holis bebés!

Eh hecho dos capítulos más, espero que les gusten, por qué déjame decirles que me la pasé toda la noche despierta, por qué una cucaracha se me a metido en el cuarto, y pues se lo tuve que dejar 😂😂

Intentaré subir más, aunque no esté segura cuántos escriba 😉

Espero que hayan dormido mejor que yo 😂 ¡Buen día, buenas tardes y buenas noches! De dónde sea que estén leyendo mi historia, y la hora que sea, ¡los amo!

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora