Capítulo 20: No me hables

6.8K 496 6
                                    

Calle levantó la vista del suelo, dejando escapar el humo de su boca.

– No deberías estar fumando, te haces daño – La voz de Poché se escuchó.

La castaña entrecerró los ojos – Todo hace daño, ahora vete que no estoy de humor – Está gruñó.

– ¿Por qué no estás de humor? Si, apenas casi ahora estabas sonriendo y contando, y de la nada saliste, que por cierto me has dejado sorda – Está comentó, finalizando con un tono burlón, para ver si podía dispersar la incomodidad que se había formado.

– Que pena que no te puedo dejar muda – Calle dijo entre dientes, tirando el cigarrillo al suelo y apagandolo con una pisa.

Poché levantó la ceja, ahora poniéndose sería y cruzando los brazo – ¿Ahora a ti que te pico? No eh hecho absolutamente nada para molestarte – Está se defendió.

– No quiero hablar ahora – Fue lo único que comentó la castaña, despegandose de la pared, y caminando hacia la salida del callejón, donde el ruido se hacía más vivo, ya que se escuchaban las bocinas de los carros, las fuertes canciones todas de distintos géneros, desde las más alborotosas hasta las más tranquilas, y desde las más vulgares hasta las más sanas.

– ¡Calle! – Poché llamo, siendo ignorada nuevamente – Por dios, ¿Calle que es lo que te sucede? Si no me dices no sabré cómo ayudarte – Está se quejó molesta, haciendo que la castaña se frenará, y diera la vuelta bruscamente.

– ¡María José! ¡Ahora no quiero hablar contigo! No estoy de humor, y si no quieres conocer mi parte más vulgar y fría, más vale que me dejes sola – Calle grito, sintiendo como los celos, la inseguridad, las ganas de llorar y la rabia se juntaban, y lo menos que quería era desquitarselas con Poché.

La peli-azul se detuvo, paralizandose en el lugar «Jamás me había llamado asi» pensó un escalofrío recorrió su cuerpo.

Calle bajo la vista hacia el suelo – Lo lamentó – Murmuró con vergüenza, y se dió la vuelta para salir corriendo.

Ella no sabía para donde se dirigía, mucho menos le era de importancia, solo sabía que tenía que salir de ese lugar, alejarse de lo que tanto le tenía miedo, alejarse de Poché.

Esa peli-azul, que había vuelto a encender esa llama que había apagado hace tiempo, ese deseo tan incontrolable, de querer tenerla cerca, la forma en la que esa chica se a convertido en su debilidad, y sin importar lo que intente, de ser fuerte e ignorar lo que siente, termina de rodillas al frente de ella, sin decir una palabra.

Calle se detuvo, inclinándose y colocando sus manos sobre sus rodillas, recuperando el aire que había sido quitado de sus pulmones con tanta rabia.

– Calle, joder, reacciona, ahora con vas a mirarle mañana en la escuela – Se dijo a si misma entre respiro.

«No tienes que mirarle, puedes hacer como si ella nunca hubiera existido» Pensó retomando su postura y observando a su alrededor.

– Eso sería horrible para ambas, yo no lo soportaría – Comentó, y sonrió al ver que estaba cerca de su casa – Jamás pensé que iba a cortar tanto – Dijo un poco más calmada.

Siguió caminando con tranquilidad, pensando en como haría para ir a la escuela, sin tener que lidiar con Poché. Hasta que recordó una cosa muy importante, una vez llegó a su casa.

«Sabeis que te has dejado el bolso con las llaves en el carro de Poché» Pensó a lo que maldijo.

Está se pasó una mano por la cara, antes de hundir los hombro – Lindo, ahora me veré cómo un perro con el rabo entre las patas – Se burlo, antes de continuar caminando hasta la casa de Poché.

La castaña camino varios minutos, y al llegar a la casa de la peli-azul, notó que está no estaba, pues no tuvoas remedio, que sentarse en los escalones, sacando su móvil del celular para buscar los mensajes de Poché.

Calle 😍:

Mira bicho raro, me eh dejado la cartera en tu coche, y ahorita me encuentro frente a tu casa. Me la puedes traer.

Luego de enviarlo, no pasó ni un segundo cuando ya marcaba leído, pero la respuesta nunca llegó. Calle suspiro pesadamente, antes de recostar la cabeza en el pilar, quedándose dormida sin darse cuenta.

Poché llegó a la casa, luego de tener aquella extraña discusión con Calle, Juan le dió con pedir explicaciones, lo cual una cosa llevó a otra y terminaron en otra discusión.

La peli-azul estacionó su auto al frent de la casa, que aun que tuviera un garage, no era de su gusto usarlo. Se bajó y camino hacia la entrada, ya había leído el mensaje que la castaña le había mandado, pues estaba esperando verla para preguntarle qué fue lo que había sucedido, pero al llegar, cualquier plan que había hecho para empezar la conversación desapareció, al ver a la chica durmiendo.

«¿Por qué se quedó dormida ahí? Se va a resfriar, tampoco la quiero despertar» Protestó en sus pensamientos «Esto solo lo hago por ti» suspiro cansada y resignada, abriendo la puerta de su casa, y tomando a la chica a las hombros, y con cuidado la llevo a su habitación, recostandose en su cama.

– Cuando te levantes juro que te regañare – murmuró.

Calle se volteó, acomodándose mejor en la cama, abrazando fuerte una de las almohadas, algo que le pareció demasiado adorable. La peli-azul no lo podía soportar más, pues aparte de la sensación que está le causaba, la canción que le había dedicado había terminado de matarla. Está se inclinó, nerviosa, coloco las manos en la cama, para sostenerse, y con movimientos temblorosos, alcanzó los labios de Calle, depositando un cálido beso en ellos.

Está se retiró al instante, al sentirse como si estuvieran encendiendo fuegos artificiales en su interior, aún sintiendo la sensación en sus labios decidió salir corriendo de la habitación, dirigiéndose al cuarto de los huéspedes.

– No, no, no – Está repetía histérica – ¿Que pasa si se da cuenta? ¿Que le diría? ¿Cómo la voy a mirar ahora? – Pregunta tras pregunta, seguían saliendo de su boca entre murmullos, seguidos, apenas entendible para el que la escuchará.

Se dejó caer en la cama, observando el techo, llevando su mano a su boca, tocando sus labios con la punta de los dedos.

– Lo quiero volver hacer –

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora