Capítulo 22: Que nos cojan confesadas.

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Luego de que la castaña se disculpara, Poché negó con la cabeza, la sonrisa no era visible en ninguna, una sentía demasiada pena, y la otra estaba perdida en sus pensamientos.

– ¿Por qué te disculpas? – Poché preguntó con curiosidad, dejando sus ojos analizar la cara, la expresión que tenía su compañera.

Era algo jamás visto, está se asombró, viendo Calle dudaba de sus acciones, los sonrojada que se iba poniendo, buscando como esconder su rostro.

La peli-azul no pudo evitar tomar a la chica por las mejillas, impulsnadose un poco hacia arriba con las puntas de sus pues, juantando sus labios, cerrando sus ojos cuando estos hicieron contacto.

Calle no sabía qué hacer, la había tomado con la guardia baja, abrió los ojos, en sorpresa, al sentir como la peli-azul movía sus manos al cuello de esta.

La castaña no dudo más, y correspondió el beso, acercándola más hacia su cuerpo. Este era el momento más deseado de ambas, sus labios se juntaban en perfecta sincronía, ninguna queriendo romperlo, pensando que si lo hacian, las cosas se vendrían abajo, y despertarían de un sueño.

Sus momento era tan perfecto para ellas, que no les importó quienes la veían, pues las verían confesándose en acciones lo que se les era difícil admitir.

Se separaron, respirando fuerte a lo que intentaban recuperar sus respiraciones, su compostura, su sentido común.

– Wow – Fue lo único que Poché comentó, a lo que noto una lágrima recorrer la mejilla de Calle.

La peli-azul estaba apunto de hablar, pero se les olvidaron las palabras cuando sintió de nuevo los labios de Calle en ella, evitando cualquier conversación, y solo disfrutando el momento.

– ¡ME DEBES 10 DOLARES! – Alguien grito, llamando la atención de ambas.

Cuando está levantaron la vista vieron a una chica brincando de la emoción y señalandoles.

– ¡TE DIJE QUE ERA REAL! ¡CACHÉ VIVE! ¡Y ME EH GANADO 10 DOLARES! – Siguió gritando.

A lo que Calle y Poché empezaron a reír. Una vez sus risas cesaron, la castaña se le quedó viendo tiernamente, con una mirada profundo, llena de amor y curiosidad.

– Espero que cupido allá hecho un trabajo correcto está vez – Susurró, inentendibles para la peli-azul, quien observaba aún a la chica que estaba brincando.

Miro hacia la castaña – ¿Dijiste algo? – Se preguntó, antes de inclinar la cabeza, con una mirada de perrito, a los que Calle no se pudo detener y le dió un corto beso en la frente, otro en la mejilla y otro en el ojo, que está cerró.

– Nada pequeña – Contesto, su voz llena de ternura y amor.

Calle empujó con delicadeza a la peli-azul, montándose en su motora, y viendo a Poché.

– ¿Te vas? – Poché comentó con un tono triste, mirando hacia el suelo, mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.

Calle lo pensó – Pensaba irme a buscar al amor de mi vida – Está Pauso, sonrió – Pero ya lo eh encontrado, ahorita quiero estar con ella, en un lugar mejor – Finalizó extendiendo su mano – ¿Me permites llevarte a la luna? – Añadio, su sonrisa era de oreja, a oreja, y sus ojos brillaban de ilusión.

– ¿Que pasa si me niego? – Contestó Poché curiosa, viendo como la sonrisa de esta se acortaba, colocando un brazo en su pecho.

– Si te niegas, tendrás que soportar el peso de que le has cortado las alas a este bello angel – Confesó, con una carita triste.

Poché negó con la cabeza, y acepto.

– No soportaría verte destrozada – admitió, abrazando a Calle por la cintura y recostando su cabeza en la espalda.

Calle sonrió victoriosa – Antes que nada quiero que te pongas esto – Comentó entregándole un casco a la chica.

Poché analizó la situación – Solo hay uno, úsalo tú – Está se negó.

A lo que la castaña se negó rotundamente, ayudando a colocarle el casco.

– No soportaría que algo le pase a la persona de la que me eh enamorado – Comentó con cariño, depositando un rápido beso en su mejilla.

Poché se quedo sin habla, por unos segundos – Pero Calle, tú también corres peligro – Está comentó preocupada.

La castaña sonrió de lado – Prefiero cuidar tu vida primero – Fue lo último que comentó.

Acto seguido, encendió la motora, al arrancar divisó a Juan quien la estaba matando con la mirada, está sin pensarlo levantó una mano, y le saco el dedo del medio, en el mismo momento que inclinaba la cabeza hacia al frente y hacia caer las gafas de los, de su cabeza a su cara, tapándole los ojos.

Este gruño, gritando con furia, entre palabras entre dientes hasta bajando los angeles del cielo, con cada una que dejaba salir.

Poché dejó salir una risita, antes de centrarse en la calidez que Calle desprendía, era relajante, y su aroma? Era de una diosa.

– Calle – Poché la llamo, retomando una postura recta, sin soltarse de su agarre.

– ¿Si? – Preguntó mirando rápido a donde ella, para seguido voltear su vista de nuevo a la carretera, dejado que su pelo bailara con el aire.

– ¿Por qué me ignoraste todos estos días? ¿Que fue lo que te dijo Juan? ¿Por qué estabas llorando? – Poché preguntó queriendo callar las preguntas de su mente, que la estaba devorando poco a poco, mientras más tiempo pasaba.

Calle río atónita, pues no sabía ni que contestar – Contestame tú está ¿Por qué no puedo ser fuerte contigo? – Está preguntó dejando a la peli-azul pensativa.

– Uno no puede ser fuerte con una persona que es su debilidad – Poché contestó – Soy tu debilidad, de la misma forma que tú eres la mía – Siguió – No importa que tan ruda, brava, fuerte podamos ser, caremos al frente de la otra sin mucha dificultad – Finalizó.

Calle asintió a la contestación que recibió, con una sonrisa estupefacta formandose en su rostro.

– Ahora, contestame tú a mí – La peli-azul comentó.

Calle negó con la cabeza – Disfruta el viaje, te contestare todo lo que quieras una vez lleguemos a dónde te quiero llevar – Está contestó, escuchando un gruñido de su compañera pero de acto seguido, sintió como Poché quitaba sus manos de su cintura, extrañando al instante el agarre.

– ¡WOO-HOO! – Gritaba mientras extendía sus manos, dejando que el aire cálido la abrazará, y veía a su alrededor.

Viendo como las casas, los carros y los árboles se desaparecian a sus espaldas con prisa.

«¿Me preguntó qué sucederá ahora con esta chica tan tierna?» Calle pensó observandola por el retrovisor izquierdo y luego dirigido su mirada hacia la carretera.

¡Holis bebés!

Una pregunta...

¿Qué piensan de la portada? A mí me pareció linda.

Ya se, ya se, no soy tan buena escribiendo la historia, pero espero que esté les haya gustado, pues tiene lo que muchos ansiaban 😂 o eso espero.

Bueno, sin más les dejo este capítulo, a ver si escribo otro u no... ¿Qué piensan? ¿Debería subir otro?

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora