Capítulo 36: Momento de cambios

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Poché se intrigo, pues luego de lo sucedido, no pensaba que fueran a hablar.

Calle se dirigió a la parte trasera del edificio y se recostó de la pared sacando de su bolsillo una cajetilla del bolsillo. Está lo encendió y se recostó de la pared.

– ¿Tú y mi padre se conocían? – está preguntó luego de dejar escapar el humo de su boca.

Este levantó la ceja, cruzando los brazos – No se de qué hablas –

– ¿Germán? ¿No se te hace conocido? – está preguntó.

Este puso una mirada pensativa – ¿El Sr. Calle? – este preguntó abriendo los ojos – ¿Me estás intentando de decir que tú eres su hija? – este preguntó con un poco de nervios.

Calle asintió – No pensé volver a mí actitud del pasado, pero estos cambios ya me están sacando por el techo, y se muy bien que Mario va a salir de esas paredes con las manos limpias – Está comentó un poco irritada.

Este se quedó en silencio, intentando de poner las piezas en su lugar, pues Germán nunca le había contado sobre una hija – Nunca me contó de ti – Este comentó ignorando lo que la chica había dicho.

Calle hundió los hombros – no nos queria entrometidas en ese estilo de vida – Está comentó mirando de arriba abajo.

– ¿Nos? – preguntó seguido.

Está lo miró a los ojos – Tengo una hermana – Dijo en tono obvio – Ya basta de mi vida, no es algo que quiera contar – Está gruño – Ahora mismo hay algo que los dos queremos proteger, y eso es María José – Está finalizó apagando el cigarrillo con su pies despegandose de la pared.

El Sr. Garzón le observó por un bueno rato – ¿Que piensas hacer? ¿Matarlo? – este preguntó con curiosidad a lo que la chica era capaz de hacer, siendo hija de su mejor amigo.

– Muy fácil – está pensó, colocando una mano en su barbilla – Mejor tomaré las formas de mi padre y lo torturare, total, a él no le importa lo que le hagan – Está contestó hundiendo los hombros, recordando la paliza que ella y Sebas le habían dado.

Este asintió, con tranquilidad y sacudió su cabeza.

– Lamento lo de horita, no fue mi intención dispararte – Este comentó, ahora arrepentido.

Calle negó con la cabeza – No hubo heridos – fue lo único que dijo – De la misma forma en la que me disculpó por mi reacción, hace tiempo no sentía ese sentimiento y reaccionó de golpe  – Está finalizó.

– Entonces, ¿Estamos bien? – Este preguntó extendiendo la mano hacia la chica, quien lo miró unos segundos y la aceptó.

– De eso debes estar seguro – Está sonrió caminando hacia la entrada del edificio.

Una vez adentro Poché se le quedó mirando – ¿De qué hablaban? – Preguntó, mirando a su padre quien se dirigió a la máquina de bebidas.

Calle la observó, inclinó la cabeza y luego miro hacía Sebastián.

– ¿Que a sucedido? – Está le pregunto al chico.

– Han dicho que van a pagar para liberarlo – Fue lo único que comentó.

– ¿Que has hablado con mi padre? – Poché volvió a preguntar.

Calle se pincho el puente de la nariz, y la miro – Poché, no hablamos de nada – Está le dijo.

Poché cruzó los brazos – Estuvieron una hora allá afuera, y me vienes a decir que no hablaron nada, ¿me crees idiota? – Está preguntó molesta.

Calle sonrió de lado – Me reservó el comentario – Fue lo único que comentó.

– Oye Calle – Sebastián llamo un poco preocupado.

– ¿Sí, Sebas? – Está comentó con un tono delicado.

– Esto no va a afectar tu actitud, ¿Verdad? – Este preguntó, un poco nervioso.

Está sonrió de oreja a oreja – Claro que no, eso nunca pasaría – contestó «Demasiado tarde querido amigo» pensó.

– Daniela Calle – Este comentó el nombre completo, causando la sonrisa de la chica que desapareciera – Promete lo – Este dijo en tono duro.

– No prometere nada, luego no me quiero sentir arrepentida por algo que no sé si puedo aguantar – Está dijo sería.

Poché observaba la interacción de estos dos un poco incómoda pues se sentía fuera del tema, y era que lo estaba.

«¿Que tanto no conozco de ti? Cada vez pareces alguien diferente» Está pensó mirando fijamente a la chica «Es interesante» Sonrió.

– ¡Calle! Joder, dime de qué hablaste con mi padre – la peli-azul grito un poco alterada.

Calle la miró, y en el momento que está iba a abrir la boca, una de las puertas se abrieron.

Mario salió, con su abogado una sonrisa en su rostro, mientras tenía ambas manos detras de sus cabezas.

– ¡Libre soy! ¡Libre soy! – El chico grito, mirandolas viendo como sus expresiones se combinaban entre enojó, odio, irritación.

– No célebres mucho jovencito – el abogado comentó serio – Tú padre no va a estar contento con esto – este le confesó.

El chico lo observó – El no hará nada – Este le comento, hundiendo los hombros.

– Sebastián Villalobos y Daniela Calle – Unos de los policías comentó mirando uno de los muchos papeles que llevaba en la mano.

– ¿Daniela Calle? ¿Es enserio? – Uno de los guardias comentó en tono burlón – Pensaba que ya te habías olvidado de estos suelos – Este añadió observando a la castaña.

Calle movió los ojos en irritación – Y aquí vamos otra vez – Está susurró, gruñendo mientras caminaba hacia.

Poché levantó una ceja viendo hacia el guardia que había hablado – ¿A eso que vino? – preguntó un poco preocupada.

– Nada de lo que te quiera contar por ahora – Calle le confesó, caminando hacia la sala de interrogación con Sebastián detrás.

«¿Es necesario tanto puto secreto?» Poché pensó cansada de estar en ese lugar.

– Yo me largo – Comentó la peli-azul con enojó.

Calle se sentó en la silla, viendo al oficial entrar en la sala.

– No te veo desde hace tres años, ¿Por qué ahora? – El guardia preguntó, sentándose al frente de esta y el chico.

Calle lo miró serio – No hablaré hasta que no me traigan comida, no eh comido nada desde esta mañana – Está gruñó.

– Daniela, está no es tu casa – El oficial le comento.

Está hundió – Prácticamente lo era – Está respondió haciendo que el oficial dejará un suspiro de resignación escapar, y camino hacia la puerta de nuevo, saliendo de esta.

Sebastián miro hacia su amiga – Sabes que si nos dejan, no vas a salir por un buen tiempo, ¿Verdad? – Este preguntó preocupado.

– Sebas, no te preocupes por mí, no es como si fuera la primera que estuviera en una cárcel, pero juró que Mario me va a conocer en verdad – Está finalizó dejando la sala en silencio.

Bueno hermosuras.

Tengo la mente en neutro, y ya no sé que poner por hoy, literalmente no sé si estos últimos capítulos han salido bien, espero que les haya gustado.

Además que les este gustando cómo está tornando la historia, me di cuenta que es bipolar por la forma en la que está cambiando 🤣

Este es el último capítulo del maratón, ya están los diez como pidieron 😘

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora