Capítulo 15: Un paso al pasado 2/2

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«¿Es enserio? Este cabron está...» Calle pensó antes de seguir caminando, colocando una mano en la puerta y empujándola haciendo que está hiciera ruido.

Ella no dijo nada, al ver como su novio, estaba encima de otra chica, ambos desnudos.

– Calle – Drake dijo asustado, empujando rápido de encima de la chica.

Calle levantó una mano, con la expresión más seria que le pudo entregar aquel chico, que alguna vez hizo que su corazón latiera a mil, solo haciendo que esta vez se partiera en mil.

Dándose la vuelta, camino hacia las escaleras, sus ojos habían oscurecido, como si algo en ella hubiera muerto una vez más, tomando asiento sin hacer ningún gesto ni ruido.

Juana y Camila se les había quedado viendo extrañada, levantando una ceja, a la forma que estaba actuando.

– Amor, Call – Las palabras del chico se interrumpieron al notar que había más compañía.

Este volteo los ojos en irritación, y se acercó a Calle tomándola por la mano, la cual fue arrebatada al instante.

– ¡A MI TU NO ME TOQUES! – Calle al fin reaccionó – Quien diría que por cada rosas que me dabas era una puta infidelidad – Comentó cayendo en cuenta, la acción del chico – ¡AHORITA PUEDES COGERLE LA MANO A AQUELLA PERRA QUE TIENES EN EL CUARTO, PERO A MI NI SE TE OCURRA PONER UNA DE TUS ASQUEROSAS MANOS ENCIMA! – Las tres personas que se encontraba en la sala, habían quedado sorprendidos en la forma que está había reaccionado.

La castaña con una mirada asesina, camino hacia las cosas del chico tomando el *Xbox one* entre sus manos, sabiendo que era lo más preciado de él, caminando hacia la puerta.

– Llévatela, y sal de mi vida – Dijo con calma, al chico no reaccionar está lanzó el aparato, que dió varias vueltas, dejando un pedazo por cada brinco, cayendo en un charco, ya que había llovido anteriormente.

– ¡MALDITASEA! ¡¿ESTAS DEMENTE O QUE?! – El chico grito saliendo con prisa a verificar su consola.

Calle lo ignoró y camino hacia la habitación en la que se quedaba a dormir su novio, viendo que la chica estaba sentada en la cama verificando su celular.

– Salte o te saco – Calle amenazó.

La chica levantó la vista desinteresada – ¿Por qué habría de irme? Ni siquiera es tuya la casa, por lo que él me contó – está comentó, hundiendo los hombros antes de volver la vista hacia la pantalla.

– ¿Que esta casa no es mía? – Calle burlo caminando hacia ella, la tomo por el pelo, dándole un jalón que la hizo caer al suelo, arrastrándola por todo el camino, incluso al bajar por las escaleras sin importar los quejidos, mucho menos que la chica en sus manos siguiera expuesta.

Drake iba a entrar con la consola en mano, pero antes de que pudiera cruzar el marco de la casa, Calle le había dado una pata en el estómago, haciendo que este volviera a soltar la consola, y que está volviera a caer al suelo, perdiendo así otra pedazo de este.

Termino de empujar a la chica afuera de la casa – Para la próxima que vuelva a verte juro encontrar los papeles de la casa y metertelos por el culo a ver si así entiendes de quién es esta casa – La castaña gruñó – Y no me mal entiendan, pero apenas les hice algo, les dejara sus pertenencias en el parque donde nos dimos nuestro primer beso, pero no prometo que llegues a conseguir todo lo tuyo – Finalizó observando a Drake con una expresión llena de rabia y odio.

Cerrando la puerta detrás de ella, viendo como Juana y Camila estaba boquiabiertas, intentando de analizar lo que había pasado.

Calle las observó levantando una ceja, y sonriendo – Me iré a acostar, estoy demasiado cansada – Comentó la chica, dejando a sus amigas solas en la sala”

Al frente de la chica, ya reposaban cuatro botellas, y tenía la cabeza inclinada hacia abajo, reposando encima de sus manos.

– ¿Calle? – la voz de una chica hizo que levantara la cabeza, solo viendo el peli-azul que ya conocía.

– P-Po-chi – Está sonrió, pasando una mano por su cara.

Poché le dió una mirada triste – Calle, chica, ¿Por qué as bebido tanto? – preguntó, llevando una mano a la mejilla de la nombrada.

Al instante que el tacto se sintió en el cuerpo de ella castaña, está se aferró a la peli-azul.

– Sholo quero ir la casha – está comentó, pero el alcohol en su sistema hacia que se escuchará rara.

Poché entendió, y la ayudo a caminar hacia el auto, dos veces que casi se caen, antes de llegar a este.

– No me dejes, por favor – Calle comentó en el oído de la peli-azul, en un susurro dejando a la chica atónita, pues entre tanto murmullo y palabras inentendibles, esa fue la única frase que dijo clara.

La castaña estaba recostada en el asiento del pasajera, con el brazo cubriendo sus ojos, pero está pudo notar la lágrima que recorrió su mejilla.

Poché no comentó nada, a lo que se dispuso a caminar hacia el lado conductor y encendió el auto, guiando con calma, algo extraño en ella, hacia la casa en la que se estaban quedando.

Al llegar, dejó el carro encendido, para que la chica tuviera aire acondicionado, en lo que bajaba las bolsas de compra, una vez terminadas con estas, camino al lado pasajera, estirándose un poco por encima de Calle para apagar el auto.

– Calle, ven, recueste mejor en la cama – Está dijo en un susurro, con gentileza moviendola para que está se levantará.

Al no recibir ninguna reacción la miro «Espero  que el tiempo que eh estado en el gimnasio me hayan servido para algo» pensó para si misma mientras pasaba una mano por debajo de la espalda de la chica y otra por las rodillas halzandola «Pensé que iba a pesar más» pensó de nuevo impresionada, de que la chica casi no pesaba, cerrando la puerta con la pierna y caminando hacia la casi. A mitad del camino, la castaña llevo sus mano alrededor del cuello de esta, y las entrelazó en la parte de atrás, llevando su cara un poco más cerca de su cuello.

Poché sintió un escalofrío, al sentir la respiración caliente de esta en el cuello, al llegar a la habitación, la colocó con cuidado en la cama.

– Vendré a verificarte un poco más tarde, tengo que ir a comprar unas pastillas, por qué de seguro tendrás dolor de cabeza – Poché sonrió a lo último que comentó, inclinándose al lado de la cama – No debiste beber tanto – finalizó, pasando una mano con delicadeza, en el cabello de la castaña.

Calle abrió soñolienta uno de sus ojos – Quédate conmigo – comentó, levantando una mano, y agarrando la camisa de la chica – Por favor – está hizo un puchero, sintiendo sus mejillas arder.

Poché la observó – ¿Cómo podría negarme? – Preguntó para si misma, levantándose y recostandose al lado de la castaña, quien se acercó a su cuerpo, pasando una mano por la cintura de la chica, jalandola un poco más cerca, y con la otra la usaba para recostar su cabeza, quedando un poco más arriba de la peli-azul, cerrando los ojos, y quedándose rápidamente dormida.

«Joder, está muy cerca»  Pensó Poché quien no pudo aguantar mirar hacia los labios de la chica, y seguir bajando con su mirada hasta el cuello, y luego el pecho, observando cómo está subida y bajaba con tranquilidad, pero el aliento a alcohol la mataba, dejando que ella también cerrar los ojos.

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora