Capitulo 41: Entre escapes, una víctima.

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Maratón! 1/?

A ver, a ver, aquí tienen lo que tanto han pedido! Vamos a ver hasta que tanto llega, y hasta cuánto puedo jugar con ustedes 🤔😂😘

Esta dió un paso hacia atrás levantando las manos.

- Aún queriendo llegar hasta donde Poché, lamento decir que no lo haré si muero en estas paredes - Está comentó sería, mirando al Sr. Jaramillo.

- Tienes la misma mirada de tu padre - Este sonrió, antes de quedar serio una vez más - ¿Poché? Eso suena a nombre de huevo - este burló.

Los ojos de la chica se tornaron más oscuros - También tengo la misma mentalidad que él, así que más vale que no vuelvas a burlarte del apodo de mi chica - Está amenazó entre dientes.

Este paro de reír, quedando serio una vez más mirando a la chica de arriba abajo.

- Jefe, el Sr. Rodríguez lo está llamando - la secretaria anunció, frenando al encontrarse con dicha escena.

- Dile que no puedo ahora mismo - Este respondió sin quitarle un ojos de encima a la chica.

- Es sobre la Srt. Calle - esta comentó mirando a la chica.

Este levantó una ceja, mirando hacia la mujer, extendiendo la mano para recibir el teléfono.

- ¿Si? - Este hablo en la llamada.

Calle observó hacia entrada, percatandose que está estaba libre, y llevó la mira hacia los guardias que ya habían bajado las armas.

- No puedo dejarla libre - Este llevo la mirada hacia la chica - Es demasiado peligrosa - admitió - ¿Quien pago la fianza? -

Una vez la chica escuchó esa pregunta, se animó y actuó, corrió hacia donde la entrada cerrando el portón detrás de ella, antes de dirigirse al mostrador, donde se encontraban enganchadas varias llaves, entre otras cosas. Tomo una que llevaba un pequeño papel que marcaba la placa del vehículo.

Salió corriendo de edificio, escuchando varias alarmas y gritos detras de ella, ignorando el bullicio detrás de ella, está busco con rapidez el número que marcaba en la llave, que para su suerte era una de las motoras de policía, se montó en estas, y escuchó varios disparos.

- ¡¡Al menos deberían aprender a puntar!! - Está burló antes de emprender su viaje.

El camino era demasiado largo para su gusto, y el hecho de que tuviera la ropa anaranjada del sitio no ayudaba con la calor que tenía.

«Espérame Poché, por favor, espero no llegar tan tarde» Pensó determinada, pues ya la imagen de la chica no estaba tan presente como antes, y el dolor había cesado, pero aun así, la chica no podía calmarse.

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Poché movió la cabeza con lentitud, su vista borrosa «¿Donde carajos me encuentro?» Está preguntó, intentando abrir los ojos, pero lo único que lograba ver era negro.

- ¿Hola? - preguntó dudosa al notar una sombra moverse en la oscuridad de la habitación.

La luz fue encendida al instante, momentáneamente cegando a la peli-azul. Una vez su vista fue aclarando, se encontró con la figura de Juan al frente de ella, sentado en una silla, con las manos reposando en el espaldar, y la cabeza en ellas.

- ¿Dormiste bien, bebé? Me imagino que sí, pues no dejabas de llamar a la lesbianita de tu amiga - Este sonrió de lado.

- Ella tiene nombre - La peli-azul gruño, forzejeando intentando de zafarse del agarre de la soga.

- No es algo de mi interés - Este comentó, serio, observando a la chica de arriba abajo - Ahora, dime... - Se levantó de la silla, caminando hacia una de las mesas tomando un cuchilla de esta, y levantandola para examinarla, antes de sonreír y caminar hacia ella - Se te hizo tan difícil tomar el móvil - Señalo hacia el lado de la chica, donde estaban todas las cosas de ella - Y comentarme sobre esto, ¿cuánto tiempo llevan? ¿Mucho antes de que terminaramos? O solo son rumores - Este comentó acercándose un poco más, colocando la punta en el cuello expuesto de la chica.

Poché aguanto su respiración, posando sus ojos en el mango de la alma blanca, sintiendo un sudor frio apoderarse de ella.

- ¡Venga contesta! - Este gruño, apretando los dientes, mientras empujaba un poco más, dejando una pequeña gota de sangre ser notada.

La peli-azul, dejó un leve gemido de dolor salir de su boca - No se, creo que cuatro meses, ni siquiera es algo serio - Esta comentó deprisa, el pánico y la ansiedad apoderándose de su cuerpo.

La cuchilla fue victoriosamente removida, pero con eso llegó un pulsante dolor en su mejilla, y su cabeza se movió bruscamente hacia el lado.

- Eres una zorra - Este gruño - Después de todo lo que había hecho por ti, ¡¿me vienes a decir que me las has pegado a mis espaldas?! - Grito con furia.

- ¡Jamás dije que te las estaba pegando! - La peli-azul grito devuelta - Y ¿como que lo que has hecho por mí? Apenas me hacías caso, solo lo hacias para aparentar - Está hizo una mueca - Jamás me prestaste a atención, solo lo hacía cuando estabamos en público, por reputación - Está se defendió.

Otra bofetada fue depositada en su mejilla - Tú no tiene derecho a hablarme de esa manera - Este gruño, moviendo la cuchilla, y cortando la blusa por el medio, dejando revelar el sostén negro, y su delicada piel - Debería hacer lo que hizo Mario - Este hizo una mueca - No puedo creer que él te haya tocado antes que yo - Gruño antes de arrojar la cuchilla hacia el lado.

Levantó se mano, tomando la fina tela de la blusa en sus mano, para apartarla, y poder tener una mejor vista del cuerpo de la menor. Su acción fue interrumpida, a causa del timbre que había sido activado.

- Mierdas, ¿quien puede ser? - Este gruño, caminando hacia la mesa tomando el tape de este y dirigiéndose nuevamente a su víctima - No quiero que grites, ni hagas el más mínimo ruido - Este gruñó colocando un pedazo en la boca de la chica con brusquedad antes de desaparecer de la vista de la peli-azul.

«¡Calle! ¿Donde estas? Te necesito» las lágrimas se hicieron presente en el rostro de la chica, sin ningún compromiso de que se detendrían en cualquier momento cercano.

El Arte De Cupido - Primer Libro - [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora