Amor y Desconfianza

Capítulo 23.

Amor, un sentimiento que, así como se puede ocultar, también se puede demostrar sin prejuicios. Pero, en mi caso, no puedo ocultarlo por mucho tiempo, soy una persona la cual así no hable, me delato con todo, mi mirada, gestos... Y eso, francamente es inevitable.

Creo que eso es lo que siento por Nelson, y aún sigo en dudas.. No tengo la menor idea de cuando le voy a confesar que el sentimiento es mutuo. ¿Se imaginan? Ser novia de un cantante, una figura pública, un famoso.. Por una parte, sería intranquilo.

De pronto, me llegó un mensaje.

—Hablando del rey de Roma —dije mirando la notificación.

Nelson.

Abrí la pestaña del chat para contestarle.

—¡Hola Anto!

—Hola, Nel.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien, ¿y tú?

—Bien vale. ¿Ya te vas a dormir?

—Dentro de un rato...

—¿Qué hiciste en todo el día?

—Estar acostada, quise cantar pero no lo hice.

—¿Lo haces muy bien?

—No lo sé, jaja.

—¿Me puedes mandar una nota de voz, cantando un pedacito de una canción?

—Sí...

Canté un pedacito de "Déjala que vuelva" de Piso 21 Feat Manuel Turizo.

Él la reprodució enseguida y quedó encantado con mi voz, la verdad dejé de dudar un poco de mi voz al saber que a él le gustó. Es un profesional y realmente me alegra que le guste como cante. Al cabo de media hora, me despedí de él ya que tenía sueño.

Días después... Voy en el auto con mi madre de camino a comprar unas cosas, la radio estaba sonando y de pronto empezó a sonar una canción de ellos, de Los Boys... Twerk. Le subí el volumen ya que estaba bajo.

—¡Caramba, la fans! —exclamó mi madre, riendo.

—Ellos son geniales -sonrío.

La canción dejó de sonar y luego comentaron que es el fenómeno viral, el grupo musical que estremece las redes, el cual es el tema de que hablar de la juventud. Qué orgullo.

Al poco llegamos a nuestro destino. Primero adentramos a una farmacia y después a un supermercado que está situado a una esquina de allí. Mi madre compró unas cuantas cosas para el hogar; al pasar por el pasillo de chucherías no pude evitar los antojos, tuve ganas de coger una caja de flips y rosquitas de colores para comer con leche líquida, mi mami linda lo toleró y me consintió comprándolo.

Cuando llegamos a casa, el auto de mi hermano no estaba en el estacionamiento.

—Qué raro él en la calle ¿no? —dijo mi madre, sarcástica.

—Si vale —reí.

Tras agarrar las bolsas de la compra, adentramos a casa. Estuvimos guardando las cosas en su lugar y, no me resistí para destapar la caja de flips y comer un poco de él; asimismo, mi madre también comió.

Estaba tan cómoda sentada en el mesón de la cocina, y de repente tuve que ir a abrir la puerta ya que estaban timbrando.

¿Erick?

—Erick —dije totalmente asombrada.

—Hola, bonita —dijo sonriendo, mostrándome un pequeño girasol en su mano.