Capítulo 56.

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Sin resistirme más, lentamente recorro todo su torso con mis manos haciéndola estremecer un poco y, al mismo tiempo, sonreír.

Ella mueve sus caderas circularmente de manera lenta y seductora sobre mi miembro.

Que no se despierte, que no se despierte.

El beso se profundiza cada vez más y nuestras respiraciones están súper agitadas.

—Me tienes loco —hablé entrecortado, escondiendo mi cara en su cuello.

En estos momentos temo a excitarme y que mi miembro se despierte, no es el momento adecuado.

Mis manos viajan a sus glúteos para luego apretarlos lentamente.

—Te amo, te amo —me susurró.

La ocasión se pone más intensa y caliente. Ya es demasiado tarde, Rubén (mi miembro) está tomando erección.

—Qué fácil y rápido se despier...

Una voz conocida desde afuera interrumpió a Anto. Inmediatamente nuestros ojos hicieron conexión en modo shock.

¡Su madre la está llamando, ha interrumpiendo esto!

—Mamá... —musitó ella tragando grueso.

Ella formuló una sonrisa socarrona al yo hacer un pequeño movimiento. Ha de haber sentido el bulto.

—Joder, Nel —reprimió su risa reposando la cara en mi pecho.

—¡Antonella! —gritó su madre desde el otro lado de la puerta.

Anto se levantó al instante de forma rápida y no pudo evitar llevar su mirada a mi amigo el cual está un poco despierto.

—Bájalo...

—Tú eres la que se puede encargar de bajarlo nuevamente —dije mientras enrollaba mis brazos en su cintura.

—Mamá puede entrar y no quiero —negó riéndose— por favor, quédate acá para yo salir. Tú y yo no queremos pasar por un momento vergonzoso —dicho esto, se alejó de mis brazos sin dejar de sonreír.

Como sea, el hecho es que mi miembro está un poco erecto y no me queda otra opción que dirigirme al baño para encargarme de que vuelva a la normalidad. Y después, colocarme mi ropa para dejar la de Marcos en la cama de Anto.

- - -

—¿A dónde vas, hermano? —le preguntó ella desde el sofá.

—Voy al centro a buscar a Estefanía ¿por qué? —se voltea.

—Nelson debe irse al hotel ¿puedes llevarlo?

—Sí —asintió.

—¡Nelson! —exclamó su madre saliendo de la cocina.

Vaya.. me está llamando.. ¿para qué será?

Volteamos completamente y ya su madre estaba en frente.

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