Capítulo 61.

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Los días transcurrieron, ya es viernes y el cuerpo lo sabe. ¡Esta chica se va de gira con los muchachos y el crew!

Me siento muy feliz, por primera vez voy a convivir junto a ellos en su trabajo; carrera artística, voy a experimentar como se siente todo eso. Pero.. por una parte, me siento nerviosa y atemorizada puesto que no sé cual sea la reacción de la fanaticada al verme con sus ídolos.

Además, Eliana y la Sra Neris también van a ir, súper excelente.

Desde muy temprano nos encontramos alistando todo.

—Mi niña, haz una maleta pequeña con tus cosas para hasta el domingo, ese día nos venimos más tardar en la tarde-noche —comunicó Neris, mientras recogía unas cosas en la sala.

—Bien —asentí con la cabeza— ¿y a qué hora nos vamos hoy?

—El autobús que viaja con ellos vendrá por nosotros como a las doce del mediodía, para luego ir por Víctor, Gabo y los demás —me explicó y yo seguía asintiendo.

—Entonces voy a hablar con Eliana para decirle que venga un poco antes —dije sacando mi teléfono del bolsillo del short.

Le escribí a Eli para después hacer mi maleta.

En la habitación me topé con Nelson, se encontraba alistando sus cosas.

—¿Cómo vas? —pregunté caminando hacia el closet.

—Bien ¿ya tú la harás?

—Sí, claro.

—¿Llamaste a Eliana?

—Ya le escribí —respondí colocando una maleta pequeña sobre la cama.

Él dejó de preparar su maleta, sentía su intensa mirada en mí, como si me estuviese desnudando con la misma. Subí mi cabeza para encontrarme con sus hermosos ojos. Sus manos viajaron a mi cintura para pegar nuestros cuerpos.

Esto me causa nervios.

—Mi amor, puede entrar tu mamá o.. papá —susurré nerviosa.

—¿Y qué? —me desafió con su mirada y voz.

—Y no quiero que...

Sin usar las palabras, sus besos se han buelto un "cállate" favorito para mí.

Nuestros labios se mueven sincronizadamente, mi lengua y la suya chocan y se envuelven de tal manera en hacer un compás.

—Nel... —escuchamos a su madre acercarse, seguramente ya esté en la puerta, viéndolos

Supongo que paró en seco al vernos así, besándonos.

Qué pena...

—Diablos —musité al separarme de sus labios, aún dando la espalda a la puerta.

—Mamá —mencionó Nelson, alejando sus manos de mi cintura, yo permanezco dándole la espalda con la cabeza baja.

Estoy súper apenada y nerviosa.

—Anto, tranquila —me dijo ella colocando sus manos en mis hombros por detrás.

Y fue así como logré levantar mi cabeza y darme media vuelta, mirando a su madre.

—Descuida —me sonrió amablemente.

En este mismo instante, siento que ella es como una segunda madre.

—Hijo, vengo a decirte que tu papá te está llamando.

Nelson fue a donde su padre y yo me quedé preparando maleta, tengo que estar lista como treinta minutos antes, ya que tardo en arreglarme.

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