Capítulo 41.

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—Antonella.. tú realmente me gustas —me dijo, mirándome fijamente a los ojos.

—Y no pienso lo contrario.

—¿Entonces? Pero.. ¿no confías en mí?

—Ya te dije en que desconfío.

Inclusive tengo miedo de confesarle mi pasado. Creo que no es necesario decírselo, además no quiero seguir teniéndolo presente. Aunque tal vez, algún día, tendré la obligación de contarle... pues no querré guardarme mi secreto y sufrimiento.

Y él sigue mirándome con esa mirada encantadora que volvería loca a cualquier chica.

Y que se apague el mundo, que yo me quedo viviendo en la luz de sus ojos.

Nelson

Sé que hay algo que no deja de ocultarme.. y no se imaginan cuanto deseo saberlo. Pero todo a su tiempo, las cosas apresuradas no resultan.

Justo ahora no sé si decirle lo mismo o esperar que esté completamente seguro de lo que siento, aunque lo veo muy difícil para descifrarlo.

Es que, no sabe el desorden de emociones que me provoca su sonrisa.

Tan delicada, tan pura, tan real, tan perfecta.. de eso se trata su sonrisa, y risa.

—No me aguanto más —dije en susurro, negando.

—¿De qué hablas? —me preguntó confusa, con el ceño fruncido.

—Contigo he hecho muchas cosas por primera vez, ¿sabes?

—Cómo qué?

—Como enamorarme..

Se lo tenía que decir, mi garganta estaba a punto de estallar si no le decía. No me puedo resguardar nada.

Nuestros ojos se penetran cada vez más, con la misma intensidad desde el principio. Mis manos acarician suavemente sus mejillas, acercando su rostro al mío.
Juego con mis labios, dándole intención de que muero por besarla y, en un abrir y cerrar de ojos ya nuestros labios se movían simultáneamente, a la perfección.

El beso profundizaba aún más y con una de sus manos entre la cien y cuello, hacía que me afincara más a ella con la finalidad de aumentar la velocidad del beso.

Nuestras respiraciones estaban saliéndose de control pero, sin embargo, no nos separábamos por nada del mundo.

Disfruto de la suavidad de sus besos como si fuese la última vez, es inigualable. Mi lengua roza con la suya y de forma inoportuna, sentí una mordida de labio de su parte.

Ya mi respiración estaba vuelta hecha un desastre al instante de haber acabado el beso.

—Me encantas.. me tienes loco —susurré rozando mi rostro con el suyo, aún teniendo la respiración agitada.

—Y tú a mí —respondió reflejando una sonrisa de boca cerrada.

—¿Crees que debamos regresar a ca...

Una llamada proveniente de mi celular me interrumpió repentinamente.. sólo a Eliana se le ocurre interrumpir este momento tan... especial.

—¿Quién es?

—Mi mejor amiga —respondí con la mirada a la pantalla.

Y contesté antes de que se cayera la llamada.

—¿Aló?

—Soy yo, el chico que te tropezó en la dis...

—Eli, ¿qué pasa? —dije tratando de calmar la estabilidad de mi respiración.

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