Capítulo 38.

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—Mami, llegaste —dije entrando a la pequeña oficina que hay en casa.

—Sí, hija —subió la mirada a mí— ¿Cómo estás?

—Bien, con ansias de terminar las clases.

—Ya estás en la recta final, cielo —dijo mientras revisaba algunos libros en su escritorio.

—Sí.. —quedé en silencio por unos segundos, mirando lo que hace— Oye má, quiero conversar contigo —dije caminando hacia la silla de su frente.

—¿Ahora? Anto estoy ocupada con cosas del trabajo —dijo hojeando un libro.

—Sí, mamá —apoyé las manos en la silla.

—Toma asiento —lo señaló.

Me senté en la silla frente al escritorio y me acomodé lo suficiente para empezar la conversación. Sólo espero que los nervios no me hagan balbucear...

—Bien hija, te escucho —dijo sin dejar de organizar unos papeles.

—Quiero hablarte de Nelson.

—¿Qué pasa con él?

—Me gusta cada vez más —dije con voz baja.

Paró de organizar los papeles y al mismo tiempo dando una palmada fuerte en la mesa. Su semblante tornó muy serio...

—Uno no manda en los sentimientos —negué con mi cabeza.

—Ya sabes lo que pienso al respecto —dijo con tono neutro.

—¿No te gustó alguien a mi edad? —me crucé de brazos arqueando una ceja.

—Claro hija.

—¿Entonces?

—No estoy de acuerdo en que sea él ¿bien?

¡Maldita sea!

—¡¿Qué tiene de malo en que me guste Nelson?! —grité levantándome rápido, agitando las manos.

—¡Antonella! No me levantes la voz.

—¿Acaso no me puedo sentir atraída por alguien? Es absurdo lo que piensas.

—Mira Antonella, no quiero que sufras.

—Yo tampoco ¿sabes? Pero quisiera darme una oportunidad de ser feliz.

—No creo que ese chico lo logre.

—¡Eres irrazonable!

—No quiero discutir contigo. Y si me permites, por favor hablamos después, estoy ocupada —habló seria.

—Qué decepción... —dije entre dientes, girando la silla enfadada.

Justamente cuando iba cruzando la puerta, mamá habló.

—¡Antonella!

Nelson

No dejo de pensarla desde que se fue. Pensar en ella se ha vuelto algo inevitable.. esa chica está haciendo cosas con mis sentimientos y mis emociones que, antes nadie lo había hecho.

No quiero que precisamente ella sea una más de mi lista de chicas temporales, realmente no lo quiero. Admito que se me hará difícil, pues no estoy acostumbrado a intentar con alguien para tener como objetivo una relación seria y formal; pero daré todo de mí para mejorar en eso y darme una bonita oportunidad con ella.

Estoy consciente que no se merece nada malo.

En estos momentos me encuentro de camino a casa de Eliana, quiero compartir con ella y contarle todo lo que ha pasado con Antonella, bueno más de lo que ya hemos hablado por WhatsApp.

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