Capítulo 24.

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—Yo sólo estaba viendo la televisión y de casualidad me topé con una película.. Y al ver una escena similar a lo que me pasó, los recuerdos empezaron a invadir mi mente como si fuese agua —dije con voz temblorosa.


—Ya, ya sé —dijo Marcos.

—Temo decirles esto pero, por lo visto, su hija tendrá que ir a un psicólogo. Volvió a recaer y no es bueno que continúe así —comentó el doctor, mirando a mi madre.

Mi madre asiente con su semblante de tristeza y preocupación, mientras que mi hermano está a mi lado, sentado de medio lado y apoyando su codo en la cama. El doctor salió del cuarto y mi mamá seguido de él; luego regresó y después de haber pasado un rato acá con mi hermano, se fueron, porque se los pedí.

Quería estar sola. Quería estar completamente sola en mi zona de confort.. Decidí sentarme y coger un libro que se encuentra en mi mesa de noche. Tuve la intención de leer y tratar de despejar mi mente. Sí, soy una persona que a veces, se aferra a los recuerdos.. pero también lucha por superarlos y seguir adelante.

Por otra parte, no he chateado con Nelson y, siendo sincera, no quiero hacerlo en estos momentos. No estoy en las condiciones para entablar una conversación estable y simplemente no quiero que se aburra, de mí...

Nelson

Mi mánager y mi padre han estado sumamente ocupados para lograr conseguir los boletos de avión para dentro de unos días. Necesitamos grabar el videoclip lo antes posible justamente en el estado Mérida.

Días y noches haciendo los trámites y pagando lo que fuese necesario para los pasajes. Luego de tanto esfuerzo y sacrificio, valió la pena. Papá llegó a casa con la noticia de que nos iremos a la ciudad de Mérida precisamente en 2 días.

2 días que lo arrastraré con muchas ansias. 2 días que haré lo que más me apasiona, grabar y ser grabado. 2 días para ver a la chica que me gusta. 2 días para.. ¿ser feliz?

Los días transcurrían muy lento y creo que era por la ansiedad y desesperación que tenía.

4 de septiembre... viaje a Mérida.

Desde muy temprano marchamos al aeropuerto puesto que el vuelo sale a las nueve de la mañana.

Todo el equipo de producción nos encontramos sentados en las sillas de espera, pero yo... yo simplemente estoy con ganas de mandarle un mensaje sorpresa a Antonella, ya que el viaje estuvo previsto en menos de una semana; pero pensándolo bien, le escribiré cuando esté en Mérida.

Otra vez veré a la niña que me tiene hipnotizado con su dulzura...

Durante el vuelo, me mantuve escuchando música mientras que leía y releía las conversaciones que he tenido con Antonella desde que comenzamos a hablar, pues sí, no he borrado el chat.

Parecía un niño enamorado, de verdad. Y si sigo así y si suceden cosas más adelante, creo que voy a terminar enamorado de ella.. eso no lo pongo en duda.

Nos hospedamos en el mismo hotel, hotel Tibisay. Desempacamos algunas cosas y las colocamos en un pequeño armario que se encuentra en la habitación. En este cuarto estoy con los chicos, una habitación para los 3, como siempre. Al desocuparnos, me coloqué de pie en la ventana y me hice una selfie, además le puse la ubicación y la guardé con el propósito de mándarsela a Antonella por privado... Puedo imaginarme su reacción en lo que se la mande.

Foto enviada✔

—¡Estás aquíiii!!!

—Sii.

—¡¿Por qué no me dijiste antes?!

—Quería sorprenderte...

—Nel, ¿cuándo nos vemos?

—Deja que me organice y te aviso ¿va?

—¡Vale!

Tras suspirar de la emoción con una gran sonrisa reflejada en mi rostro, dejé caer mi cuerpo lentamente de espalda hacia la cama, con los brazos extendidos. ¡La alegría que contengo en estos momentos es plenamente pura!

—¡Estás coronando, brother! —exclama Víctor.

—Puedo oler una cuñada por ahí —dijo Gabo entre risas.

Yo solo me reía, no sabía que decir, simplemente no tenía nada que decir ó, la felicidad no permitía expresar mis palabras. El crew y yo estuvimos toda la mañana en el hotel, y estaba dándole vueltas al asunto sobre como ver a Antonella. Hablé con los chicos y me aportaron de su ayuda; los tres hablaríamos con mi padre y Arturo, para ver si permiten que las chicas vengan a vernos... con el corazón a mil y las respiraciones agitadas, esperamos sus respuestas y fue un SI.

Casi que saltaba de la emoción pero debía comportarme ante el equipo de producción y sobre todo de nuestro mánager. Enseguida acordé con Antonella y quedó en que vendría con las chicas a las 2PM.
Y fue desde allí, que comencé a ponerme nervioso.

Antonella

La llegada de Nelson me tomó muy de sorpresa, de verdad; no me imaginé que llegaría antes. Ahora sólo trato de quitarme los nervios que tengo al saber que lo voy a ver, pero.. no puedo. Estoy demasiado inquieta, demasiado nerviosa y cada vez más pasan las horas y ¡no sé como vestirme!

Después de haber estado indecisa y estar dando vueltas entre mis ropas, me decidí por algo sencillo; un blue jeans claro, camisa manga larga de rayas y zapatos deportivos. Además, me hice unas clinejas para no despeinarme tan rápido.

Faltan diez minutos para las 2PM y mi hermano Marcos aún no está listo, estoy empezando a pensar que no me llevará

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Faltan diez minutos para las 2PM y mi hermano Marcos aún no está listo, estoy empezando a pensar que no me llevará. Decidí ir a su cuarto y NO se había arreglado ¿qué carajo?

—¡Estúpido! ¿No me vas a llevar?

Él negó con la cabeza.

No tuve más opción que decirle a mi madre que me llevara junto con las chicas. Durante el camino me estuvo hablando, diciendo que por nada del mundo saliera de ese hotel. A pesar de ello, ella confía en mi, más que mi madre, es mi amiga y, eso es sencillamente bonito. Ella se reía de las estupideces y ocurrencias mías y de las chicas, creo que la emoción nos tenía eléctricas (por decirlo así)

Finalmente llegamos al hotel y tras despedirnos, nos bajamos del carro. Al pasar esa puerta el ánimo cambió drásticamente, pasamos de inquietas a tranquilas debido al nerviosismo que tenemos. Nos quedamos en la entrada a esperar que los chicos bajaran para así poder entrar por completo.

A los minutos nos dimos cuenta de que venían a saludarnos y miles de emociones recorrieron por todo mi cuerpo, provocando una sensación inefable. Sentía como mariposas en el estómago y era porque estaba muy pero muy nerviosa.

Inmediatamente, los ojos de Nelson hicieron contacto con los míos, queriendo decir algo, que las bocas no decían. El saludo entre nosotros lo sentí diferente a los anteriores...

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