Capítulo 35.

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-Ella es Antonella, y su hermano Marcos -dije señalando a cada uno.

-Buenas tardes, mucho gusto -dijeron ellos al unísono.

-Buenas tardes -respondieron mis padres sonriendo- Es un placer.

Estrecharon sus manos presentándose y ahí estoy yo demasiado contento por tenerla por primera vez en mi hogar.

Antonella

¡Oh Dios mío! Siento como las piernas me tiemblan un poco, no hallo que expresión poner ante estar frente a sus padres, en su casa, venir desde lejos.

Me siento ruborizada del todo, los nervios me congelan absolutamente. Subo mi mirada a mi hermano y lo noto muy normal.
Nos ofrecieron sentarnos en el sofá y eso hicimos todos.

-Es un placer conocerte, linda -dijo su madre.

-Gracias señora, para mí igual -sonrío nerviosa.

-¿Viniste al concierto? -preguntó su padre.

-Sí -asiento.

-Y a mí me hace feliz que hagas eso, vienes desde lejos y eso hay que valorarlo -dijo mirándome sonriente.

-Así es -dijeron sus padres asintiendo, con una sonrisa.

-¿Y cuándo se van? -pregunta su madre.

-Mañana antes del mediodía, supongo -respondí, mirando a Marcos.

Estuvimos platicando un rato agradablemente. Nos ofrecieron jugo y aceptamos, Nelson no dejaba de mirarme y sus padres se reían silenciosamente de él.

Al rato, Nel nos propuso bajar a planta baja y accedimos. Nos sentamos en unas sillas de piscinas que son largas.

-Tu mamá es muy chévere -comenté.

-Sí, es súper -sonrió con la boca cerrada- Y.. ¿Se van a quedar en un hotel?

-Sí, claro. Debemos ir a uno y reservar.

-Pueden ir a uno llamado Olé Caribe -propuso.

-Gracias -respondió Marcos.

-Anto, ¿cómo le hiciste para venir, eh?

Dejé salir un largo suspiro y desvié la mirada hacia Marcos, queriendo decirle algo. Cosas que entre hermanos nos entendemos.

-Iré a llamar a mamá para avisarle que llegamos -comentó mientras se levantaba.

Él se alejó un buen en cuanto revisaba su celular.

Por fin nos hemos quedado a solas.

Nel tomó su lugar sentándose a mi lado, estiró sus piernas en la silla y yo hice lo mismo (Realmente no sé que hacen por esta zona)

-La verdad, prácticamente me escapé -dije reprimiendo la risa.

-Ay Anto.. -negó con su cabeza sonriendo.

-Nos aprovechamos del accidente de mi hermano. A su auto lo arreglaron y así, y él debe comprar un repuesto y tuve la idea de decirle que lo venden aquí.

-Gran idea, eh -rió- Pero, el punto es que lleguen con el repuesto.

-Sí, bueno.. Él va a averiguar por acá. Y si no lo logra, se comprará cuando vayamos de regreso -me encogí de hombros.

-Qué locura.

-Lo que hago por ti -lo mira fijamente a los ojos, siendo lo más sincera.

-¿Por qué eres tan linda? -susurra haciendo contacto con mis ojos.

Amor y Desconfianza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora