𝙽𝚒𝚐𝚑𝚝 𝟷𝟼.

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Mi mamá estaba llorando.

Pero molesta.

Muy molesta.

Me sujetó fuertemente de la camisa y le arrancó la cabeza a Bubby.

Golpeó mi cara.

Tiró algunas cosas de mi cuarto.

Rompió mi sillita.

Y me asustó más que el demonio que se parecía a Taehyung.

Todo por haberme escapado.

Pasé todo el día castigado, me dieron en total 2 meses, pero no le veía sentido si igual no hacía nada dentro de mi casa.

El niño no estaba ahí, Bubby estaba muriendo sin su cabeza y mi habitación se había convertido en un verdadero desastre. Aunque en medio del regaño, mientras me gritaba, el vidrio de mi ventana izquierda se reventó y los pedazos cayeron hacia mi mamá, directamente hacia ella.

Yo estaba en el otro extremo, en la esquina, abrazando mis pies. Di un grito de pánico pero ella sólo quedó perpleja, tenía miedo de que se lastimara, pero solo se había cortado. Sus gritos pararon y lo siguiente que hizo fue correr hacía las escaleras y marcar al teléfono.

Yo me encontraba privado de llanto, no sabía cómo sentirme pero me dolía mucho. Los cortes, mi cabeza, mi mejilla, mi espalda, los moretones, mi boca sangraba y luego de que la puerta principal se tirase con la salida de mi mamá, comenzó una orquestada de gritos y lamentos desgarradores en toda la casa.

Estaba desesperado, inmóvil, mi corazón latía demasiado rápido.

Pasos pesados corrían en el pasillo y las cosas se estrellaban contra el suelo, escuché carcajadas macabras y lamentos terribles que, de seguro no olvidaría jamás en toda mi vida. Mi puerta empezó a sonar más, la estaban tocando, daban golpes varias veces ahí y con los segundos se hacían cada vez más fuertes y rápidos. Exploté y emití un sollozo que se unía a aquél bullicio.

Cubri mis orejas y lloré, grité tanto. Yo estaba totalmente horrorizado.

En un intento desesperado por silencio me levanté y corrí para pararme en frente de la puerta. Limpié mi boca goteando sangre.

ㅡ ¡YA BASTA! ¡BASTA! ㅡ La puerta iba a caerse.ㅡ ¡¡CÁLLATE!!

Todo quedó en silencio.

Absolutamente todo.

Me gustaría pensar que fue gracias a mí, pero la verdad no lo era.

Así todo frenético y a punto de sufrir taquicardia sentí cómo unos cómodos brazitos se enrollaban en mi cintura. Sentí una respiración en mi cuello, su aliento.

Jadeaba mucho, sofocado. Entonces volteé a verlo.

Y lo abracé.

Taehyung lo había detenido todo.

Incluso hasta mi propio llanto.

Maratón 2/3.

Niño de la oscuridad • VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora