𝙽𝚒𝚐𝚑𝚝 𝟺.

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Recuerdo que abrí mis ojitos muy tarde al día siguiente. Mamá me regañó porque había despertado muy tarde y tenía un poco de fiebre, dijo unos números ahí que se suponen era mi temperatura, pero no me los memorice, igual no sabía que eran.

Un amigo de mamá vino a visitarme hoy, lo que era muy raro porqué normalmente los amigos de mamá sólo me ven, a veces me saludan, pero no venían por mí, venían por sus extraños juegos y a crear sonidos extraños, también. En mi cuarto, cuándo estaba a solas, solía burlarme de sus ropas y maquillajes, siempre llevaban cosas extrañas y sus ojos negros, al igual que sus uñas. Si yo me pintara así seguro que mamá me mataría, pero no sé por qué le molestaría si ella también hace lo mismo.

Él me revisó de pies a cabeza, me dió la media vuelta y buscó moretones en mí, "por precaución", no sabía que quería decir con eso. Luego volví a mi habitación y cuándo iba a mitad de las escaleras los escuché decir algo sobre un demonio: "Todavía no ha venido a cuidarlo, pero debemos estar pendientes".

¿Un demonio espantoso cómo el de las películas de terror?, ¿Iba a comerme?

¿Vendría visita a casa o serían de nuevo los amigos y amigas de mamá?

Mamá me dió un beso en la frente antes de irse a comprar algo, según lo que me dijo, para posteriormente dejarme con seguro en mi habitación, no podía salir. Mamá nunca hacía eso y por eso sentí que me ocultaba algo, sin embargo no quise preguntarle, quería concentrarme más en Bubby que tenía un brazito descosido.

Por mi ventana vi cómo los colores bonitos del cielo cambiaban por unos más oscuros. Estaba anocheciendo y mamá aún no llegaba. Me estaba cansando de dar tantas vueltas en mi habitación y fue cuando sentí que corrían.

Me asusté, mucho, porqué lo que corría en mi cuarto era una sombra, pero mi corazón se calmó un poco cuándo descubrí quién era la sombra que corría.

ㅡ¿Porqué no duermes?ㅡ Me sorprendió su voz de repente en mi oído.

Otra vez mis piernas se hicieron espagueti.

ㅡN-no tengo sueñoㅡ Respondí cómo pude, intentando que mi voz no temblara.

El silencio hacía presencia de nuevo, dándome nervios. Sus ojos azules me miraban mucho, me examinaban más que cuándo el amigo de mamá lo hacía, eso era más escalofriante. Se sentó en la orilla de mi cama a velocidad de la luz, acostando y arropándome de tirón, otra vez.

ㅡNiño.

ㅡ...

ㅡ¿Crees que el demonio que dijo el señor Kim venga a hacerme daño?

Por primera vez vi su sonrisa, era tan linda como él. Peculiar, linda.

ㅡJiMin, él ya ha venido.

Mi rostro se sintió a falta de color.

ㅡ¿Q-qué? ¿Lo conoces? ¿Es feo? ¿Quiere comerme?

Soltó otras risitas roncas más, un poco espeluznantes, pero encantadoras, y luego de un respiro respondió.

ㅡCambiaré mientras duermes. Duérmete.

Quería hacerle muchas preguntas, muchas, el por qué era tan extraño, por qué me gustaba su cara, por qué aparecía cómo los extraterrestres en las comiquitas, por qué sólo lo veía en la noche; pero un aire extraño hizo que de repente mis párpados pesaran.

Bostece en grande, como un león, y acurrucándome con cierta desconfianza (pero no más fuerte que la pereza), en mi cama, lo vi levantarse.

Iba a irse, pero no quería, me sentiría muy sólo en mi cuarto y todavía tenía miedo del demonio que vendría a comerme.

ㅡ¿Por qué no te duermes?ㅡ Se detuvo.

ㅡNiño de la oscuridad, cántame para dormir.

Niño de la oscuridad • VMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora