Capítulo 40

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Bajamos del auto y entramos al lugar. Nunca habíamos entrado a esta disco, parece ser nueva.

Por adentro es como todas las discotecas, hay mucha gente, huele a cigarro y a alcohol, hay un pequeño bar.

Caminamos hacia algunos sillones que hay cerca al baño y nos sentamos. Él me toma de la cintura y hace que me siente en sus piernas. Ordena una ronda de whisky.

-Gracias por traerme -beso sus labios bajando la cabeza a su altura.

-Noodle... Perdón por ser un idiota a veces. No puedo controlarlo, ¿Sabes?

-Oh, mi amor... -jadeo- No te disculpes de nada.

-No puedo creer que estés aguantando todas mis mierdas hasta ahora. Gracias por no aburrirte de mi...

-No lo haré, Mudz... Te amo.

Acaricio su mejilla con ambas manos y él mi espalda. Nos quedamos así hasta que llega nuestra ronda.

Bebo el primer vaso pequeño en un solo sorbo. Está amargo y siento algo de náuseas por lo fuerte que se siente.

Él lo bebe sin hacer mueca alguna.

Sonrío y bebo un poco del otro vaso. Esta vez me contengo las ganas de vomitar.

Volteo y veo que dos chicas se acercan a nosotros, reconozco a una. Mierda.

-Vaya, vaya. ¡Que pequeño es el mundo! -dice

-Hola, cariño. No nos vemos desde hace...

-Oh, mierda -suspira Murdoc y noto su tensión

-¿Como haz estado? -pregunta la rubia vestida con una camiseta muy corta y un pantalón ajustado.

-Hola, Noodle. -saluda Shannon con un vestido muy apegado a su cuerpo

Decido no contestar y beber lo que queda del vaso que aún no termino.

-¿Vienen buscando algo, o...? -pregunta Murdoc

-Oh, no, cielo. Sólo pasamos a saludar. -responde la rubia

-Bueno. Hola. Ya pueden irse, encantos -Enciende un cigarrillo y me lo pone en los labios. Aturdida le doy una calada y me lo quito.

-Creí que tu intento de relación había terminado.

-Pues ya ves que no. Largo, Shannon. No quiero problemas. -pone presión en mi cintura

-Eres un amargado de mierda. -escupe

-Ajá.

-Calmate, chica -ríe la rubia y toma a Shannon por los hombros- nos vemos luego, mi amor. -le guiña un ojo a Murdoc y se va caminando tranquilamente

Me bajo se las piernas de Murdoc, tiro en cigarrillo al suelo y lo piso y me siento en el sillón cruzando los brazos.

-¿Noodle?

-Estoy bien.

-Chiyoko... -toma mejilla pero aparto su mano. Me levanto del sillón y camino hacia en donde se encuentra la multitud bailando.

Me pierdo entre ellos, mi visión se vuelve lenta. Muevo mi cabeza un par de veces y lo compruebo, estoy mareada.

Comienzo a moverme sola hasta que siento unas manos en mi cintura. No abro los ojos pues sé quién es. A la mierda sus ex novias o prostitutas asquerosas, estoy con él ahora. Bailo al ritmo de los golpes de la música, bueno, ambos lo hacemos. Acaricia mi cuello con su mano, me estremezco.

-Murdoc -volteo a mirarlo, pero me sobresalto un poco al encontrar a otra persona.

-Sigue bailando, nena. -dice el chico rubio. Me aparto de él y camino entre la gente hasta encontrar un espacio vacío. El humo me ahoga, comienzo a toser pero a nadie parece importarle. Salgo de la pista de baile y me dirijo a donde estaba sentada antes. Busco a Murdoc con la mirada pero no lo encuentro. ¿En donde se habrá metido ese idiota?

Doy vueltas buscándolo hasta que creo ver su camiseta tirada en el suelo en el la puerta abierta del baño. Siento una punzada en el pecho al notarlo. Oigo algo dentro, me acerco lentamente y sin hacer ningún tipo de ruido. Son... Los gemidos de una mujer. Trago saliva y mis ojos comienzan a humedecerse. Entro competente al baño y lo veo. Los veo. Él está con los pantalones un poco bajos, ella está apoyada contra la pared recibiendo sus asquerosas embestidas mientras gime como loca.

-¿M-Murdoc...? -se me escapa

Ambos voltean. Oh no, un momento... ¿Acaso esa es Paula?

Me atrapaste [[Noodoc]]	©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora