Me atrapaste [[Noodoc]] ©

Capítulo 21

-Eh... ¿no había algo menos rosa en tu armario, Noodle?

-¿Eh?

-Es un evento de metal, no un recital de ballet. -sube las escaleras de casa y entra a mi habitación. ¿Cómo carajos sabe en dónde está? Él nunca ha entrado.

-¿Qué crees que haces?

-Vistiéndote.

-¿¿Qué?? -comienza a sacar toda la ropa que hay en mi armario aventándola por todos lados- ¡Mas despacio, Murdoc! ¡No desordenes mis cosas!

Saca mi camiseta negra con un estampado de un gato con ojos de "X" y un pantalón negro con tachas a los costados que me regaló Lucy hace mucho tiempo, jamás lo usé, no es mi estilo.

-Listo. -dice

-No pienso ponerme eso.

-¡Chiyoko!

-No me gusta...

-No me importa, póntelo ya.

-Okay, pero quédate afuera.

-¿Qué? No hay nada que no haya visto ya -ríe y lo empujo fuera de mi habitación- ¡No demores!

-Bien...

Me quito la camiseta rosa para ponerme la negra, me deshago de los jeans azules para ponerme los negros. Busco unas botas que combinen y me pongo un poco de rímel en las pestañas. Abro la puerta.

-Listo. No creas que me gusta, me veo fatal.

-No seas tonta, te ves... genial -sonríe- Oh, espera. Falta algo... -se quita el collar que lleva siempre, uno con una cruz invertida y me lo coloca. Me queda muy grande.

-No quiero esto, Murdoc. Yo no soy Atea...

-Lo sé, es sólo por hoy. -asegura

-Dios mío, perdóname...

-Satanás, camina. -rueda los ojos

Salimos de mi casa y subimos al auto. Conduce con tranquilidad hasta llegar a la entrada de un bar, el cual parece lleno. Murdoc entrega los boletos a los de seguridad y nos dejan entrar. El lugar está repleto, hay mucha gente, mayormente hombres. Todos altos y con mucha musculatura y tatuajes, llevan peinados extraños y tienen perforaciones por toda la cara. Me miran extraño. Murdoc toma mi mano y me jala hasta llegar casi a primera fila.

La música es extraña, demasiado extraña. Es muy... ruidosa y gritan. El cantante grita, el baterista está loco, el guitarrista igual. Dios mío, ¿que rayos es esto? La gente comienza a saltar, Murdoc los sigue y me dice que salte, pero niego. No oigo más que gritos y risas por parte de algunos de atrás. El olor a cigarro y alcohol se hace presente. Esto es... ¡Horrible! Creí que sería excelente, pero no. Comienzo a asfixiarme, la gente me empuja y no puedo respirar. Me las arreglo para salir de ahí e al mini bar.

-Santos cielos... -suspiro- Quiero una piña colada con whisky, por favor -ordeno

-¿Como cuánto? -pregunta el chico que atiende.

-Como para ponerme feliz aunque sea por dos horas... -digo

-De acuerdo. -respiro profundo y miro a la gente. Todos saltan y gritan. Comienzan a empujarse entre ellos y a... ¿Golpearse? ¿Qué clase de lugar es este? Espero que Murdoc no esté metido entre esas personas...

-Aquí tiene. -el chico deja mi copa a un lado. Bebo un poco, está amarga... le ha puesto mucho alcohol. Tomo todo del tirón y me dirijo al baño. Me mojo la cara y me miro en el espejo.

-Todo bien. -sonrío

Pasan 15 minutos, yo aún sigo sentada a un lado, a mi costado hay una pareja de gays diciéndose que se aman y acariciándose. A mi otro lado hay un chico rubio que se está quedando dormido. Veo a Murdoc acercarse a mi sonriente