Corre,escapa,huye [Cnco]

CAPITULO 51

Una punzada de dolor fué lo que provocó que Joel abriera poco a poco los ojos, encontrándose con un par de ojos verdes mirándole fijamente.
-¿E-Erick?
-Frío, frío.
Agitando la cabeza, Joel intentó aclarar su vista, ya que aún veía borroso después del golpe que había recibido en la cabeza segundos después de que se apagará la luz.
Por lo que podía sentir, tenía ambas manos y piernas encadenadas a algo sólido, una pared al parecer. Estaba en una habitación pequeña, una sin ventanas.

Cuando sus ojos por fin se acostumbraron a la claridad, pudo ver que el que se encontraba enfrente de él no era Erick, sino Johandri.
Este estaba con una sonrisa dibujada en el rostro, sujetando lo que podía ser un cuchillo de cocina.
-Pero que...?
-Tranquilo. Dijó Johandri pasando el cuchillo de cocina por sus labios. A ti no te voy a hacer daño.
(Joel le miró aterrorizado)
-Donde están mis amigos?
-Ahí.

Siguiendo la dirección en la que Johandri señalaba, Joel divisó a sus tres amigos.
Estos estaban encadenados a la pared, con ambas extremidades sujetas con una cadena gruesa y algo que parecía ser una soga atada a su cuello.
Todos estaban inconscientes, todavía.

Con el corazón a mil por hora, Joel miró de nuevo a Johandri, quien no había apartado la mirada de él en ningún momento.
-Porque nos haces esto? Dijó a punto de llorar. Pensaba que estábamos en el mismo bando.
(Johandri negó con la cabeza)
-No. Tu y yo nunca estaremos en el mismo bando, bonito. Y sabes porque? Porque yo estoy enamorado de ti mientras que tu estas enamorado de otro.
(Joel abrió los ojos de par en par)
Por un momento, se había olvidado de...
-Donde esta Erick?
-Lejos. Dijó mirando a la puerta. Donde ni tu ni los demás de tus amigos podáis encontrarle. Él es el único que se entrepone entre tu y yo; no voy a dejar que le vuelvas a ver... Nunca mas.
-Estas loco!
-Puede. Dijó encogiéndose de hombros. Pero al menos te tengo a ti.

Un suave quejido hizo que ambos miraran a la derecha, donde Christopher se estaba comenzando a despertar.
-Que..? Dijó este mirando aturdido a todas partes. Que es esto?
-Chris.
Sorprendido, este posó la mirada en Joel y Johandri, quienes estaban en la otra punta de la habitación.
Este último estaba sujetando a Joel de las muñecas, mientras que con la otra mano sujetaba un gran cuchillo de cocina.
-Joel...
Sorprendiendo a ambos, Johandri se levantó del suelo y caminó hacia Christopher.
-Tu! Dijó señalándole con la punta del cuchillo. Tu vas a ser el primero en pagar por todo! Vas a sufrir de la misma manera que debías haber sufrido desde el principio.
(Christopher abrió los ojos de par en par)
-Johandri. Consiguió decir antes de que este llegará a su lado. No hagas esto, tu no quieres hacerlo.
-No. Dijó este negando con la cabeza. Tu no tienes idea de lo quiero o no. Siempre te he tenido asco. Christopher Vélez, el niño mimado de los jueces, el que siempre esta sonriendo, el que tiene una voz angelical... Dios, no te puedes imaginar el asco que te tengo. Tu siempre tan seguro, tan perfecto...

Con la respiración agitada, Christopher vió como Johandri colocaba un cuchillo en su garganta.
-NO! Se escuchó gritar a Joel desde atrás. POR FAVOR JOHANDRI, NO LO HAGAS!
(Christopher le miró a los ojos)
-Tu no eres un asesino.
-Ah, no? Dijó Johandri sonriendo maliciosamente. Y como sabes eso? Por si no te as dado cuenta, tengo un cuchillo en tu garganta. No me costaría nada hacer un pequeño movimiento y rajarte de lado a lado, haciendo que te desangres en segundos.
-Tu padre no te lo permitiría. Dijó esta vez Joel. Él nos quiere vivos.
(Johandri sonrió de lado)
-Realmente pensáis que soy tan estúpido como para seguir las ordenes de mi padre? Todo este tiempo lo he estado haciendo para ganarme su confianza y la de sus hombres. Él es un autntico psicópata, si. En cambio, yo soy diferente: soy mas inteligente, mas hábil, mas fuerte. Se acabo el estar todo este tiempo bajo sus pies, es hora de que tenga mi propio mérito.

Apartando lentamente el cuchillo del cuello de Christopher, Johandri caminó hacia el cuerpo inconsciente de Zabdiel.
-Veréis, desde pequeño siempre me ha gustado jugar a atrapar la bandera. Sabéis cual es ese juego? Este consta de dos equipos, cada uno de ellos con una meta en común: atrapar la bandera antes que el equipo contrario. Quien primero la atrape, gana.
(Christopher le miró con asco)
-Nos da igual lo que te guste o no! Y ahora, aléjate de Zabdiel.
-No lo entiendes. Dijó Johandri colocando la punta del cuchillo en la cara de Zabdiel. Vosotros sois cuatro, verdad? Y los cuatro estáis buscando una misma cosa: "la bandera".
(Joel abrió los ojos de par en par)
-Erick es la bandera.
-Exacto! Dijó Johandri dándo una sonora palmada. Los equipos se dividían así: Joel y Zabdiel por un lado, y Christopher y Richard por otro. Quien encuentre primero la bandera, se podrá quedar con ella.
-Espera. Dijó Christopher frunciendo el ceño. Que ocurre con los que pierden?
-Mueren. Todos tenéis puesto un pequeño transmisor que os he colocado mientras dormíais. En cuanto el primer grupo encuentre la bandera, yo apretaré un pequeño boton y el segundo grupo recibirá una gran descarga en el corazón, haciendo que este deje de latir al instante.

Joel le miró aterrorizado.
-Y como encontramos la bandera?
-No os preocupéis por eso, todos tenéis un pequeño mapa guardado en vuestros bolsillos. En cuanto el juego comience, estaréis constantemente bajo mi control. Un solo movimiento fuera de lugar, y os mataré a los cinco. Esta claro?
-Si. Dijeron Joel Y Christopher a la vez.
-Bien, el juego comienza dentro de diez minutos. Mas vale que vuestros dos amigos se despierten pronto, porque también hay cronometro.
(Christopher frunció el ceño)
-Cronómetro? No as dicho nada de eso!
-Ya bueno. Dijó Johandri sonriendo. No todo va a ser tan fácil, verdad? Tenéis hasta las doce de la noche de mañana para encontrar la bandera. Si para cuando el tiempo se agote nadie la ha encontrado aún, todos moriréis. Suerte.

☆☆☆

Para cuando pasaron los diez minutos, todas las cadenas que les tenían sujetos a las paredes se abrieron mágicamente, haciendo que todos los chicos cayeran de bruces contra el suelo.

Christopher y Joel, quienes habían conseguido despertar a sus dos amigos minutos antes, les contaron todo lo ocurrido mientras que ellos habían estado inconscientes.
Richard, quien había sido el primero en despertar miró atentamente a Zabdiel, quien estaba apoyado en la pared, con la mirada clavada en algún punto del suelo.

Todos sabían que después de aquel sucio juego toda su vida acabaría lo quisieran o no. Ya no sólo se trataba de salvar la vida de uno de sus amigos, se trataba de luchar por sus propias vidas. Dos de ellos morirían dentro de unas horas, eso era inevitable.
-¿Zabdi?
Levantando lentamente la mirada, este se encontró a Christopher enfrente de él, con ambos ojos envueltos en lágrimas.
-Estoy bien. Dijó este bajando de nuevo la mirada.
Dios, siempre había odiado llorar delante de sus amigos. Él era el que siempre se mantenía fuerte, el que consolaba a sus amigos en los momentos difíciles.

Pero esta vez era diferente.

Christopher y él estaban en bandos opuestos, lo que quería decir que uno de ellos no llegaría con vida al día siguiente.
Probablemente esta era la última vez que se verían las caras el uno al otro.

Llorando desconsoladamente, Christopher se abalanzó sobre Zabdiel, uniendo sus labios una última vez.
-Te quiero. Dijó en mitad del beso. Nunca lo olvides por favor.
-Lo sé. Dijó Zabdiel abrazándole fuertemente. Yo también te amo.

Un suave pitido alertó a los chicos de que la puerta de la habitación había sido abierta.

El juego había comenzado.