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-¡Hoy voy a ir a la...-la voz de mi mamá fue bajando, levante la cabeza para mirarla, Erick seguía durmiendo, mi mamá agrandó los ojos-ay Dios mío, yo no vi nada-se tapó los ojos-nos vemos, me voy-cerró la puerta.

Estaba descansando en el pecho desnudo de Erick, no habíamos hecho nada más que solo besarnos, fue tan raro y hermoso a la vez que no sé si sentir miedo o no. Observé su rostro, sus labios era rosados y perfectos, sus pestañas largas y rectas, su pelo despeinado lo hacía más lindo y su mandíbula era perfecta, tragó saliva y la nuez sube y baja, se mueve y me abraza más fuerte, volví a dormir.

Sentí una mano reposada en mi mejilla, con su dedo acariciandome, abrí los ojos y encontré a Erick mirándome, sonrió de costado.

-Buenas-me da un beso en la frente.

-¿Que hora es?-pregunté estirándome.

-Es la una recién-mira su celular.

-¿Quieres desayunar?-lo miré.

-Estaba esperando a que digas eso-dice y se sienta.

Me reí y también me senté, estaba despeinada pero no me importaba, lo miré y sonreí, miré mi pijama.

-No pienso cambiarme-dije y salí de la cama.

-No lo hagas-el se paró y empezó a tender la cama.

-Déjalo así, yo después lo acomodo-dije entrando al baño, dejé la puerta abierta y me lavé los dientes, él entró.

-Por casualidad... ¿Tienes otro cepillo de dientes?

-El que dejaste la otra vez sigue ahí-señale el estante.

Bajamos, dejó su remera en el sillón, fuimos a la cocina después de asearnos, calenté agua e hice Café, saqué galletas y manteca para ponerle, desenvolví un paquete con las facturas para comer.

-Que buen desayuno-me guiña un ojo, él seguía sin su remera.

-No es gran cosa, otras veces me esfuerzo más.

Se sentó a mi lado mirándome, agarró una factura y la comió, espero a que termine de comer.

-¿A donde fuiste ayer?-pregunté.

-Salí con los chicos que conociste en mi casa-dice, levantó los hombros sacándole importancia.

-Si vas a tomar no manejes-le dije agarrando la taza y llevándola a mi boca.

-No tenía pensado que iba a irme antes de lo previsto.

-¿Pensabas emborracharte hasta perder la noción y despertar con resaca así poder manejar?

-No-se ríe-Te preocupas mucho-me agarra la nuca y me acerca a él, dándonos un beso largo.

Al separarnos me sentí nerviosa y volví a mi desayuno, cubriéndome la cara, seguro estaba roja, me mordí el labio para no reírme de los nervios.

-Dani-me llamó, a lo que me alarmó el tono en que lo hizo.

-¿Si?-lo miré.

-Yo... estuve pensando...-le presté más atención, pero se quedó callado.

-¿En qué?

-No, nada, ya me olvidé-dijo pero no le creí ni un poco, una parte de mí quería que dijera que le gustaba una vez más, mientras que la otra parte no porque ya no sabía a como responder, porque a mi también me parecía lindo.

-¿Seguro que estas bien?-toqué su frente en forma de chiste, nos reímos.

Seguimos desayunando, después vimos películas en la sala, hablamos de cosas sin sentido o cosas que nos pasaron y daban gracia pero en ese momento pasamos la mayor vergüenza de nuestras vidas, Erick era una persona que aparentaba ser fría pero era un cariñoso de corazón humilde, ayudaba a personas que no conocía, amaba a los animales, tenía un corazón enorme.

Empezamos hablar de sus relaciones pasadas, no sé cómo.

-¿Y volverías con Mica?-le pregunté, solo por chismosear, me quedó mirando un rato-No lo preguntó con mala intención.

-Puede que si.

-¿Y porqué no siguieron juntos?-Sabia que no quería decirme, subió y bajo los hombros sacándole importancia-quedan bien los dos.

-Es raro que la chica con la que estaba besándome en el desayuno me diga eso-me miró por un tiempo pero volvió a ver la tele.

-Nosotros somos ¿Amigos?-dije intentando buscar la palabra adecuada, pero sabía que esa no era.

-Los dos sabemos que no somos "Amigos"-bajó la mirada y se mordió el labio, mi pulso se aceleró y el nerviosismo volvió.

-Somos personas qué tal vez estamos hechas para cuidarnos-dije, mirándolo, recordando de que siempre que hablábamos era que estábamos con algunas copas de mas y terminaba como nunca lo pensamos.

-¿Tu crees que sabemos cuidarnos?-seguía sin mirarme.

-Nunca salimos heridos ¿No?

-No físicamente-me miró esta vez, su mirada me hizo sentir mal, iba a hablar pero el timbre sonó.

Nos quedamos mirando un rato, él se volvió a la tele, lo quedé mirando un rato, el timbre volvió a sonar, me paré y abrí la puerta si preguntar, era Zac.

-¡Dios chica! ¿Tanto te tardas?-entró y se quedó viendo al chico sin remara que estaba sentado en el sillón, Erick estaba con la cabeza entre sus manos-¿Que pasó acá? ¿Estaban a punto del tiquitiqui?-dijo riendo.

-No-dijo Erick serio y se paró, agarró su remera y se la puso-nos vemos-iba a irse.

-¿Es en serio?-le pregunté.

-Tienes que hablar con tu amigo-dijo mirándome a los ojos.

-Llegué en mal momento, mejor me voy, hablamos luego-dijo Zac, intentando pasar por el medio de nosotros.

-Quédate-le pidió Erick, me volvió a mirar-te llamo luego.

Asentí y se fue, pero una parte de mi no creía en sus palabras, no creía que me iba a llamar, cerré la puerta y después miré a Zac.

-Lamento cagarla-dijo apenado, negué.

-No pasa nada-nos sentamos en los sillones, me miró divertido-¿Que?

-Cuenta niña.

-Solo estábamos hablando.

-Ajam si, y tenía mucho calor por eso se sacó la remera-dijo irónicamente.

***

Pasó como 3 semanas de lo sucedido con Erick, él me llamó pero no para verme si no para retirar su moto, me enteré por Zac y Pame que hace aproximadamente 5 días Erick volvió con Mica, Erick se volvió el 2do chico más deseado del colegio, cosa que se hizo popular.

Erick, Zac y Mica se sentaban juntos, yo me iba con Pame. Zac al ser amigo de Erick también se hizo popular, por culpa de eso ahora a todos le importa porqué yo no me siento con ellos siendo mejor amiga de Zac y me tienen los ovarios llenos todos.

En el comedor todos siempre nos prestaban atención, como ahora.

-Odio a todos-dije sentándome frente a Pame.

-Dímelo a mí-dice comiendo sus papas-¿Vas a ir a la fiesta mañana?

-No tenía planeado ir ¿Vas?-se encogió de brazos

Al día siguiente Lu y Pame fueron a mi casa, estábamos mirando pelis mientras comíamos pizza y tomábamos cerveza, aunque no me gustaba, el timbre sonó, las tres nos miramos.

-¿Pidieron pizza?-negaron, fui a la puerta y miré por el agujerito, abrí la puerta-¿Todo bien?

-¡Obvio! ¿Por qué no estás arreglada?-lo miré sin entender-¡Te mande un mensaje!

Zac nos llevó a las tres juntas, decía que no podíamos perdernos esa fiesta, nos eligió ropa lo más rápido que pudo.

-¡Hay que pasarla bomba!-dijo Zac antes de entrar a la mansión donde ya habían hecho dos fiestas.

Había una... (ERICK BRIAN COLON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora