IX

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No tenía ganas de volver a entrar a la habitación, Chanyeol estaría esperándolo y empezaría a sentir el maldito cosquilleo en su muñeca.

Se pasó la mano por el brazo y suspiró, ya había escondido la moto y no tenía porque permanecer más tiempo fuera, había aprovechado para comprar un par de cosas en la pequeña recepción y no había una excusa sólida para quedarse fuera, además no quería dormir a la interperie, había pagado por la habitación, no era justo que ahora se quedase fuera.

Abrió la bolsa que sostenía en la mano izquierda y sacó un pequeño paquete de caramelos, sabía que era extraño ver a un adulto derretirse por un par de dulces, pero para él eran adictivos, lo ayudaban a relajarse, siempre había sido así, su madre les entregaba un par de caramelos después de que su padre se había salido con la suya, era su forma de hacerlos sentir mejor, su forma de confortarlos de alguna manera, era algo bastante simple, pero siempre conseguía su objetivo. Ambos sonreían y se comían sus dulces en silencio, era como una disculpa no pronunciada a pesar de que ella jamás había sido la culpable y tampoco tenía elección, sus padres la habían emparejado a cambio de un poco de comodidad y había estado obligada a permanecer junto a su marido por siempre, le había dado su vida y dos hijos, pero lamentablemente no había sido suficiente, su padre siempre decía que eran la deshonra de su linaje.

Bufó y cogió otro caramelo de la bolsa.

"Ademas de defectuoso, inútil "

Esa frase lo había perseguido durante toda su infancia y aún le causaba estragos en su vida adulta.

Su padre se había serciorado de que jamás olvidase lo que era, lo obligaba a arrodillarse en el jardín hasta que las rodillas le sangraban, las pequeñas piedras clavándose en su piel mientras lo recitaba como un mantra.

Negó y siguió caminando, recordar no servía para nada, la sangre le hervía y sólo empeoraba su genio.

Miró el cielo y suspiró, la echaba de menos, ella era su mitad, habían nacido juntos y aún sentía el hilo de su conexión entre ambos, su hermana había sido su compañera en todo momento, era su confidente y la única que realmente lo comprendía, tenía el peor carácter del mundo, pero un corazón tan grande, era fuerte y parecía a la vez tan delicada.

Había sido magnífico crecer a su lado, pero no todo había salido bien, el día que se encontró con Kyungsoo la acababa de perder, su hermana había salido a buscar comida, acostumbraban a robar en los mercados, sólo lo necesario para sobrevivir, pero ese día había salido todo mal, ella debía haber regresado dos horas antes, ambos habían salido al mismo tiempo y deberían de haber regresado juntos pero ella nunca llegó.

En su nerviosismo había recorrido todos los mercados cercanos donde sabía que podría haber ido, hasta que dió con ella, se veía tan pequeña e indefensa, estaba tirada en el suelo toda maltrecha, tenía la ropa llena de sangre y no respondía, su corazón latía pero parecía un cascarón vacío.

Suspiró y se pasó las manos por los brazos, a pesar de que su temperatura acostumbraba a ser bastante elevada empezaba a perder calor, el cielo estaba oscuro y amenazaba con empezar a llover en cualquier momento, eran nubes de tormenta.

Cogió la llave y la introdujo en la cerradura, empujó y suspiró aliviado cuando se encontró ante la oscuridad de la habitación, sólo estaba iluminada por un poco de luz que entraba de la ventana, sonrió leve, por la forma en la que Chanyeol respiraba podía asegurar que el lobo estaba dormido.

Dejó las bolsas al lado de la puerta y caminó hacia la cama, la luz iluminaba una parte de la habitación.

Se detuvo justo enfrente y negó divertido, Chanyeol había transmutado mientras estaba durmiendo, había rasgado sus pantalones y su camisa seguramente había visto mejores días.

Bostezó y se quitó el mechón de pelo que interrumpia su visión.

Sonrió leve y se dió la vuelta, pateó los pantalones fuera y se subió a la cama.

Inspiró y se recostó intentando no tocar al gran lobo, las sábanas eran suaves, las almohadas mullidas y olía a limpio, todo era perfecto y él necesitaba urgentemente dormir un poco.

Volvió a bostezar y dejó la mano recostada sobre sus ojos.

Parpadeó cansado y boqueó al sentir un peso sobre su abdomen.

Movió la mano y sonrió leve al ver la gran cabeza de lobo sobre su cuerpo, extendió la mano y lo acarició, el animal se acercó y colocó su morro contra su mano.

Negó divertido, bostezo y dejó que sus dedos vagasen libremente por la sedosa melena.








Holi, espero que oss haya gustado, según como avance la historia iré contando un poco más sobre la infancia de Baekhyun para que lo entendáis un poquito mejor.

Gracias por los votos y los comentarios, nos leemos
💗💗💗

Ghost Drivers  "Dioses de la muerte"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora