Ghost Drivers "Dioses de la muerte"

XXXVII

Miró a su alrededor y agachó la cabeza, ¿su vida?, ¿le debía su vida?, ¿cómo demonios había llegado hasta ese punto?.

Cogió aire y suspiró, era un Ghost driver, un dios de la muerte, si había llegado su momento, lo aceptaría pero no se lo iba a poner fácil.

Miró una vez más a Chanyeol y se pusó de pie, desde el principio sabía que era un suicidio. El plan no tenía ni pies ni cabeza.

-Jamás creí que sería tan fácil cachorro.....ven conmigo.

Se llevó las manos a la cabeza y negó.-No voy a ir contigo a ninguna parte, te debo una vida ¿no?.

-No compliques más las cosas Baekhyun, ven conmigo.

Negó y se cruzó de brazos.- Si quieres mi vida tendrás que ganartela porque no pienso dartela sin luchar.

-Baekhuyn no estás en condiciones de luchar contra mi, no seas testarudo y acepta tu destino, no quiero que termines como él.-Señaló hacia Chanyeol.-¿Por qué hacerlo más difícil?.

Miró a Chanyeol y sonrió leve.

-¿Por qué?. Porque has tocado a mi compañero y quiero sangre por sangre.

Estiró los brazos y tomó aire.

-Baekhyun podrías herir a tus amigos, ven conmigo.

Sonrió y lo miró fijamente, las líneas azules volvieron a aparecer sobre sus brazos y se estremeció, no sabía si era seguro y tampoco sabía cómo controlarlo, pero podía sentir toda la energía atravesar su cuerpo, levantó las manos y sonrió, las chispas habían vuelto.

-Es un un intento estupido y lo sabes, no sabes controlarlo, yo lo sé y tú lo sabes.

-Tienes toda la razón y eso es lo que lo hace interesante, tal vez muera pero tú te vendrás conmigo.

Miró una vez más atrás y sonrió leve, Chanyeol seguía en el suelo, pero su respiración era constante, por lo que no debía preocuparse.

-Minseok necesito que vengas a por mi compañero.

Sonrió y volvió a mirar hacia el frente, no tenía ni idea de lo que estaba haciendo pero al menos era algo, tenía algo con lo que hacerle frente.

-Siempre fuiste un cachorro difícil Baekhyun...

Sintió una vez más la energía atravesarlo en oleadas, jamás había sentido nada así, el corazón le latía como si estuviese a punto de salir de su pecho, era incómodo y doloroso a decir verdad, la energía estaba arrasando su cuerpo, sintió sus piernas debilitarse y cedió cayendo de rodillas al suelo.

-Esto me recuerda a cuando nos conocimos, estabas en la misma posición, tu cara llena de lágrimas y tus manos ensangrentadas, para ser sincero era una imagen bastante conmovedora cachorro, llorabas y suplicabas, pero eras incapaz de decir algo coherente, la vida nunca te ha dado tregua pequeño.

-Tú no me conoces.-Gruñó.

-Te conozco mejor de lo que crees, eres simplemente un cachorro asustado, lo has sido siempre.

Gruñó y dejó que sus garras atravesasen la piel de sus dedos, las empujó hacia el suelo y se estremeció, dolía, mucho más de lo que había esperado.

-Deja eso Baekhyun, se obediente.

Parpadeó confuso y sacudió la cabeza, eso ya lo había escuchado antes, mucho tiempo atrás.

-No voy a obedecerte....

El lobo comenzó a reirse, negó y cogió aire, no iba a rendirse, estaba de rodillas y no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba haciendo, le dolía, pero conseguiría soportarlo, no estaba luchando sólo por su vida, tenía que proteger a su hermana y a todos sus seres queridos.

Tosió y se pasó la mano por la boca, miró y frunció el ceño, nunca le había disgustado la sangre, pero no ocurría lo mismo cuando se trataba de la suya.

-Deja eso ahora.

Negó y se miró una vez más las manos, las chispas estaban por todas partes, las  sentía recorrer todo su cuerpo y a pesar de ser doloroso, se sentía agradable, conocido.

-No sé quién eres, ni sé porque hiciste lo que hiciste y para ser sincero tampoco me interesa, pero esto termina aquí.

-Baekhyun me perteneces, hicimos un pacto y siempre cobro lo que es mío.

-Hiciste un trato con un niño asustado. Y hace mucho que dejé de ser aquel niño, no le temo a la muerte, soy un Ghost driver, un dios de la muerte y si a alguien le pertenece una vida, es a mí.

El lobo gruñó y dió un pasó hacia adelante enseñando los dientes, estaba a medio de la transformación, pero eso no serviría para que retrocediese, había visto cosas peores, un par de dientes no lo iban a intimidar.

Cogió aire y se pusó en pie.-No estoy dispuesto a perder hoy, tengo una vida que vivir.

Estiró un poco los brazos, dejó que la energía lo rodease por completo y aulló, era jodidamente doloroso, sus garras salieron y sus ojos cambiaron. El el tono dorado se apoderó de ellos, sintió sus huesos crujir y cargó hacia adelante.

El lobo gruñó y contraatacó, sintió los mordiscos y los arañazos, todo era doloroso, pero la energía de su interior permanecía allí, recorriendolo con más intensidad.

Estiró los brazos y rasgó, no sabía que cantidad de daño estaba haciendo, pero teniendo en cuenta sus heridas, suponía que el contrario estaría en las mismas.

Rugió cuando unas garras atravesaron su abdomen, se separó y mordió, ya estaba a mitad del cambio, volvió a contratacar y está vez lo dejó salir todo, agarró al contrario e intentó mantenerlo en su sitio.

Tal vez no era lo más inteligente pero era lo que podía hacera. No sabían cómo sobrecargalo, pero lo que sí sabía era que no era como él y por lo tanto su cuerpo no podía aguantar o al menos eso esperaba.

Chilló a mitad del cambió y boqueó al sentir más garras rasgando su piel, era horrible, pero no podía perder la concentración.

Se impulsó una vez más y trató de cambiar de posiciones, hundió sus garras en el contrario y dejó escapar toda la energía que tenía contenida, iba a acabar con ese imbecil.

Las manos comenzaron a temblarle y dejó de ver bien, tenía la vista nublada, gruñó al sentir otra punzada de dolor y volvió a hundir sus garras en el cuepor contrario hasta que su propio cuerpo no pudo más.