Scarlett

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Alisha

Me paso el día lunes con Erik y  Marc; en la división de familia de la corte . Con su ayuda  reuní mi evidencia. Fotos de enero, la noche en que Kevin me golpeó. Todos los mensajes de texto que me ha enviado en el último mes. Mi informe de lo sucedido en la mansión la noche del sábado, dejando aparte cualquier mención a Loris. El juez se ve perturbado y pregunta si quiero presentar cargos, pero le digo que lo único que quiero es que Kevin permanezca lejos de mí. Ofrezco cada gramo de información que sé sobre él: su número de teléfono, el hecho de que asiste a la escuela de derecho, la marca y modelo de su coche. La policía le comunicará la orden y tendrá que seguirle la pista.

—Le mentiste al juez —dice en voz baja Marc—. Y necesito saber por qué.

Los ojos de Erik  se amplían, y también los míos. —¿De qué hablas? —le pregunta.

—Aly, se me hace muy difícil creer que Kevin te dejó en paz el sábado. ¿Qué sucedió realmente?

Le echo un vistazo a Erik. —Loris estaba allí. Paró a Kevin. Yo... creo que Kevin podría haberme herido si Loris no le hubiera parado.

Marc se ve contento, pero Erik parece preocupado. —¿Acaso Loris perdió los estribos?

Me río. —Sí. ¿Y quieres saber lo que realmente le molestó?

—¿Qué?

—Cuando Kevin dijo que no le importaba lo que yo quisiera. —Nunca lo olvidaré. Incluso pensar en eso ahora me da ganas de reír y llorar y todo lo demás

—¡Ahí está el maldito problema! gritó.
—Resoplo—. Fue épico, en realidad. —Y lo amo por eso. Aun más, lo amo porque es verdad, porque realmente lo cree.

—Ajá —dice Marc—. Tal vez Erik tiene que darle una oportunidad a este chico.

Mi madre: Solo comprobando. Necesito un recuento final para la fiesta de Navidad.

Me quedo mirándolo por un momento, luego, pongo el teléfono en el bolso. Mis amigos me dejan donde Loris. Mi corazón se acelera cuando me acerco a la puerta. Pero cuando abre mientras levanto la mano para llamar, se abre. —¿Cómo te fue? —me pregunta, cojeando hacia atrás para dejarme entrar

—La tengo. —Sostengo la orden—. Ellos van a tratar de dársela esta noche.

Loris frunce el ceño. —¿Te quieres quedar?

Y ahí está. Desde ayer, esto me ha estado molestando. Loris es tan protector, y estoy agradecida por ello. Pero no quiero que me pida que me quede porque está preocupado por mí, sino porque me quiere. Después de que Scarlett regresó anoche, Loris  se puso su ropa y por su torpeza me di cuenta de que quería que hiciera lo mismo. Podríamos haber estado en su habitación con la puerta cerrada, pero él comenzó a actuar como si estuviera en la habitación con nosotros. No puedo culparlo por eso... pero me puso triste.

Miro hacia la puerta de ella. —No estoy segura de que sea una buena idea que me quede. —Ayer, estaba en el cielo. Ayer, Loris volvió mi mundo al revés. Ayer, me confirmó que estoy enamorada de él, a pesar de que se siente demasiado pronto para decirlo. Ayer también confirmó lo difícil que es esto. Scarlett es la primera prioridad de Loris, sobre todo porque finalmente le está dando una oportunidad después de tantos años culpándolo. ¿Quién soy yo para arruinar eso para él?—. Quiero decir, estuve la última noche, y...

Loris me observa con esa mirada inescrutable en el rostro. —Y...

—Y estoy segura de que estás harto de mí.

Se ríe. —¿De verdad dijiste eso? —Él me está atrayendo contra su pecho cuando Scarlett sale de su cuarto, y sus brazos caen tan pronto como la ve—. ¿Decidiste lo que quieres para cenar? —pregunta.

Por amor al arte Loris KariusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora