CAPÍTULO 4 MI PRECIOSO

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"Enfrenta los obstáculos a medida que se presenten, no pierdas energía temiendo lo que pueda haber en el futuro." Isabel Allende

Estoy parada en medio de un pasillo en penumbra. La luz natural ingresa desde los dos extremos, sin embargo, no es directa. Vengo desde la entrada del jardín trasero hacia las puertas automáticas y de estas a la piscina bajo techo, giro hacia una entrada a la derecha. Veo una puerta hacia el lado izquierdo y la abro, al parecer es un cuarto para enseres. Cierro suavemente y camino hacia la siguiente puerta. Es otro cuarto de guardar, parece un clóset para diversas cosas de la familia, hay unos esquís para hielo. Cierro tras de mi despacio.

Me encamino hacia una amplia estancia, parece un vestíbulo que da hacia la entrada principal. Frente a ésta unas bellas y vastas graderías con pasamano de madera y barandilla de metal forjado. La alfombra en color oscuro. Sigo avanzando y me paralizo. Estoy totalmente al descubierto. Si alguien entrara en este instante no tendría donde ocultarme. Pero no puedo evitar detenerme y admirar la enorme puerta estilo colonial de cuatro hojas que da la bienvenida a los que la cruzan. Los marcos de madera y montones de pequeñas ventanas, con cristales aforados en diseños florales y figuras geométricas interminables como el efecto del espejo sobre espejo, una y otra vez rombos como diamantes tallados a mano, magnifican el ingreso de la luz natural y crean hermosas imágenes reflejadas en las paredes y el techo, como un caleidoscopio gigante. ¡Es impresionante! Por supuesto, no la puedo ver por fuera, ya que ingresé sin invitación por la parte de atrás. Buh...

Sigo despacio caminando. Mi anterior postura medio encorvada ya la perdí, ni cuenta me di en qué momento. Enderezo la espalda y, acomodo la mochila de emergencia de Luc, que no previene una caída desde un muro de cuatro metros de alto. Ahh... ufss... Eso está comenzando a molestarme, creo. Agg... Por momentos, sí creo que me lastimé, pero no localizo de dónde viene el dolor. ¿Es dolor o solo sofoco, por la caminata por ese pequeño bosque? No le pongo atención a eso, y continúo.

Hacia la izquierda de las gradas, diviso un gran comedor, elegante, moderno, en color crema y tonos dorados con café. Vaya sutil sugerencia, para un "delicioso café late", y un bocadillo, ¡yumi yumi! a esta hora.

Una lampara estilo moderno, cuelga del centro del techo. La mesa es por lo menos para doce personas, con esas hermosas sillas de respaldo alto acolchado, que invitan a sentarse. Eso implica que es una familia grande o les gusta recibir invitados. Solo lo veo de lejos, no necesito entrar, el buen gusto y elegancia de la, podríamos decir, pequeña mansión, son evidentes. Debo concentrarme, no es ese mi objetivo. Vine por "Mi Precioso Tesoro". La luz natural invade gran parte de los espacios, a pesar de que ya pasan de las cuatro de la tarde.

Camino unos pasos más, después del comedor sigue la cocina. Me acerco sigilosamente y abro una de las dos puertas giratorias. Es imponente, casi del tamaño del comedor. Está muy bien equipada, dos enormes refrigeradores con puertas dobles, en acero inoxidable, una isla central con una superficie marmolea entre verde y negro. Me pregunto si será mármol real o solo formica. Bueno, formica tiene la cocina de mis padres, no creo que en esta cocina usen ese material. Los gabinetes abundantes, hacia arriba y abajo, en madera color blanco, estilo moderno. El desayunador para cuatro personas, con bancos altos y asientos en cuero negro. Me tienta prepararme algo delicioso, pero no hay tiempo. Veo otra puerta al otro extremo de la cocina, pero no sigo. Salgo cautelosa.

Camino hacia el extremo derecho del vestíbulo, hay una sala de estar, paredes en colores gris perla, tiene una pantalla plana gigante sobre una pared, el juego de sofá amplísimo en color azul marino da la vuelta a toda la sala. Cojines a juego en diversas figuras geométricas colocadas estratégicamente por toda la estancia. Un jarrón gigante estilo arabesco con flores del tallo alto, parecen artificiales. Me recuerda las mil y una noches.

Dos espejos ovalados, con marcos dorados en madera, tallado a mano, diseños de racimos de uvas y parras, y un segundo marco, de mármol veteado oscuro. Los acompañan, dos consolas, de mármol veteado oscuro, estilo Luis XV a juego, portando sendos floreros de cristal de Murano recargados de hermosos Lirios silvestres, blancos y lilas.

Al fondo un bar en madera oscura laqueada, con bancos altos a juego. ¿Pero, quiénes son estas personas? son gigantes, todo el amueblado es demasiado grande para mi talla. Hay hermosos cuadros en las paredes, nada familiar solo paisajes.

Me arrepiento de haberle alquilado mis audífonos a mi hermana. Ahorita estaría disfrutando de algo de música, quizás un buen jazz. Aunqueee... bueno el dinero lo necesitaba para, ejem, este--- bueno, para esto que estoy haciendo ¿para qué más?

La iluminación de esta área es muy moderna, sensible al movimiento, en cuanto me acerco se enciende una lampara en la puerta y gradualmente en otras áreas conforme camino. Son focos ahorradores, afin al medio ambiente, ya los hay en color amarillo tenue, lucen elegantes con pantallas a tono. Me alejo despacio a pasos cortos para no hacer peso sobre el piso de madera, al centro una bellísima alfombra persa en colores que combinan con la habitación.

Y solo es una parte de la residencia. Todo es hermoso, y de una limpieza impecable. Con un aroma adorable a lavanda y pino. Parece nuevo o al menos no de mucho tiempo de uso. No hay un estilo definido, los colores suaves las flores y adornos de época son muy del toque femenino, la mueblería de madera oscura, las cortinas y las alfombras en tonos oscuros y neutros son toques masculinos, mientras que los elementos prácticos de la iluminación y puertas automáticas, podrían ser el toque juvenil. Un gusto para cada generación.

No pienso subir al segundo y tercer nivel, ni bajar al sótano, a menos que no encuentre en éste lo que he venido a buscar. Pero ya me estoy angustiando, el tiempo corre y queda poco para que mi compañero que espera en la distancia decida dejarme abandonada. Solo necesito una prueba, algo para saber quién es, verle los ojos y me voy en paz. Bueno, pero que no me encuentren, sino todo se va al traste.

Continuo mi exploración. Es como ser un buscador de tesoros. Mi tesoro, eso es lo que busco. Me siento algo "Frodo". No, no. Mejor dicho, me siento "Bilbo" con mi anillo... quizás mi nivel es mucho más fuerte, lo acepto, me siento Smeagol con "Mi Precioso"... Gollum, Gollum... hay, ya estoy delirando... ja, ja, ja... mejor sigo adelante, el tiempo vuela.

MI PRECIOSO TESORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora