"Las virtudes más grandes son aquellas que más utilidad reportan a las otras personas." Aristóteles
He caminado por un largo rato, con las debidas precauciones y, usando el aparato que me dio Luc para guiarme. Llego a un claro del bosque. Quedo al descubierto, y corro a ocultarme tras los árboles y el follaje que son algo escasos. Agazapada, doy un vistazo al entorno. Diviso, a más de cien metros, una casa de tres plantas, con hermosos tejados negros y paredes de ladrillo rojo, a ratos cubierta de hiedra. Está fusionada a una inmensa roca. Entre lo moderno y lo colonial, tiene agregados que alteran el diseño original. Columnas altas y anchas, al estilo griego, bordean el pórtico principal.
El jardín, serpenteado por cipreses de copa alta a lo largo del camino, mullido por el verde de un césped bien cuidado. Bellas esculturas, en mármol blanco, réplicas pequeñas que se pueden ver en Florencia, dispuestas de manera elegante por todo el patio. Ésta hermosa mansión es un sueño para vivir.
Es aquí donde debo tener más cuidado. Las cámaras están equidistantes una de otra y seguramente hay detectores de movimiento o sensores de temperatura. ¿Qué no hace un "Tesoro" como él para conservar su privacidad y su anonimato?
Pienso en llamar a Luc, necesito avisarle que estoy cerca de la mansión, por si está pensando en abandonarme. Sé que dijo "solo si te caes por un acantilado". Bah! Miedoso, cree que me engaña. Me dejó sola. No pudo acompañarme hasta acá. Además, estoy tan cerca del control de las cámaras que mejor no lo llamo, puede que me escuchen y él se enojará por gusto.
Saco el teléfono y aprovecho para hacer unas fotografías de la mansión y de los jardines. Quizás a esa distancia no salgan las imágenes perfectas, al menos tengo pruebas para las chicas. Guardo el celular y siento que alguien me observa, pero no veo a nadie.
Cubro mi cabeza con el gorro de la sudadera. Busco un punto para ingresar a la mansión sin ser detectada. Camino despacio por entre los arbustos, agachada, pisando suave. Me acerco a casi veinte metros de distancia. Las cámaras no me han detectado.
Alcanzo a ver una puerta de manija algo antigua. Estoy en la parte trasera de la casa. Muy cerca de ese cerro extraño, que parece una vivienda de "Hobbit". Hay, ya estoy alucinando. Solo a mi se me ocurren semejantes bobadas.
A pesar de la caminata, siento un frió moderado, ya mis pies y manos, algo congelados están resintiendo. Ponerme guantes, bufanda y chaleco, no ayuda.
Sigo caminando agachada, para ocultarme ¿de qué? no sé, ¡aún! Mi ropa oscura me hace sentir segura, no me delata fácilmente y me mimetiza con el ambiente. Mi capucha, color vino, oculta mi cabello y parte de mi rostro. No hago ruido. Mi corazón late a mil, puedo escuchar su atronador sonido en mis oídos, hasta temo que alguien más lo escuche.
Aún me punzan mis rodillas. Trepar ese muro y caer sin haberme fracturado ni un hueso fue un milagro. Los arbustos junto al muro, amortiguaron mi caída, pero esa rama del árbol, fue algo imprevisto, ni visto. ¡Ouch...! todavía me duele al recordar. Y luego caminar en el jardín, que no hubiera espinos, una verdadera bendición. Evitar cámaras, sensores de movimiento y alarmas, sin que me vieran, toda una hazaña. Eso me convierte en EAM "Especialista en Allanamiento de Moradas" con un "Nivel Experto". Merezco mínimo un "máster", ja, ja, ja. Menos mal que no tienen perros, eso sí hubiese sido un verdadero problema. Ufss...
Me acerco despacio a la casa. Al parecer no hay nadie acá. No sale nadie ni se escuchan voces o risas, ni sonidos de música o televisión. Entro a la casa. Las puertas corredizas detectoras de movimiento me simplificaron el ingreso desde el patio trasero. ¡Vaya! que bolas me hago. Son simples "puertas automáticas". Es mi mente. No puedo pensar con claridad, estoy muy nerviosa.
La piscina bajo techo es una tentación, aunque, con el clima que hay quizás atrapo una pulmonía y no hay espacio para un chapuzón, el cronometro sigue corriendo. Voy en tiempo. Lo programado está saliendo a pedir de boca.
Saber el país donde reside "Mi Precioso Tesoro" no fue suficiente. Debo reconocer que, localizar el domicilio en el mapa, considerando que, es uno de los más grandes del mundo, fue una tarea titánica. Las aplicaciones y buscadores no son buenas en el móvil. Pero, pagar el hacker, ha sido la mejor inversión en mis diecinueve años de vida. Ni idea cómo le hizo para localizar la señal de la red inalámbrica. Ni el mejor equipo de "Nicholas Cassirer" lo hubiera hecho mejor. Aunque, vender mi tableta (bastante usada por cierto), mi teléfono a medio uso, subastar entre mis amigas mi juego de gargantilla, pulsera y aretes Swarovski, (regalo de mi exnovio, se lo merece por haberme puesto el cuerno con la desabrida de mi vecina), vender a Doña Tere mi preciosa gata con "MonCherí", (bueno, cruza de angora y otra raza callejera), que la necesitaba para acabar con una molesta plaga, (que mi nena haya vuelto a casa sin realizar la tarea no es mi culpa), entregar todos mis ahorros, no se puede decir que salió barato. Sin agregar el vuelo tan exhausto, y la aterradora primera parte de este viaje con el siniestro, pero guapísimo Luc. Espero que esta aventura valga la pena... ¿Nooo... por qué digo eso? ¿qué me pasa? Claro que sí, si vale la pena y mucho.
Y es que, "Ser Fan no es fácil". Vivir en el limbo del anhelo eterno, el amor ideal y admiración a un ser dotado por las musas, que nos parece sin defecto, fascinante, contra el abismo insalvable de no ser correspondido. Ni la esperanza habita en tan desolado paraje. ¿Es esto vida, es acaso solo la ilusión vacía, torturada la razón por la esclavitud a voluntad? "Ser o no Ser, es el dilema". ¡Bah..! ya sueno como "Hamlet" y no sé por qué me estoy justificando.
Pero no es fácil ser fan. Vivir en ese amor hacia el ser idolatrado, hacia ese semidiós hermoso, con los dones y las gracias, quizás la belleza o las artes, que no a todos nos es dado. Nos hacen temblar y delirar de pasión desenfrenada, como fuego que devora todo a su paso, dejando cenizas, que el viento, como otra burla más del destino, eleva por las nubes para esparcirlas a placer y dejarlas olvidadas de la vida misma. A ratos se envidia, a ratos se adora, otras, se intenta olvidar y cambiar la suerte y volver a empezar con otro semidiós. La constante es la misma adorar los dones con que otros fueron otorgados.
No, ser fan no es fácil, y más cuando tu tesoro, tu escritor favorito, usa un alias sobre otro alias. Y es que, a quien adorar, si no hay un rostro, no hay una voz, sí hay letras, pensamientos, y mucha mente, su mente. Pero no su rostro y no es conocido por nadie en el planeta entero. Bueno, quizás su esposa e hijos sí, si es casado. Y su editora y su secretaria también, su representante publica sí, pero nada mas ellos, ¡ah! y su madre y su padre, y también si tiene hermanos, y su abuela... bueno, muchos, pero yo nooo... y es por eso, por lo que estoy aquí, porque necesito verlo, necesito tener ese rostro, esos ojos... Lo necesito a él, verlo en persona, percibir su esencia, saber su color de cabello, su estatura y complexión, saber cómo viste y su edad. Quiero saber mucho más de él, tener algo de él, aunque sea una migaja que haya tocado o vestido, para contaminarme con algo de sus dones, para recibir su energía, que se haga una con la mia. Y tocarlo... no eso es demasiado... pero quizás ji ji ji ji ji. Sí, porque es un "él". A veces tengo dudas, pero luego analizo las pistas que ha dado, vuelvo a sentir que es un "él". Por eso, ser fan no es fácil. Es un sufrir y sin vivir viviendo, sin sentir sintiendo, sin morir muriendo...
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MI PRECIOSO TESORO
FanfictionFanfic sobre una Fan (admiradora), obsesionada con su escritor favorito, dispuesta a pasar un sin fin de vicisitudes para conocerlo en persona. El único inconveniente es que el famoso autor trabaja bajo un seudónimo y tanto su imagen como su vida p...