CAPÍTULO 13 EL SENTIDO DE LA VIDA

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"Sólo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego."  Aristóteles

PARTE II

Se volvió a sentar de frente a su amado. Tomándole el rostro entre sus manos comenzó a hablar con voz conmovedora

- Mi amor, tú siempre has sido un hombre de buen corazón, un alma noble y bondadosa. Eemm... Tienes una obra que continuar. Si te rindes ahora esa obra quedará inconclusa, los beneficiados perderán.

- ¿Una obra, como de caridad dices tú? – Precioso frunció el ceño, atento al mensaje de Grace.

- ¡Mucho mayor! De caridad y bondad. Humm... La hermosura de tu alma en tus mensajes. Lo que transmites en tus obras y dejas en tus lectores. Sentimientos como semillas del bien, que luego son enormes árboles que prodigan sombra a otros y esos otros también reciben la semilla y, se convierten en más árboles, que refrescan a quienes los buscan.

- ¡Oh! mi trabajo de escritor dices tú. – Su expresión se tornó triste. - Pensé que te referías a algo con una persona en especial.

- Ja, ja, ja, ¿es en serio, pensaste que te hablaría de tu futuro con la morena preciosa que está hospitalizada?

- No, no... no es por ella... Solo pensé que... tú sabes. Ya no escribo.

- A eso me refiero. – Ella acentuó sus palabras con una pizca de entusiasmo y esperanza. - Ella te ayudará a encontrar de nuevo la inspiración, el amor.

- Pero tú eres mi musa, has sido mi inspiración. No quiero que nadie tome tu lugar no deseo cambiarte. No deseo escribir nunca más ni amar a nadie más. Tú lo sabes.

- ¿Y vas a abandonar el amor, tu labor, la tarea de orientar y apoyar a otros con tus palabras, con tus escritos? ¿no crees que estas siendo algo injusto?

- No puedo, no lo entiendes. Simplemente, no puedo. – Precioso desvía la mirada y vuelven a aflorar sus lagrimas.

- ¿No puedes o no quieres?

- No quiero... no quiero...

- Sin tus palabras de apoyo y de aliento, sin tus mensajes orientadores, sin tu forma tan especial de decir las cosas y motivar a la meditación, muchos se sentirán abandonados y olvidados. Por favor no repudies tu preciado Don, la Gracia que te fue otrogada, la de brindar amor al Escribir. – Ella lo ruega con lágrimas en los ojos.

- pero no tengo musa... - Precioso comienza a sollozar de nuevo.

- Yo sé que fui tu musa para muchas cosas hermosas que escribiste. Ahora es tiempo del cambio. No te gusta, pero debes seguir adelante y avanzar.

- No me obligues por favor no me pidas eso.

- ¿Recuerdas aquellos poemas que escribiste, los que tenías muy bien guardados en tu Secreto Dossier?

- No... ¿no sé de qué hablas?

- No puedes negarlo. No fueron para mí, fueron para la bellísima Morena que conocimos en Paris. ¿Acaso fui tu musa en esa ocasión?

- ¡Ya! no es para tanto. – Precioso se sonroja considerablemente, está siendo expuesto y no puede evitarlo. - Solo fueron unas líneas y se casó con mi amigo Pierre. No era como que yo la adorara o algo así. Sino que, me impresiono su personalidad serena y su actitud pacifista frente a tantas injusticias, ella es como tú.

- ¡Ves! no es como que me necesites mucho. Solo debes aceptar tu destino, ser luz donde hay obscuridad.

- No puedo. Perdóname amor, pero no puedo. –

Precioso Tesoro se sintió muy acongojado y su voz se quebró. No quería aceptar lo que Grace con dulzura le estaba proponiendo. No sabía por qué frente a ella no podía aceptar lo que sintió por Isa cuando la tuvo en sus brazos, cuando la vio en su auto. Era como una daga en su corazón herirla de esa manera.

- Mírame amor. Mírame a los ojos...

Grace acercó el rostro a Richard y sus labios se rosaron suavemente. Las caricias comenzaron a surgir de nuevo. Ambos cerraron los ojos. Sus cuerpos se pegaron y los besos no se pudieron detener. De pronto, ya no estaba Grace en sus brazos. Se transformó. Una joven de piel caramelo y cabellera larga oscura, de cuerpo firme ágil como una gacela, con un anhelo ardiente, con prisa, pero sin experiencia, lo acariciaba vehemente. El calor se convirtió en llamas y las llamas en pasión que los envolvió. Precioso comenzó a quitarle las prendas seductoras color blanco. Frotando sus manos sobre sus hombros y sobre su busto, acariciando con insistencia los pezones castos y firmes. Notó que estaba como cuando ella era joven y eso lo animó mucho más. Estaba tan emocionado que abrió los ojos y la vio. Se detuvo de golpe en sus avances amorosos.

Era la bellísima Isa sentada sobre sus caderas. Rebotaba juguetonamente semi desnuda a un ritmo natural, animándolo y motivándolo con besos que sabían a inocencia. Precioso no salía de su asombro no sabía que había sucedido. Entonces la tomó por los brazos y la empujó hacia un lado de la cama.

- Esto no puede ser – esa fue la respuesta que le dio a la joven

- ¿Por qué?, ¿qué pasa? No entiendo... - la joven se acercó de nuevo intentando retomar el juego erótico pero Precioso la rechazó

- No, no puedo.

- Qué dices. Mírame Richard... Mírame, por favor no me rechaces.

- No, no lo voy a hacer. Es una niña. Grace vuelve, ella es una niña apenas tiene diecinueve años yo soy un hombre mayor no lo entiendes... Vuelve Grace con un demonio. No me dejes así – se froto los ojos, se cubrió el rostro, con el llanto a flor de piel, estaba conmocionado por lo que estaba sintiendo.

- Richard de qué hablas, aquí estoy. ¿por qué dices eso...? - Precioso al volverse a Isa vio que era de nuevo Grace, entonces se levantó de un salto de la cama y comenzó a vestirse de nuevo. Buscó su camisa y se la puso y se colocó de nuevo los pantalones. Grace estaba atónita no sabía que había ocurrido y lo fue abrazar por la espalda y él la rechazó.

- Por favor háblame mi amor ¿qué te está sucediendo, dime qué pasó por qué estas tan molesto? Háblame Richard, mírame, qué te está sucediendo... háblame.

MI PRECIOSO TESORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora