PARTE 5
Maya se aburría horrores encerrada en la mansión. Sus vacaciones parecían irse volando sin hacer nada más que estar en la alberca techada. El frío ya se hacía sentir en el ambiente y no podían salir a tomar el sol sin pescar un resfriado. Después de tanto rogar a su abuelo, al fin lo convenció que le dejara ir de paseo con Jamie. En lancha, en ferri, en canoa, visitaron parques y museos, pero no solos, por supuesto que Precioso los acompañó. De lejos, conduciendo y llevando la cesta de la comida, iban contentos, bajo su control. No era que no quisiera dejarlos solos o que estuviera en desacuerdo con la relación. Ni siquiera sentía antipatía por el muchacho. Todo lo contrario, hasta sus charlas y sus gustos le parecían muy adecuados y coincidían en opinión sobre temas políticos sociales y culturales. Se sentía feliz y renovado de compartir con los adolescentes. Verlos reír y disfrutar de la vida, de la gran casa, lo hacía sentir pleno. Simplemente su conciencia de abuelo de tener a la joven bajo su cuidado no le permitía descuidar a la joven. Necesitaba que Rachel estuviera tranquila que su hija estaba en buenas manos y que no haría tonterías estando con él.
Hacía varios días que Precioso Tesoro había visto a Isa en el hospital desde lejos. Pero con tanta distracción, y con sus planes respecto a su carrera docente, había logrado distraerse lo suficiente para que sus pensamientos no giraran únicamente en torno a ella y los eventos del fin de semana anterior. Aún no recuperaba totalmente la paz, ni tampoco olvidaba el anhelo al amor que la joven le despertó, pero al menos estaba más tranquilo y lograba disfrutar en mucho de su amada nieta. Sin dejar de preocuparse por la salud de la niña-mujer que aún permanecía hospitalizada, se mantenía informado gracias a su astuto legista que indagaba al respecto con la secretaria del consulado la cual se había mostrado muy amigable y cooperadora.
El dichoso paseo a las Cataratas al fin se realizó. Y no, tampoco fue sola la pareja de enamorados. Precioso decidió que también deseaba ir a ese increíble lugar, obra de la naturaleza. Aunque no era de su agrado los lugares concurridos, esta vez hizo una excepción y se dedicó a disfrutar del paisaje y sus acompañantes. Los trataba como a hijos pequeños, atento a todas sus necesidades y antojos. Decidió que no viajarían en automóvil para darles a los jóvenes más aventura y algo de espacio.
Al abordar el autobús que los llevaría directo a las Cataratas, éste iba repleto de extranjeros, casi todos hablando en español. Una punzada le picó el corazón a Precioso Tesoro. Se sintió terriblemente emocionado y comenzó a observar todos los rostros con anhelo, buscando uno conocido, uno en especial pero no lo estaba el que él deseaba. Caminó hacia el fondo del autobús y se sentó al lado de una chica que iba escuchando con audífonos algo, de pronto ella saltó pegando un grito y le habló a dos chicas que iban sentadas delante. Las tres se emocionaron. Hablaban en español y él no entendía nada. Las observaba y de pronto otra chica sentada más adelante se les unió en los gritos y carcajadas. Era tanto el alboroto que Precioso comenzó a prestarles atención. Se contagió de la algarabía y se vio riendo dentro de sí mismo y sonriendo externamente sin saber por qué. La chica a su lado era alta y esbelta de tez cobriza y ojos café terracota. Cabello negro y ondulado no tan largo como el de Isabela, pensó para sí, pero el color de piel y de labios era el mismo. Pronto no pudo resistir y se dirigió a la joven en inglés esperando que ella le entendiera y respondiera.
- Hola. ¿Celebran tu cumpleaños?
- Hola. No... ja, ja, ja. Celebramos que estamos acá en esta hermosa ciudad.
- ¡Oh! Ja, ja, ja. Pensé que celebraban algo. ¿Van a las cataratas?
- Sí, vengo con amigas. Tenemos pocos días de haber llegado y hoy decidimos venir a conocerlas... ¿y usted es turista ... viene solo?
- Vivo acá. Vengo con mi nieta y su amigo. ¿Cuál es tu nombre?
- Nailys. Soy de Colombia. Mucho gusto.
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MI PRECIOSO TESORO
FanficFanfic sobre una Fan (admiradora), obsesionada con su escritor favorito, dispuesta a pasar un sin fin de vicisitudes para conocerlo en persona. El único inconveniente es que el famoso autor trabaja bajo un seudónimo y tanto su imagen como su vida p...