"Es tan corto el amor y es tan largo el olvido". Pablo Neruda
- Isa, Isabella, ¿me escuchas? - Mi precioso me habla, puedo reconocer su voz, su hermosa voz. No puedo abrir los ojos, el dolor es demasiado intenso
- Humm... - respondo con gemidos. Estoy sudando frio. Mi cuerpo no para de temblar, estoy encogida, no puedo estirar mis piernas. Pasarme esto ahora. No puede ser. Me estoy perdiendo a Mi Precioso. Necesito verlo, hablarle. Quiero llorar, y gritar no sé si es de dolor o frustración. Mis planes perfectos y al final todo estropeado por esa estúpida caída.
- Me preocupas. - Explica con tanta ternura. Está hincado a mi lado. Logro abrir un poco los ojos y veo su rostro, no es cómo lo había imaginado y aún no confirma que sea Mi precioso. - Te aviso que llamé a emergencias. Viene una ambulancia por ti - dice susurrando muy cerca de mi oído.
- No, po-r fa-vo-r... - hablo con dificultad.
- Disculpa, no lo tomes como una traición, pero no pueden encontrarte aquí. Te meterás en muchos problemas y me los provocarás a mí. No tengo idea de quién eres, ni cómo llegaste acá. Estoy sólo en la residencia, no tengo ninguna justificación para tu presencia y estás golpeada. - lo interrumpo
- No deseo irme nooo... Solo-o un-a-s pr-ee-gun-t... - me interrumpe
- Las cámaras de mi residencia contienen la prueba que te incrimina. Y como una cereza en el postre, eres menor de edad. No deseo hacerte ningún mal. - Su voz grave y masculina cosquillea en mi mente y me juega una absurda batalla de sentimientos encontrados o estoy herida y me duele todo o me siento seducida por él.
- Pero... no, no... he podido... preguntar-ar todo lo que-e-e... quier-o sab-er... y aún no no, res-res-pon-de-s la pre-gun-ta...- lagrimas corren por mis mejillas...
- Necesitas un hospital niña, estas muy mal, no seas imprudente más de lo que ya lo has sido. Debes atenderte esa herida.
- Laa-s chi-chi-ca-s no me-e lo-o cree-ra-n - digo como último intento.
- No sé de qué hablas. Y se acabó la discusión. Te llevaré. - Se agacha y recoge mi mochila y mi sudadera. Se los cuelga al hombro y me eleva en sus brazos.
Vamos hacia la puerta automática entonces pregunto
- ¿Me-e in-vi-ita-s a ba-il-ar?
- ¿Qué dices? No. Cómo se te ocurre. Estás mal no puedes ni ponerte en pie. - Su acento es tan... aynn...
- Po-r fa-vor, ya no te vol-ve-ré a ve-r nun-ca má-s, ese re-cue-rdo se-rá pa-ra mi solamente, para si-e-m-pr-e. - Ruego, lo ruego a él. Mis lagrimas siguen callendo sin parar.
- No sé bailar, te soy sincero. No tengo mucha experiencia en eso. Además, estas demasiado débil, tienes una herida abierta en tu costado derecho... ¿Y.. si te vuelves a desmayar? - dice, entrecerrando un ojo elevando una ceja e inclinando su rostro hacia un lado como el Emoji, aww que tierno, me lo quiero comer...
- No, no-o.. - mi voz sale lastimera como la de una niña haciendo un berrinche por un dulce.
- ¿Si prometes nunca más volver y jamás hablar nada de lo que hayas visto u oído aquí, entonces... te complaceré?
Vaya qué difícil, aunque, después de lo vivido con Dossier Lumiere no necesita hacerme prometer nada, Temo me persiga por el mundo entero y termine siendo una montaña de ceniza, de papel calcinado, en alguna esquina oscura, para hacerme pagar los pecados aún no cometidos, mejor no me arriesgo y callaré a piedra y lodo. Es más, soy una tumba. Espero las chicas no se enfaden y tomen represalias al recibir nada más que mi silencio, o peor, tomen camino hacia acá buscando a Luc para descuartizarlo.
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MI PRECIOSO TESORO
FanfictionFanfic sobre una Fan (admiradora), obsesionada con su escritor favorito, dispuesta a pasar un sin fin de vicisitudes para conocerlo en persona. El único inconveniente es que el famoso autor trabaja bajo un seudónimo y tanto su imagen como su vida p...