Capítulo 5 - Algo está cambiando.

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Natalia Prov:

Hace tanto tiempo que no dormía tan bien, hace tiempo que no dormía toda la noche sin despertar porque tuve alguna pesadilla, hace meses que simplemente no despertaba empapada en sudor o con lágrimas en los ojos porque había soñado que me golpeaban, que me mataban o cualquier cosa de ese estilo, el día de hoy, simplemente había dormido la noche entera, había despertado descansada y feliz.

Apenas abro los ojos veo a Makis durmiendo plácidamente, quedándome un poco absorta en sus facciones completamente relajadas en medio del sueño, dándome cuenta un poco después de la posición en que nos encontramos; sus piernas están entrelazadas con las mías, mis manos están aferradas con fuerza a mi cintura y su rostro relajado, posado con suavidad a escasos centímetros del mío. Como si de un rayo se tratase, el recuerdo del sueño de anoche atraviesa mi mente, acelerando mi corazón de una manera que no creía posible; soñé que Makis me besaba después de confesarme que me amaba, era un beso suave, casi imperceptible, pero no se me olvida la felicidad que me causó ese ligero roce, como latía acelerado mi corazón, como me sentí en paz por los cortos segundos que sus labios tomaron los míos. No entiendo la razón por la que soñé específicamente con ella, tampoco entiendo porque ahora no la puedo soltar, porque mis manos no quieren soltar su cintura; quiero creer que es porque es la única persona que me da tranquilidad, es la única que ha estado para mí, haciéndome sentir bien sin importar la circunstancia. Me regaño mentalmente cuando sin permiso mi mano se aventura a acariciar su mejilla, excusándome que es una tierna caricia "de amigas", ignorando completamente el latir de mi corazón, ignorando el hecho de que mis ojos se niegan a apartarse de su rostro, que mi cuerpo no quiere dejar de sentir su calor; cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo intento levantarme, pero me es imposible alejarme más de un par de centímetros, pues Makis me tiene fuertemente abrazada de la cintura, así que no me queda otra que despertarla, después de todo, tenemos que ir a una reunión con los ejecutivos de Sony y si volvemos a llegar tarde la negra nos mata.

—Makis, despierta, ya nos tenemos que levantar — me digo soltando mi agarre para moverla ligeramente, ella abre perezosamente los ojos, dándose cuenta de inmediato, de la posición en la que nos encontramos, sonrojándose ferozmente y soltándome con rapidez.

— Perdón, perdóname, debiste dormir pésimo, es que siempre duermo abrazada a algo, de verdad lo siento... yo... yo... no quería...no... lo siento — verla tan desesperada me causa risa y ternura a la vez, esto solo hace que sus mejillas vuelvan a teñirse de manera feroz.

Beso su mejilla sintiendo un calambrazo en mi pecho. —La verdad es que dormí muy bien y al parecer yo te abracé primero, así que estamos a mano; ahora dúchate que debemos irnos a la reunión y no podemos llegar tarde. — le digo mientras me levanto, sintiendo de inmediato la falta de su calor.

—No nos iremos sin antes desayunar, — su ceño se frunce ante la idea de irse sin comer. — Además aún tenemos tiempo, así que tu dúchate aquí y yo iré al baño de mi mamá — manda mientras recoge las cosas para ir a la ducha del cuarto de su madre; sin querer me quedo mirando la puerta por la que estaba saliendo Makis, sintiendo una extraña calidez en el pecho; ella se preocupa por mí. — ¡MUEVE EL TRASERO AFANADOR QUE TE DIJE QUE NO NOS IREMOS SIN DESAYUNAR! — Eso bastó para despabilar e impulsarme con fuerza fuera de la cama.

—¡Si señora! — Hago una pose asemejando a un soldado respondiendo ante un superior, para luego dirigirme hacia la ducha; mientras dejo que el agua baje por mis costados observo las marcas de los dedos de David sobre mis costados, y me es inevitable pensar que cuando llegue a casa, él estará esperándome, quizás con la misma furia enfrascada que la noche anterior, quizás ganándome otra marca porque a él no le gustó algo de lo que hice, quizás exigiéndome cosas que no quería, pero que aun así no me atrevía a negarle por miedo absoluto a que las cosas terminen peor.

Para que nadie se entere - (Ventino) [Makia] ReescritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora