Natalia:
Podía ver el hambre en sus ojos, podía sentir su miembro empujar contra mi mano y podía sentir el asco agolparse en el centro de mi pecho, haciendo casi imposible aguantar las náuseas que me abordaron en ese momento. Mis lágrimas también lucharon por salir, quizás en un intento horrible por mantener cuerda frente a la situación y no dejarme paralizar por el miedo mismo.
¿Cómo era posible que sin ningún escrúpulo él insinuara sus deseos frente a todos? Pero por sobre todo, lo que más me costaba comprender es ¿Cómo era posible que él llegase como si nada luego de todo lo que me hizo antes de iniciar el viaje?
—Amor. — Susurró en mi oído ante la atenta mirada de Makis. — Vamos a tu habitación. — Volvió a exigir, esta vez, tomando con fuerza mis caderas para apretarme contra él, restregando su erección contra mi trasero, frotándose contra mí como si fuese un animal, casi jadeando por su asquerosa satisfacción.
—Yo...yo. — Las ganas de llorar me estaban acabando. — Es que...es que. — Mi cuerpo parecía tener más memoria de la que creía, porque al instante que se pegó a mi espalda, cada músculo se puso rígido casi de manera dolorosa, haciendo esfuerzos sobrehumano para no apartarlo como si su piel quemara. — No...no podemos.
Jadeé de dolor cuando sus dedos se clavaron contra mis caderas. — ¿Por qué se supone que no podemos? — Masculló entre dientes, haciendo más presión sobre mi piel, lacerando mi carne con sus uñas. — Estoy cansado, extrañándote, vengo desde lejos para poder ver a mi novia ¿por qué demonios no puedo ir a la habitación de mi chica? ¿¡Mmh!?
"Porque tengo un miedo horrible de que me vuelvas a violar, porque tengo miedo de no poder fingir que tus manos me queman, tengo pavor de que me vuelvas a golpear"
—Porque yo me quiero cambiar ropa. — Intervino Makis, mirando sin disimulo las manos que marcaban mi piel. — Y después teníamos planeado ver una película, así que todos vendremos a la sala, y tú también estás invitado.
La manera en que mi pequeña miraba al chico a mis espaldas me hacía prever que se enfrentaban a una campal lucha de miradas, en la que la más mínima vacilación conllevaría una derrota absoluta. Lo escuché reír con ironía, seguido de sus dedos dando un último apretón que hizo que saltaran lágrimas sin siquiera poder contenerlas, entonces salió de mis espaldas para meter las manos a sus bolsillos y dar pasos hacia Makis.
Un terror irracional de que se atreviera a hacerle algo me invadió desde el centro de mi pecho hasta la punta de mis dedos, y casi de manera automática mis manos tomaron su camisa para evitar que diera un paso más.
—Muchas gracias Makis. — El tono de su voz era tan irónico que era imposible no identificar el sarcasmo. — Pero entre un momento con mi novia y una película, prefiero pasar el rato con mi novia.
Ella miró desafiante, y yo no sabía cómo pedirle que no lo desafiara más. — ¿Y le preguntaste a Natalia lo que quería? — Bramó sin ningún tipo de escrúpulo o consideración, ella estaba furiosa y estaba siendo irracional. — Ella es tu novia, no tu esclava sexual, así que lo mínimo que puedes hacer es preguntarle lo que quiere, porque ella tiene poder de decisión.
David comenzó a respirar de manera errática, quizás ocultando el monstruo que podía llegar a ser cuando se enojaba. Temía por Makis, temía que su osadía y su afán por defenderme la llevasen a terminar mal parada, incluso dañada físicamente. De pronto, la cara de furia desmedida de David desapareció, abriéndole paso a una sonrisa arrogante.
—Amor. — Lanzó clavando sus ojos en mí, como si esa mirada dijese todo lo que él no se había atrevido a decir en voz alta, y dando una clara sensación de certeza completa. — ¿Qué quieres hacer?
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Para que nadie se entere - (Ventino) [Makia] Reescrita
FanfictionVentino es una famosa girlband que en poco tiempo ha tenido un éxito increíble, se supone que la vida de sus integrantes está en el momento perfecto, son talentosas, hermosas y varias tienen novio, lo que el mundo no sabe es que dos de ellas viven s...