Natalia:
La conversación con Juancho había sido de efeto inmediato, liberador. Me sentía más protegida, más respaldada e incluso había me sentía mas fuerte; era como si la vida me diera la razón y me gritara con fuerza que ese amor era correcto de muchas maneras diferentes.
El recorrido de concierto y de promo habían tomado gran parte de la ansiedad y lo había convertido en energía para seguir adelante. Por las noches, los abrazos tiernos y los besos escondidos me daban las fuerzas completas para levantarme a otro día y volver a intentar.
El problema de esta rutina tan agobiante y agotadora era que los días pasaban rápido, que el tiempo se agotaba casi sin hacernos consciente de todo lo que pasaba. Cuando levanté la cabeza, estábamos en México, terminando el último concierto en ese lugar.
—¿Qué te pasa amor? — Makis como siempre llegaba de la nada para espantar mis miedos. — Y no me digas que nada. — Sentenció tirándose sobre la cama y de paso sobre mí. — Te conozco a la perfección y cuando haces esos pucheritos es porque algo te perturba. — Sus labios impactaron en mi mentón y una sonrisa me devolvió a la vida.
—Acabamos los conciertos en México. — Respondí con voz temblante. — Nos vamos mañana.
Ella me seguía mirando con curiosidad. — ¿Tienes nostalgia por irte de México?
Negué lentamente. — Es que...— Busqué con mis manos su cintura, dándole suaves caricias que a mi misma me devolvían la paz. — Es que tengo miedo de que acaba la gira.
—¿Por David?
La simple mención de su nombre me hizo temblar de pies a cabeza, matando por completo la seguridad y esa fuerza para la guerra. Makis sabía leerme tan bien, que en ese mismo se sentó sobre mi vientre, tomando con rostro y posar un suave beso en mis labios.
—No quiero que él te haga nada. — Susurré tirando de su cuerpo para estrecharla en un fuerte abrazo. — Yo no quiero que te dañen por mi culpa.
—¿Te das cuenta de que tienes el corazón más hermoso de mundo? — Las risas adornaron su pregunta y yo me sentí perdida en ese hermoso sonido de ángeles. — Tu ex es un completo loco, se desarma amenazándote y tu solo te preocupas por mí. — Nuevamente me besó y esta vez sonrió sobre mis labios, arrancando también, la risa más genuina que había dado en las últimas horas. — Eres un ángel Natalia Afanador.
Me quedé perdida en sus ojos, mientras nuestros labios seguían unidos en una sonrisa sincera. Estaba flotando, incluso podría apostar que saboreaba su sonrisa y que se había convertido en mi sabor preferido.
—Duerme conmigo. — Pedí. — Por favor.
—Siempre que quieras, mi linda princesa. — Besó cortamente mis labios y luego se escondió entre las cobijas, mirándome juguetonamente con la única parte de su cuerpo que sobresalía. — Anda a lavarte los dientes, puerca.
Como buena mujer, tomé mi cepillo y salí corriendo al baño para volver junto a ella de la manera más rápida posible. En menos de dos minutos estaban todas las luces apagadas y yo me estaba metiendo de cabeza por los pies de la cama. Escucha sus risas mientras escalaba por su cuerpo, hasta que tuve mi oído a la altura de su corazón y mis brazos apretando su cintura, así aseguraba que no me soltaría durante la noche.
—¿Tienes sueño Nati? — Preguntó entre risas. — ¿Ya querías dormir?
—Siempre tengo sueño. — Susurré enterrando mi nariz en su cuello para adormecerme con su olor. — Ahora abrázame, que no puedo dormir si no me abrazas.
Así lo hizo, ella me abrazó con fuerza, besando con suavidad mi cabeza para hacerme sentir que estaba ahí. Y como por arte de magia, en un par de segundos el cansancio acumulado durante el día terminó por comerse completamente la ansiedad y me mandó directamente al sueño profundo.
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Para que nadie se entere - (Ventino) [Makia] Reescrita
FanficVentino es una famosa girlband que en poco tiempo ha tenido un éxito increíble, se supone que la vida de sus integrantes está en el momento perfecto, son talentosas, hermosas y varias tienen novio, lo que el mundo no sabe es que dos de ellas viven s...